El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2022

Capítulo 5 OPCIONES DE POLÍTICAS PARA UNA AUTOMATIZACIÓN AGRÍCOLA EFICIENTE, SOSTENIBLE E INCLUSIVA

Políticas para lograr que el proceso de automatización agrícola sea inclusivo y funcione para todos

Uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la automatización de la agricultura es el riesgo de dejar atrás a los grupos marginados —como las mujeres, los pequeños productores y los jóvenes—, dado el sesgo de escala de la automatización, que favorece las grandes explotaciones. Los elevados costos de muchas de las tecnologías de automatización existentes, así como los requisitos de cualificación asociados a su uso, pueden dar lugar a un aumento de las desigualdades y a la profundización de las brechas digitales. La automatización puede traer consigo un aumento del desempleo y la pérdida de puestos de trabajo para mano de obra no cualificada; esto no solo puede tener implicaciones negativas para la inclusividad de las tecnologías, sino que puede distorsionar las percepciones respecto de sus beneficios. Las políticas pueden desempeñar un papel fundamental a la hora de mitigar o evitar cualquiera de los efectos negativos mencionados y garantizar que la automatización contribuya a una transformación agrícola inclusiva.

Abordar la brecha tecnológica mediante innovaciones técnicas e institucionales

Las tecnologías más recientes, incluidas las relacionadas con la revolución digital, pueden facilitar que la automatización sea aplicable en todo tipo de explotaciones, con independencia de su tamaño, y, por tanto, que sea más accesible para todos. La utilización de maquinaria de menor tamaño ha permitido a los pequeños productores automatizar muchas actividades agrícolas (véase el Capítulo 3). Los mecanismos institucionales, como la prestación de servicios compartidos y la propiedad cooperativa facilitada por las tecnologías digitales, han contribuido a la adopción de tecnologías de automatización41. Son los agricultores los que deben elegir qué soluciones de automatización se adaptan mejor a sus condiciones agroecológicas locales, mientras que los gobiernos deben crear unas condiciones equitativas. Estos últimos pueden apoyar la aparición de mercados de servicios mediante la mejora de la infraestructura rural, proporcionando un marco jurídico adecuado, facilitando los cruces de fronteras y potenciando los conocimientos y competencias de los proveedores de servicios, incluida la capacitación empresarial. Las organizaciones del tercer sector, como las asociaciones de productores y las cooperativas, pueden ayudar a reducir los costos de transacción del trabajo con pequeños productores, por ejemplo, organizando a los agricultores en grupos42. Los instrumentos digitales pueden abordar algunos de los desafíos asociados a los mercados de servicios y reducir los costos de transacción. Los gobiernos pueden facilitar el uso de estos instrumentos mediante el fomento de la conectividad digital, la alfabetización y la confianza43.

Garantizar que las mujeres se beneficien de la automatización

La automatización puede tener efectos tanto positivos como negativos en las mujeres; tener en cuenta sus necesidades es clave para evitar las repercusiones negativas26. Las mujeres suelen tener menos acceso a las tecnologías de automatización, en parte porque poseen parcelas más pequeñas y fragmentadas y les cuesta más acceder a los mercados, al crédito y a la extensión (véase el Capítulo 4). Las políticas, legislación e inversiones que abordan estas desventajas (por ejemplo, mediante la mejora de los derechos de las mujeres sobre la tierra y el acceso al crédito y la extensión) pueden contribuir a aumentar el acceso de las mujeres a la automatización. Es importante adoptar enfoques de seguimiento basados en los derechos humanos, recopilando datos desglosados para medir el efecto en los medios de vida, los derechos y las oportunidades de las mujeres. Los marcos jurídicos nacionales también deben prever evaluaciones del impacto reglamentario que tengan en cuenta las cuestiones de género, así como elaborar y presupuestar medidas destinadas a evitar y mitigar cualquier efecto adverso en las mujeres. Los marcos jurídicos deben tener en cuenta los desafíos específicos de género a los que se enfrentan las mujeres y tomar medidas para abordarlos. Estas medidas pueden consistir en la asignación de recursos financieros para fomentar el emprendimiento mediante la concesión de créditos; la organización de actividades de capacitación (por ejemplo, de alfabetización digital), y la mejora del acceso a los mercados de insumos y productos.

El escaso acceso de las mujeres a la mecanización también es consecuencia de las normas sociales. Entre los posibles puntos de partida para cambiar esta situación cabe citar las campañas de concienciación acerca de las cuestiones de género (por ejemplo, mostrando a las mujeres que son proveedoras de servicios u operadoras de éxito) y el apoyo a cooperativas o asociaciones de fomento de la mecanización integradas por mujeres, en las que estas gestionan colectivamente la maquinaria y pueden obtener acceso al desarrollo de conocimientos y habilidades y a la financiación. Debe reforzarse la labor de investigación para entender mejor cómo mejorar el acceso de las mujeres a la mecanización. La automatización suele acarrear elevados gastos iniciales, lo que repercute negativamente en la competitividad de las mujeres, ya que las empresas que estas gestionan suelen ser de menor tamaño y disponer de menor capacidad de inversión.

