El 11 de mayo de 2022, el Gobierno de Brasil anunció la reducción de los aranceles a la importación de algunos productos alimenticios básicos, como el maíz, el grano de trigo ( que no sea trigo duro) y la harina de trigo, la pastelería y las galletas, la carne de vacuno (deshuesada, congelada) y el pollo (cortes, congelados). La medida, que se aplica a los países que no forman parte del bloque comercial libre de impuestos del MERCOSUR, entró en vigor el 12 de mayo y será válida hasta el 31 de diciembre de 2022. El objetivo es hacer frente a la elevada inflación alimentaria, que en abril de 2022 se disparó un 13 por ciento en términos anuales.

Además, los aranceles a las importaciones de ácido sulfúrico (un insumo para la producción de fertilizantes) y el fungicida Mancozeb se redujeron a cero y 4 por ciento, respectivamente, en un esfuerzo por contener los crecientes costos de los insumos agrícolas.

Aunque la contribución de las importaciones de maíz a las necesidades internas es marginal, el país importó alrededor del 55 por ciento de sus necesidades de consumo de trigo durante los cinco últimos años. Las importaciones de grano y harina de trigo de países no pertenecientes al MERCOSUR fueron en promedio el 8 por ciento del total de las importaciones de trigo en el período 2018-2022.