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©FAO/Ami Vitale

Crisis de la cadena alimentaria

Los incidentes de inocuidad alimentaria, los casos de radiación, la resistencia a los antimicrobianos y los brotes de enfermedades y plagas de animales y plantas van al alza. Perturban los sistemas alimentarios, suponen grandes riesgos para la salud, ponen en peligro los medios de subsistencia, afectan a la seguridad alimentaria y dañan la economía.

La prevención salva vidas, preserva los medios de vida y ahorra dinero.

Las emergencias de la cadena alimentaria tienen varios orígenes, a saber: plagas de plantas (p. ej. las langostas, la roya del tallo del trigo, la oruga americana), enfermedades de animales (p. ej. la gripe aviar altamente patógena H5N1, la peste de los pequeños rumiantes PPR) y amenazas para la inocuidad (p. ej., las dioxinas y la Salmonella).

Para prevenir emergencias, mejorar la preparación y la respuesta efectiva, la FAO ha establecido el Marco de gestión de crisis de la cadena alimentaria (FCC). A través del FCC, la FAO colabora con gobiernos, asociados (p. ej., la Organización Mundial de la Salud, la OIE [Organización Mundial de Sanidad Animal]) y redes regionales. La FAO proporciona servicios de alerta temprana (p. ej., su sistema de prevención de emergencias [EMPRES]), análisis, desarrollo de la capacidad e información. La Organización también coordina esfuerzos y mecanismos de gobernanza internacional para erradicar plagas y enfermedades específicas.

Principales mensajes de políticas

  • Prevenir enfermedades y plagas de animales y plantas, así como amenazas para la inocuidad alimentaria, es decisivo en la lucha contra el hambre, la malnutrición y la pobreza. Sin una acción coordinada, se prevé que las amenazas para las cadenas alimentarias globalizadas no harán otra cosa que aumentar.
  • Invertir en prevención es más rentable que responder a crisis de la cadena alimentaria. Se ha demostrado que la prevención es entre cuatro y siete veces más económica que responder a las emergencias. También devasta menos el medio ambiente, salvará vidas y preservará los medios de subsistencia. La prevención incluye la vacunación, la higiene, la observancia de normas y buenas prácticas, la aplicación de regulación, la vigilancia, la alerta temprana, la acción temprana, la planificación, las asociaciones y la colaboración.
  • Muchos factores pueden influir en las dinámicas de las enfermedades, y van de la globalización, el cambio del uso de la tierra, la intensificación de la ganadería y la deforestación al cambio climático. Se necesitan  enfoques multidisciplinares (como “Una salud”), asociaciones entre organizaciones y políticas multisectoriales para abordar los factores que causan la aparición y la persistencia de enfermedades y plagas.
  • Los problemas de inocuidad alimentaria tienen su origen en cuestiones de tipo químico, bacteriológico o epidemiológico durante la producción, la transformación, el transporte y la distribución de los alimentos. A menudo, estos problemas surgen cuando no se respetan los estándares de calidad e higiene alimentaria o las normas aplicables a los procesos (p. ej., la Convención del Codex Alimentarius). El desarrollo de políticas, regulaciones e instituciones para la inocuidad alimentaria es decisivo para prevenir, contener y responder a incidentes graves de inocuidad alimentaria.
  • Se necesita un compromiso político y más recursos económicos para prevenir y combatir las enfermedades de plantas y animales de carácter transfronterizo y grandes repercusiones, así como las crisis de inocuidad alimentaria. La colaboración es fundamental para tratar las amenazas que afectan a cadenas de valor entre países. Debe hacerse hincapié, sobre todo, en el apoyo a los países con capacidades institucionales y técnicas limitadas.

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