FAO en Paraguay

El esfuerzo de una comunidad indígena de Paraguay para producir y cuidar la “planta sagrada” de yerba mate

Foto: ©FAO/Cristian Palacios
08/08/2023

En una comunidad Ava Guaraní se cultiva yerba mate para consumo, generar ingresos económicos, mitigar los impactos del cambio climático, y, sobre todo, para mantener la cultura ancestral. Ese esfuerzo, ahora cuenta con el apoyo del proyecto PROEZA Paraguay, una iniciativa con el financiamiento del Fondo Verde del Clima que se implementa con la asistencia técnica de la FAO.

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Se respira un aire distinto a la ciudad. El bosque que rodea a la comunidad es la razón por la que el ambiente es distinto. Y tiene una razón. Hay un esfuerzo para mantener la naturaleza y, en medio de ella, producir una de las plantas más tradicionales de Paraguay.

“Para nosotros, la yerba mate es una planta sagrada”, afirma convencido Ariel Benítez (30), líder de la comunidad indígena Ka’aty Miri San Francisco, para resumir lo que significa para su cultura una planta de largas hojas verdes que se usa para el consumo en el país, en la región y también en varios países del mundo.

Ariel recién había nacido cuando la comunidad indígena se asentó en medio de 600 hectáreas de bosque y yerbales en estado natural, en el distrito Capiibary, departamento de San Pedro, ubicado a 231 kilómetros de Asunción, la capital paraguaya. Replicando las técnicas ancestrales que los pueblos guaraníes practican desde antes de la llegada de los españoles al país, las familias indígenas utilizan la yerba para su consumo y, ahora, también para la venta.

Estas técnicas ancestrales se siguen aplicando en la comunidad durante las cosechas anuales para cortar, ahumar, tostar, moler y estacionar las hojas y ramas.

“Usamos la yerba mate para nuestro consumo y como remedio natural. Cuando se dan ceremonias religiosas, siempre está presente”, menciona Ariel.

Además del consumo por la población del lugar, la venta del producto se ha convertido a lo largo de los últimos años como uno de los principales ingresos económicos de comunidad.

El hábito de consumir mate, tereré y cocido (infusiones de la yerba mate con agua caliente o fría) está arraigado en la cotidianeidad de la población de los países de la región con influencia guaraní, como la paraguaya. El consumo de yerba mate, cuyo nombre científico es Ilex Paraguariensis, se expande cada vez más, a través de su exportación, a distintos países alrededor del mundo. Se usa principalmente como té y es muy valorado por sus propiedades estimulantes y energizantes.

En Paraguay, las comunidades indígenas y campesinas cultivan y elaboran la yerba mate como parte de su proceso de recuperación y reproducción de su identidad cultural.

El cuidado de los bosques es salud y alimentación

“El monte es nuestro supermercado. Para nosotros ahí hay todo, remedios, comida, animales silvestres, frutas… todo tenemos ahí”, dice Ariel.

Treli Gabriela Fernández (27), pareja de Ariel, explica que en el bosque acceden a las plantas utilizadas por la medicina natural guaraní y obtienen leña, principal fuente de energía de las comunidades rurales en Paraguay, para la elaboración de alimentos y otros usos tanto domésticos como productivos.

Treli y Ariel se conocieron hace más de una década y decidieron formar una familia. Tienen cuatro hijos, Alexis (12), Evelin (10), Aldo (8) y Lucía (3), que crecen en la comunidad.

“Lamentamos el cambio climático porque van terminando los montes. Cuando vienen el calor y el viento son extremos. Pero nosotros no lo sentimos tanto porque aún queda un poco de monte”, expresa Treli.

Del monte, además, obtienen materiales para sus artesanías, ornamentos sagrados y utensilios. Por todo esto, dice Treli, es importante proteger y fortalecer el bosque que queda, para lo cual siguen aplicando las prácticas de sus abuelas y abuelos.

