Afrontar los riesgos de seguridad alimentaria en el Mediterráneo Oriental y Meridional
La guerra en Ucrania está ocasionando un enorme impacto en la seguridad alimentaria mundial. Ucrania y la Federación Rusa representan, conjuntamente, un tercio de las exportaciones globales de cereales y cerca de la mitad del mercado de exportación de aceite de girasol. Los precios mundiales de los alimentos, ya agudizados durante la pandemia en 2021, alcanzaron niveles récord en mayo de 2022.
Con esto en mente, la FAO y el BERD realizaron un estudio en abril de 2022 sobre los riesgos de seguridad alimentaria en Egipto, Jordania, Líbano, Marruecos y Túnez. Ubicados en el Mediterráneo Oriental y Meridional, o SEMED por sus siglas, estos países sufren escasez de agua y tierras cultivables, y dependen de las importaciones alimentarias para abastecer a sus poblaciones.
A partir del análisis del estudio publicado, la FAO y el BERD pusieron en marcha un paquete de seguridad alimentaria de 5.5 millones de dólares a finales de 2022 para afrontar los desafíos de seguridad alimentaria en los cinco países, así como en Cisjordania y Gaza. El paquete se centra en el apoyo con respuestas de emergencia a corto plazo, construyendo, a su vez, resiliencia duradera de estos países a los impactos.
Las recomendaciones del estudio giran en torno a fortalecer la transparencia del mercado y las políticas de seguridad alimentaria; desarrollando capacidades nacionales que generen evidencia sobre cambios en la demanda, producción, comercio y precios para evaluar riesgos de mercado, almacenamiento y reservas alimentarias de emergencia; y diversificar las importaciones de trigo, otros cereales y oleaginosas, pilares en la dieta de la SEMED.
El paquete de seguridad alimentaria también ayudará a los países a reevaluar su propio potencial de producción de alimentos, teniendo en cuenta las restricciones climáticas y medioambientales, y maximizando el valor de la producción local sostenible, que incluye la diversificación comercial.
El BERD está ofreciendo un préstamo soberano de hasta 150 millones de euros para mejorar la eficiencia y la resiliencia de la Office des Cereales tunecina, la entidad estatal encargada de la adquisición, almacenamiento, venta y distribución nacionales e internacionales de trigo duro, trigo y cebada en el país.
La FAO también respalda la puesta en marcha de un proyecto financiado por el Banco Mundial en el Líbano, aprobado a mediados de 2022 por valor de 150 millones de dólares, para comprar y distribuir trigo a corto plazo y garantizar que los hogares pobres y vulnerables tengan acceso a pan a un precio asequible. Además de las perturbaciones en el mercado global provocadas por la guerra en Ucrania, el Líbano afronta una crisis económica y financiera, con un aumento del desempleo, la inflación, la pobreza y la vulnerabilidad, especialmente entre los refugiados y las comunidades que los acogen.