Un sistema alimentario reúne todos los elementos y actividades relacionados con la producción, elaboración, distribución, preparación y consumo de alimentos, así como los productos de estas actividades, incluidos los resultados socioeconómicos y ambientales (Grupo de alto nivel de expertos en seguridad alimentaria y nutrición – HLPE, 2014). Los sistemas alimentarios tienen una relación de influencia recíproca con factores económicos, sociales y ambientales, además de comunicarse con otros sistemas (energía, transporte, etc).

Avanzar hacia la sostenibilidad de los sistemas alimentarios es garantizar la seguridad alimentaria y nutricional del presente y el futuro, en este sentido, el abastecimiento de alimentos constituye un elemento clave, ya que su objetivo es proveer una oferta estable de alimentos y facilitar el acceso de la población más vulnerable a los mismos, además de generar incentivos necesarios para una producción y comercialización inclusiva, eficiente y equitativa, con el Estado en un rol principal.

En los países de América Latina y el Caribe existen políticas y mecanismos públicos de comercialización y abastecimiento de alimentos, sin embargo, no hay una articulación a nivel regional, a pesar del papel relevante que podrían desempeñar, si se considera la capacidad de abastecimiento y el potencial de comercio intrarregional de la región.