Las mujeres también pueden tener menores posibilidades de expresar sus necesidades debido a la falta de empoderamiento44. Las políticas, legislación e inversiones que utilizan enfoques de seguimiento basados en los derechos humanos y que aumentan el poder de las mujeres pueden ayudar a estas a expresar mejor sus necesidades. La investigación y el desarrollo públicos pueden centrarse en tecnologías de mecanización que tengan en cuenta las cuestiones de género, adaptando su diseño a las necesidades de las mujeres.

Centrar la atención en la juventud rural con miras a una transición fluida e inclusiva en la era digital

Uno de los principales desafíos para el desarrollo agrícola es la emigración de los jóvenes de las zonas rurales —sobre todo de los que tienen un nivel de estudios superior— lo que entraña el envejecimiento progresivo de la población remanente y graves problemas para mantener la sostenibilidad de la agricultura y los sistemas agroalimentarios. La automatización de la agricultura puede desempeñar un papel fundamental para invertir esta tendencia. Puede cubrir las carencias de mano de obra; las tecnologías digitales pueden estimular el interés de los jóvenes rurales por encontrar trabajo en el sector agroalimentario, incluidas las explotaciones agrícolas, creando nuevas oportunidades de empleo con mejores condiciones de trabajo e ingresos45.

Como se ha mencionado en capítulos anteriores, los jóvenes agricultores suelen ser los primeros en adoptar y utilizar las tecnologías de automatización —en parte debido a su mejor acceso a la información y a las tecnologías digitales, como los teléfonos inteligentes— y, por lo tanto, desempeñan un papel decisivo para la automatización digital en la agricultura25. Los jóvenes reúnen conocimientos y competencias sobre prácticas agrícolas juntamente con las aptitudes digitales necesarias para utilizar las nuevas tecnologías46. Una prioridad de las políticas debería ser la elaboración de un programa específico de automatización agrícola que se dirija a los jóvenes de las zonas rurales y garantice que estos adquieran las habilidades necesarias para realizar nuevos trabajos altamente cualificados. Este programa debería tener como objetivo fomentar las competencias de los jóvenes no solo para la producción agrícola, sino también para realizar actividades de alta tecnología a lo largo de las cadenas de valor agroalimentarias. Esto debería complementarse con apoyo financiero y normativo, así como con actividades de investigación, desarrollo y asistencia técnica a fin de garantizar un enfoque integral para la transformación de los sistemas agroalimentarios. La educación pública puede desempeñar una función determinante para garantizar una transición fluida y un acceso equitativo a las nuevas oportunidades de empleo47. Este aspecto es especialmente importante, ya que los jóvenes de las zonas rurales probablemente seguirán abandonando la agricultura, sobre todo en los países de ingresos bajos y medianos, pero pueden pasar a ocupar puestos de trabajo más cualificados en otras etapas de los sistemas agroalimentarios.

Las iniciativas de desarrollo rural dirigidas por la comunidad deben incluir a los jóvenes en las consultas, la planificación y la toma de decisiones. Los marcos jurídicos pueden apoyar estas iniciativas creando un entorno propicio para el desarrollo local, estableciendo cuotas obligatorias de participación de los jóvenes y creando organizaciones juveniles.

Mejorar los servicios de extensión agrícola y asesoramiento rural

Los servicios de extensión financiados con fondos públicos siempre han desempeñado un papel importante para garantizar la automatización agrícola inclusiva. Aparte de las diversas dificultades a las que se enfrentan los pequeños productores, el acceso limitado a servicios de asesoramiento fiables y oportunos es uno de los principales obstáculos que les impiden aumentar la productividad. En todo el mundo, los servicios de extensión financiados públicamente constituyen una parte fundamental de la transformación de la agricultura, ya que representan una importante fuente de información. En muchos países, la extensión sigue utilizando diferentes enfoques. Dada la falta de personal de extensión debidamente capacitado —uno de los principales obstáculos en la mayoría de los países de ingresos bajos y medianos—, la extensión por medios electrónicos, que utiliza modelos digitales para la generación y difusión de conocimientos, es un complemento válido de la extensión tradicional. La ampliación de la escala puede dar lugar a una nueva generación de servicios de extensión que también apoyen soluciones de automatización a medida48, 49.

