Apoyo a la inversión responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios

¿Que la agricultura no es guay? Piénsalo otra vez. Cerrar la brecha generacional

17/10/2018

“Hijo mío, estudia mucho, y haz otra cosa, no te dediques a la agricultura”, solía decir mi madre. ¿Y si hubiera un Cristiano Ronaldo, un Messi o un Totti de la agricultura, demostrando el éxito que se podría tener en el sector? En un acto paralelo, organizado durante el 45º período de sesiones del Comité de Seguridad Alimentaria (CSA), Denis Kabiito, Coordinador Nacional de Jóvenes Agricultores de Uganda señaló que para animar a los jóvenes a entrar en la agricultura su imagen pública debería cambiar.

Y debería cambiar sin tardanza: a pesar de la creciente demanda mundial de alimentos, un número significactivo de explotaciones agrícolas está en peligro de abandono en los próximos años, a medida que la mayoría de jóvenes se muda a las ciudades en busca de mejor suerte, muchas veces en vano. Aunque es reconocido mundialmente que el 80% de los alimentos del mundo proviene de explotaciones familiares, poco se ha hecho para garantizar su continuidad en el futuro.

Los ponentes estuvieron de acuerdo que en este momento, incluso a los jóvenes que se sienten atraidos por la agricultura les resulta difícil plasmar sus ideas en la realidad. No consiguen acceder a tierra, a préstamos u otros servicios financieros, como planes de seguros, lo cual limita su capacidad de iniciar un negocio o invertir en uno ya existente. Sin embargo, saben que la agricultura es mucho más que producir cosechas, piensan que sabrían añadir valor a sus productos y sueñan con comercializarlos.

¿Cómo hacer de ese sueño realidad? En primer lugar, educación. El aprendizaje en el campo debe ir acompañado de la escolarización. Y luego, hace falta una formación empresarial: entender quién es el cliente, qué le gustaría comprar, cómo llegar a él, además de una prolongada asistencia técnica, por lo menos durante el período de “incubación”. Segundo, reconocer el papel de la juventud. Generalmente a los jóvenes se les da bien la tecnología y la innovación y podrían ayudar a sus familias y comunidades a modernizar la finca haciéndola más eficiente, si hubiera mayor confianza intergeneracional. Tercero, compartir. Intercambiar experiencias con jóvenes de otras comunidades. Aunque quizás, lo más importante sería que los jóvenes pudieran dar a conocer sus puntos de vista en foros adecuados y participar en los procesos de elaboración de las políticas nacionales.

No es fácil hacer que altos cargos del gobierno acepten consejos sobre políticas de los jóvenes. Pero con políticas idóneas el sistema bancario podría “rejuvenecerse” y crear modelos financieros rurales para jóvenes, las empresas podrían fraguar sociedades sostenibles con los jóvenes y con sus organizaciones, y más jóvenes desearían trabajar en la agricultura, incluso si provienen de un medio urbano.

El debate se desplazó a la importancia del diálogo entre múltiples partes interesadas, a la participación y  acciones necesarias para crear un “entorno propicio” para la juventud. La buena noticia es que el empleo juvenil empieza a encabezar muchas agendas y las inversiones públicas en juventud van en aumento. La FAO ha decidido dar prioridad a la juventud en su trabajo estratégico de reducción de la pobreza rural y presta asistencia en el empeño de transformar sus políticas. Para comprender cuál debería ser el punto de partida en cada país, la FAO con el apoyo de la Oficina Federal Suiza para la Agricultura ha desarrollado una Herramienta de Evaluación de la Capacidad para valorar las capacidades existentes y necesarias para empoderar a los jóvenes en la realización de inversiones responsables en agricultura atendiendo a los Principios para la inversión responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios (CSA-IAR) y en particular, al Principio 4, de “potenciar la participación y el empoderamiento”. Janetta Carlucci, del Equipo de Empleo Rural Decente de la FAO explicó cómo se ha utilizado esta herramienta en talleres con múltiples partes interesadas con la participación, hasta el momento, de seis países africanos y presentó algunos resultados que están siendo de ayuda en la identificación de las prioridades nacionales. De esas evaluaciones emanó que, en algunos casos, ya se prestan servicios útiles a los jóvenes pero no se los conoce, por lo que habría que realizar esfuerzos, por ejemplo, para averiguar qué tipo de servicio disponible llega a las comunidades rurales y para asistir a las redes locales y nacionales.

Al concluir el acto, los participantes intercambiaron activamente ideas sobre cómo incrementar el esfuerzo. ¿Acaso, la recientemente declarada Década de la Agricultura Familiar (2019-2028) podría constituir una plataforma que haga a la agricultura más atractiva para los jóvenes y que estimule su inclusión en el diseño de las políticas? Sin duda, los jóvenes oradores en el acto entre los que estaba el movimiento de Jóvenes Profesionales para el Desarrollo Agrícola (YPARD, por sus siglas en inglés) ofrecieron ideas muy definidas sobre cómo hacerlo, empezando por la creación de un “Premio para Jóvenes Agricultores”. Y tú, ¿tienes otra idea que te gustaría compartir con nosotros?

Más información:

Principios del CSA para la inversión responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios

Resumen del Programa Marco de la FAO de Apoyo a la inversión responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios

Curso a distancia (e-learning) sobre inversiones responsables en la agricultura y los sistemas alimentarios

Estrategia Institucional sobre el Desarrollo de la Capacidad de la FAO

Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)

Herramienta de Evaluación de la Capacidad

Volante sobre la Herramienta de evaluación de capacidad        

Artículos sobre talleres que utilizan la Herramienta de evaluación de capacidad en África:

Década de la Agricultura Familiar

Contacto:

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