El algodón constituye un importante medio de vida para millones de pequeños productores, trabajadores y sus familias, ya que les proporciona empleo e ingresos.

Las exportaciones de algodón suponen una fuente importante de divisas para algunos de los países de ingresos bajos, lo que los ayuda a cubrir sus gastos de importación de alimentos.

La demanda de algodón se ha reducido en los últimos decenios, mientras que las fibras sintéticas han experimentado un importante crecimiento debido a su bajo costo de producción y su versatilidad.

Las perturbaciones meteorológicas, las alteraciones en la cadena de suministro, la creciente competencia de las fibras sintéticas, los cambios en los marcos normativos y las frecuentes variaciones en las preferencias de los consumidores son algunos de los principales desafíos que afronta el algodón (y que deben abordarse) si queremos que el sector desarrolle todo su potencial.

El sector del algodón, en todos los niveles de la cadena de valor, representa una forma de abordar problemas de desarrollo más amplios mediante la promoción de medios de vida sostenibles, el empoderamiento de las mujeres, el impulso del empleo juvenil y el aseguramiento de un empleo digno para todos.

El sector necesita transformarse para lograr una mayor eficiencia, inclusión, resiliencia y sostenibilidad: a través de la ciencia y la innovación, la investigación, la digitalización, una mejor gobernanza e inversiones específicas.

La adición de valor (incluida la fabricación local y el desarrollo de subproductos) puede contribuir a liberar el potencial económico del algodón impulsando la creación de empleo e incrementando los beneficios.

Un sistema internacional de comercio del algodón reglamentado, no discriminatorio, abierto, justo, inclusivo, predecible y transparente es fundamental para proporcionar medios de vida a cientos de millones de personas vulnerables en todo el mundo.

El sector del algodón también necesita una mayor coordinación en toda la cadena de valor para potenciar la eficiencia, la transparencia y el valor, incluido el desarrollo de subproductos.

Los cinco principales países productores de algodón son China, la India, el Brasil, los Estados Unidos de América y el Pakistán, que juntos representan más de las tres cuartas partes de la producción mundial.

El algodón sustenta a unos 24 millones de agricultores y de él se benefician más de 100 millones de familias en todo el mundo.

El algodón es la segunda fibra más utilizada mundialmente, después del poliéster. Constituye aproximadamente el 20 % de la demanda total de fibras.

Aproximadamente el 80 % del algodón se utiliza para la confección de ropa, y el resto se emplea en la fabricación de textiles del hogar y productos industriales.