Centro de inversiones de la FAO

La innovación es la clave para la pesca en Perú

©FAO/Jordi Vaque
11/09/2020

Perú está recurriendo a la innovación para transformar su sector pesquero y acuícola, una operación dirigida a impulsar la productividad, abrir nuevos mercados y proteger los recursos naturales del país.

Con la financiación del Banco Mundial y la pericia de la FAO en materia de inversiones, el Gobierno peruano apoya más de 300 iniciativas a través de su Programa Nacional de Innovación en Pesca y Acuicultura (PNIPA)

En el lago Arapa, en las alturas de los Andes peruanos, por ejemplo, un grupo de mujeres, la mayoría de ellas indígenas, gestionan una innovadora granja trutícola. Añadiendo un tinte natural al pienso de las truchas, son capaces de aumentar sus niveles de proteína y de dotarlas, al mismo tiempo, de un llamativo color rojo. Restaurantes de alta categoría de Perú sirven esta trucha única de Arapa.

La pescadora peruana Karin Abensur ha encabezado otra iniciativa. Dado el bajo valor de mercado de especies como el toyo y el angelote, abundantes en el litoral peruano, Karin se dio cuenta de que tendría que ofrecer nuevos productos y servicios para ser más competitiva. 

Fundó una empresa que capacita a mujeres del puerto peruano de Pucusana para limpiar y eviscerar pescado capturado localmente y realizar complejos cortes que sean atractivos para los consumidores: de cortes listos para preparar sushi a palitos de pescado para niños y cortes parrilleros para reuniones familiares.

El PNIPA cobró forma en 2015 cuando el Gobierno pidió asistencia a la FAO para ayudar a solucionar las carencias técnicas de su sector pesquero y acuícola y frenar el empobrecimiento del entorno, acelerado por el cambio climático.

Un equipo multidisciplinario de la FAO ha apoyado el programa desde el principio, también en la negociación, la preparación, la implementación y la supervisión de la operación de inversión.

Ha fomentado un enfoque participativo "de abajo hacia arriba" en el que las comunidades aportan soluciones innovadoras en respuesta a necesidades reales de las cadenas de suministro.

El Centro de Inversiones prestó asistencia técnica de forma periódica en 2019, desde desarrollar una plataforma digital para el sistema de gestión, seguimiento y evaluación del programa hasta identificar y evaluar innovaciones tecnológicas en el sector, como sistemas modernos de piscifactoría para producir pececillos o el uso de restos de pescado como abono orgánico, por citar solo unos pocos.

El elemento cofinanciador del programa ha comportado una mayor implicación y propiedad entre las comunidades. El programa espera apoyar más de 2.000 iniciativas durante su primera fase, que finalizará previsiblemente en 2022.

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