En 2020, la Península de Yucatán de México fue devastada por una intensa sequía, inundaciones causadas por la tormenta tropical Cristóbal, huracanes y frecuentes brotes de plagas, además de los impactos de la crisis de Covid-19. Estos acontecimientos han hecho daño a la seguridad alimentaria y a los medios de vida, aumentando el nivel de hambre, especialmente entre las familias de los pequeños productores.

En este momento crucial, el Fondo de Agroecología (AEF, por su sigla en Inglés) anunció el lanzamiento del Fondo Agroecológico Península de Yucatán (FAPY) para apoyar a las organizaciones comunitarias dedicadas a recuperarse de las consecuencias de la brutal temporada de huracanes y promover la agroecología y la soberanía alimentaria en la Península de Yucatán.

Con la financiación de la Fundación WK Kellogg, el FAPY será gestionado por el socio local de la AEF Túumben K'ooben, una cooperativa de mujeres principalmente mayas que apoya el desarrollo comunitario sostenible en la Península de Yucatán. La misión del FAPY es apoyar proyectos innovadores que se centren en el fortalecimiento de la producción agroecológica, la profundización de la investigación y el conocimiento en agroecología, la mejora del acceso a los mercados y la construcción de un sistema alimentario justo y más resistente al clima en los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo. El fondo regional identificará y otorgará financiamiento a proyectos liderados por organizaciones comunitarias legalmente constituidas (cooperativas, asociaciones civiles, sociedades de producción rural, etc.) o grupos comunitarios que cuenten con una organización afiliada legalmente para recibir financiamiento. 

El FAPY acaba de anunciar la convocatoria y dará prioridad a los proyectos comunitarios que demuestren impacto colectivo, que sean desarrollados por organizaciones de manera participativa y que integren a poblaciones vulnerables, como mujeres, indígenas, jóvenes y ancianos sin acceso a la tierra.