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Una taza de té... ¿o cha?


Un homenaje al té como parte de nuestro patrimonio e historia

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El té se cultiva actualmente en más de 50 países, y más de 13 millones de personas dependen del sector del té para sus medios de vida. ¡En el Día Internacional del Té, celebramos su apasionante legado! © FAO/Mary Jane dela Cruz

21/05/2024

¿Sabía que en la mayor parte del mundo se utilizan las mismas dos palabras para referirse al té? Una variante es la que se utiliza en inglés (tea), francés (thé), español (té) y holandés (thee). La otra es una palabra que deriva de cha (en mandarín y cantonés), como chai en hindi, shay en árabe y chay en ruso. Hay una razón interesante para ello.

Ambas palabras tienen su origen en China, país que se considera la “patria del té” y donde se cultivó la planta por primera vez, y provienen del carácter chino: 茶. En mandarín y cantonés se pronuncia “cha”. Los países del mundo que utilizan la palabra “cha” importaban originalmente el té por tierra, a través de la Ruta de la Seda, desde las regiones del norte de China, donde se pronuncia “cha”.

Sin embargo, en el dialecto que se habla en la provincia costera meridional de Fujian, la palabra se pronuncia “te”. En el siglo XVII, los comerciantes holandeses compraban té en los puertos de Fujian para llevarlo a Europa, trayendo consigo esta pronunciación. Por supuesto, hay excepciones. Pero, por lo general, en cualquier lugar del mundo, es muy probable que pueda pedir una taza de té con solo esas dos palabras.

La etimología del té es solo uno de los elementos de su fascinante legado. Su cultivo y producción han formado parte de culturas en todo el mundo durante siglos. En reconocimiento de ello, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha designado cinco increíbles zonas de producción de té como Sistemas importantes del patrimonio agrícola mundial (SIPAM) por su combinación de paisajes singulares, patrimonio agrícola y métodos de cultivo tradicionales transmitidos de generación en generación.

Agroecosistema tradicional del té Pu’er en la provincia de Yunnan (China)

La provincia de Yunnan está considerada como la cuna del té a nivel mundial. El agroecosistema del té Pu’er, en Yunnan, es la mayor zona del planeta de plantaciones forestales de té, y allí se cultivan juntas muchas plantas de té simulando un ecosistema forestal, creado por pasadas generaciones de aldeanos hace miles de años y cultivado con métodos tradicionales. El sistema, rico en diversidad biológica y cultural, está compuesto por poblaciones de viejos árboles de té silvestres y antiguas plantaciones de té.

Las comunidades locales cultivan el té en equilibrio con otros productos necesarios para su sustento y alimentación. Los bosques de té cultivados suelen tener tres capas: el estrato arbóreo, el de plantas y arbustos de té y el herbáceo. El estrato arbóreo está formado por árboles naturales de gran porte que ofrecen sombra y protección contra las inclemencias meteorológicas, mientras que el estrato de plantas y arbustos de té constituye una fuente de ingresos para los agricultores. El estrato herbáceo contiene hierbas naturales, al tiempo que alberga cultivos de cereales y hortalizas.

El control de plagas se realiza con métodos naturales que incluso ayudan a mejorar el sabor del té.

Izqda./Arriba: El té cultivado en el sistema de cultivo de jazmín y té está aromatizado de forma natural con jazmín. © ZHANG Renfeng Dcha./Abajo: El té de Shizuoka (Japón) es conocido por su aroma característico y su color verde intenso. © Kakegawa City

Sistema de cultivo de jazmín y té en Fuhzou (China)

Las plantas de jazmín y los árboles de té suelen crecer en entornos diferentes, pero debido al microclima diverso y a las laderas montañosas de la zona de Fuhzou, el paisaje permite que se den ambos. Este ecosistema único hace que el té esté perfumado de forma natural con jazmín, un método desarrollado en esta zona hace más de 1 000 años y que continúa hasta hoy.

El sistema de té de jazmín es una de las principales fuentes de sustento de la comunidad local, y el ecosistema en el que crece favorece el desarrollo de diversos cultivos. En la zona se producen setas, té de jazmín, leche y carne, gracias a los árboles de jazmín y té que mejoran la conservación del agua y el suelo de muchas maneras. Los árboles de jazmín protegen asimismo de las inclemencias meteorológicas. Plantados en las llanuras y riberas de los ríos, impiden que la lluvia inunde directamente las riberas, lo que mitiga la erosión del suelo y por efecto del agua.

Sistema de cultivo de té tieguanyin de Anxi (China)

El árbol del té tieguanyin, descubierto por primera vez en las plantaciones de té de Anxi (China), es el origen del apreciado té oolong.