El proyecto PROEZA

La comunidad indígena Ka’aty Miri San Francisco es una de las participantes del Proyecto PROEZA (Proyecto Pobreza, Reforestación, Energía y Cambio Climático), cuya coordinación está a cargo de la Secretaría Técnica de Planificación del Desarrollo Económico y Social (STP), quien junto con otras 8 instituciones públicas acompañan la implementación del proyecto como parte de la gobernanza y con el objetivo de generar lecciones aprendidas que impacten en la elaboración de intervenciones sostenibles. El proyecto tiene la financiación del Fondo Verde del Clima (FVC) y cuenta con la asistencia técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El proyecto, que llega a comunidades indígenas y campesinas de varios departamentos de la Región Oriental del Paraguay, es uno de los esfuerzos oficiales que realiza el país para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mitigar y mejorar la capacidad de adaptación a los impactos del cambio climático de comunidades rurales, dando cumplimiento a los acuerdos de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

La iniciativa combina objetivos de generación de ingresos económicos, reforestación, generación de energías renovables y mitigación de los efectos del cambio climático en familias rurales que viven en situación de vulnerabilidad social y ambiental.

Como uno de las acciones desarrolladas en el marco del proyecto se puede mencionar que, desde el año 2022, las familias de la comunidad Ka’aty Miri San Francisco, implementan sistemas agroforestales de regeneración de bosques con yerba mate y agrosilvicultura, fortaleciendo las actividades productivas que las comunidades indígenas de Capiibary han realizado históricamente.

PROEZA brinda a los participantes apoyo técnico y financiero para la producción y comercialización de productos agroforestales a pequeña escala, con el objetivo de promover la generación ingresos y la disminución de los impactos negativos del cambio climático.

Como dato importante se debe indicar que es la primera vez que la comunidad cultiva yerba mate utilizando plantines, pues históricamente cosechaban las plantas en estado silvestre. Y los resultados se están notando de a poco.

Las mujeres y la alimentación familiar

El rol de la mujer en la comunidad es notorio. Las mujeres indígenas, junto con los varones, trabajan de manera comunitaria, en las tareas agrícolas. En la comunidad indígena Ka’aty Miri San Francisco, se cultivan porotos, batata, mandioca y maíz, principalmente para el consumo familiar. Y un dato sumamente importante e interesante es que conservan especies cuyas semillas solamente perduran en algunas comunidades indígenas.

Uno de los principales roles que ejercen las mujeres es estar a cargo de la alimentación familiar. Ellas cuentan que los momentos más desafiantes son aquellos donde no se producen los suficientes alimentos, en ciertos ciclos del año o por el impacto del clima.

Sobre este aspecto, hay un reconocimiento en la comunidad, pero sobre la base de la responsabilidad que tienen. “Las madres sentimos más el peso en ese aspecto, si no hay alimentos”, dice Treli.

Para fortalecer y buscar una solución a esta necesidad, PROEZA Paraguay, además de buscar mitigar el cambio climático a través de la implementación de sistemas agroforestales, promueve la producción de alimentos para el autoconsumo de familias indígenas y campesinas, contribuyendo a la seguridad alimentaria de las mismas. En la comunidad indígena han avanzado en la producción de estos alimentos.

Un paso que va más allá del valor de la producción

Desde la implementación de PROEZA, se han plantado un total de 1.540 plantines en 14 parcelas familiares en la comunidad Ka’aty Miri San Francisco en combinación con árboles nativos como yvyra pytã, kurupa'y, urunde'ymi y guajayvi.

“Se están adaptando y creciendo muy bien, se nota que están en una tierra que les es familiar”, dice Ariel dando un valor a la tierra que habitan en perfecta sintonía con los árboles nativos plantados.

El proyecto contribuye a que la cultura ancestral guaraní recupere su centralidad en la comunidad, reconociendo la trayectoria desde los orígenes históricos de la producción y difusión de la yerba mate hasta su forma de consumo actual.

Queda mucho por hacer, pero los resultados que empieza a tener el apoyo de PROEZA Paraguay en la vida de las familias participantes, como las de la comunidad indígena Ka’aty Miri San Francisco con la yerba mate, es un paso que va más allá del valor de la producción como alimento y medicina, ya que promueve, además, la cultura guaraní, el fortalecimiento de los vínculos comunitarios y la transmisión de los conocimientos ancestrales a través de las generaciones. Todo ello, con el firme propósito de asegurar la alimentación y cuidado del ambiente.

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