Es apremiante recopilar y transformar conocimientos en desuso y ponerlos a disposición de los productores a través de sistemas de aplicación novedosos; estos sistemas pueden adaptar los resultados científicos, ajustando el asesoramiento a productores con diferentes contextos y perfiles. Las enseñanzas extraídas de dos estudios técnicos elaborados para el presente informe señalan el potencial de los instrumentos digitales para revolucionar los servicios de extensión y asesoramiento; disponer de métodos de aplicación innovadores puede contribuir a un aumento considerable del acceso a los servicios y fomentar las competencias para el uso sostenible de la automatización25, 33. En varios casos (por ejemplo, Igara Tea en Uganda; la empresa SOWIT en Marruecos, Túnez, Etiopía y Senegal; y la plataforma en línea Tun Yat en Myanmar), los proveedores de servicios también ofrecen servicios de extensión. Algunos de ellos brindan ayuda integral a los productores agrícolas, lo que incluye asistencia para utilizar el servicio y manejar la maquinaria. Las tecnologías digitales —por ejemplo, el IdC; las grabaciones y llamadas de audio y vídeo en los teléfonos móviles; los sistemas de información geográfica; los modelos de simulación, y la teledetección— pueden ofrecer entornos totalmente nuevos para la transmisión eficaz de conocimientos. Se deben aprovechar y explotar estas tecnologías para subsanar las deficiencias de información existentes y proporcionar la orientación eficaz que necesitan los agricultores. Esto también indica que, además de los servicios de extensión financiados con fondos públicos, las asociaciones entre los sectores público y privado tienen un importante papel que desempeñar en la mejora del acceso de los agricultores al apoyo sobre el terreno. Por último, los instrumentos digitales también pueden facilitar los servicios de asesoramiento agrícola canalizados a través de actividades de agricultura contractual o contratos de la cadena de suministro.

Protección contra los efectos negativos en el empleo

La automatización puede generar una amplia variedad de efectos en el empleo rural, tanto positivos como negativos (véase el Capítulo 4). Cuando surge como respuesta a las fuerzas del mercado (por ejemplo, el aumento de los salarios rurales debido a la transformación estructural) o sustituye a la mano de obra familiar no remunerada, lo más probable es que no genere desempleo, sino que ayude a cubrir las carencias de mano de obra. En cambio, si la automatización se promueve artificialmente, mediante iniciativas públicas a gran escala (por ejemplo, subvenciones a la importación de maquinaria) —sin que su difusión responda a una demanda real—, puede generar efectos negativos como el aumento del desempleo, la eliminación de puestos de trabajo y la caída o el estancamiento de los salarios rurales. Los responsables de la formulación de políticas deben procurar no promover la automatización antes de que esta sea necesaria; sin embargo, tampoco deben impedir su adopción partiendo del supuesto de que sustituirá a la mano de obra y generará desempleo.

Las políticas de apoyo que proporcionan bienes públicos o colectivos a través de servicios generales —contribuyendo a un entorno propicio para el sector agroalimentario y otros ámbitos— son probablemente las más eficaces para facilitar una transición suave hacia una mayor automatización sin que se genere desempleo. Estas políticas incluyen el apoyo a la investigación y el desarrollo agrícolas y los servicios de transferencia de conocimientos (en particular, mediante actividades de capacitación y asistencia técnica), así como el desarrollo y mantenimiento de infraestructura (por ejemplo, mediante la mejora de las carreteras rurales, los sistemas de riego, las instalaciones de almacenamiento y la conectividad a Internet). Los enormes avances en I+D, sobre todo en el sector privado, siguen poniendo nuevas soluciones de automatización agrícola al alcance de los agricultores a un costo cada vez menor. Esto es una buena noticia de cara a la necesidad de aumentar la producción de alimentos, habida cuenta de que la mano de obra agrícola disminuye en todo el mundo.

Fomento de las competencias digitales para la inclusión

Los agricultores y los profesionales de la agricultura deben adquirir competencias para gestionar los nuevos sistemas mediante la automatización agrícola y también para acceder a nuevos puestos de trabajo más cualificados en los sistemas agroalimentarios; este debe ser el objetivo de los gobiernos. La adquisición de competencias es especialmente pertinente para los jóvenes, que constituyen un poder transformador25. En algunos contextos, puede ser útil dirigirse a los niños en la escuela, ya que estos tienen la capacidad de desempeñar una función de puente tecnológico para sus padres41, y, por su parte, las escuelas que ya imparten conocimientos agronómicos y zootécnicos a los agricultores pueden ampliar su programa de estudios para incluir la alfabetización digital. El acceso a la información es fundamental para que los productores puedan actualizar sus conocimientos en un mundo cada vez más competitivo. Además, la información debe ser siempre un bien público y su suministro es responsabilidad de los gobiernos. Si disponen de competencias y acceso a la información adecuados, las personas que pierdan su empleo a causa de la automatización estarán preparadas para utilizar la nueva tecnología en la explotación o para encontrar un trabajo alternativo en las fases posteriores o anteriores de la cadena de suministro agroalimentario. Asimismo, los productores agrícolas a tiempo parcial también pueden adquirir mejores competencias para encontrar un empleo fuera de la explotación y mejorar y diversificar sus ingresos.

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