Además de las 100 variedades de árboles de té que se plantan en el Sistema de cultivo de té de Anxi, otros cultivos como el maíz, el arroz, tubérculos (como la papa y la batata) y cultivos oleaginosos (como la soja y el maní) proporcionan alimentos y nutrición a las comunidades locales. Entre las plantaciones de té se crían animales, como las aves de corral, y en los estanques que rodean las plantaciones se practica acuicultura de agua dulce, como la cría de carpas y camarones blancos, lo que contribuye a su rica agrobiodiversidad.

A través de costumbres culturales como el espíritu del chadao (La vía del té, una referencia a la manera artística y ceremonial de preparar y consumir el té y los rituales pertinentes) y la denominada “batalla del té” (una forma en la que los cultivadores de té se comunican, aprenden y compiten entre sí en torno a las técnicas de preparación del té), la cultura del té tieguanyin de Anxi sigue influyendo hoy en día en las costumbres sociales y las técnicas de preparación del té en todo el mundo.  

Sistema integral tradicional de té y pastizales en Shizuoka (Japón)

La prefectura de Shizuoka es la mayor región productora de té del Japón, y alrededor del 78 % de los agricultores de la zona dependen del té para obtener ingresos. La zona es conocida por su té al vapor, que tiene un aroma inconfundible y un color verde intenso.

Los cultivadores de té también utilizan campos compartidos, llamados chagusaba, para cultivar y recolectar hierba natural que luego se corta y esparce por los campos de té para mejorar el manejo del suelo y la calidad del té. Algunas chagusaba son comunales, y en ellas las comunidades pueden recuperar los recursos de hierba cuando lo necesitan, mientras que otras se gestionan de forma más estructurada.

Esta gestión de los pastizales seminaturales contribuye a aprovechar la biodiversidad. Una tradición complementaria llamada yui —el conjunto de normas sociales que guían a la comunidad agrícola local—, ha mantenido las chagusaba mediante la cooperación entre las comunidades locales. Los campos de chagusaba y té se distribuyen en forma de mosaico, creando un paisaje extraordinario.

En este sitio también se desarrolló un sistema de certificación y una etiqueta del producto para indicar el grado de participación de los agricultores en los métodos chagusaba que reflejan la contribución a la conservación de la biodiversidad. De esta manera, se informa a los consumidores de las buenas prácticas agrícolas en el proceso de producción, lo que los incentiva a comprar productos de té cultivados de forma sostenible. 

El té que se cultiva en Hwagae-myeon (República de Corea) se adapta de forma natural a las laderas de las montañas y las condiciones adversas. © Oficina del distrito, Hadong

Sistema agrícola tradicional del té de Hadong en Hwagae-myeon (Corea)

El sistema agrícola tradicional del té de Hadong fue creado por las comunidades locales basándose en 1 200 años de adaptación al árido entorno de la montaña de Jiri. Más del 90 % de la zona de Hwagae-myeon es terreno montañoso y escarpado con frecuentes inundaciones durante la temporada de los monzones, lo que dificulta en gran medida llevar a cabo actividades agrícolas de forma estable. La población de Hwagae depende del cultivo del té en lugar de en los arrozales para ganarse la vida.

Durante los últimos 1 200 años, las plantas de té de Hadong se han adaptado al duro entorno, reproduciéndose por medio de los insectos y el viento, lo que ha dado a los campos de té su diversidad genética. Los campos de té alrededor del arroyo Hwagae, al pie de la montaña, conviven en armonía con el entorno natural, manteniendo una excepcional biodiversidad. Las especies de té tradicional de Hadong son numerosas, lo que fomenta la biodiversidad de la zona. Los bosques y ríos dan cobijo a diferentes especies de animales y plantas autóctonas de la zona de la montaña de Jiri.

El té ha viajado por todo el mundo a lo largo de los siglos, desde sus orígenes en China hace miles de años hasta su condición de producto básico para muchos hogares en la actualidad. La producción y elaboración del té constituye uno de los principales medios de vida para millones de familias en los países en desarrollo.

La producción de té es vital para la lucha contra el hambre, la reducción de la pobreza extrema, el empoderamiento de las mujeres y el uso sostenible de la tierra. Por ello, las Naciones Unidas designaron el 21 de mayo como el Día Internacional del Té a fin de celebrar la producción de té y sensibilizar a la opinión pública sobre su importancia para el desarrollo rural y los medios de vida sostenibles y su contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

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Este artículo es una actualización de otro publicado inicialmente el 20 de mayo de 2021.