Nutrición y sistemas alimentarios
La malnutrición afecta a todos los países y a una de cada tres personas. Adopta muchas formas: del hambre crónica al déficit de micronutrientes y del retraso en el crecimiento de los niños a la obesidad.
La malnutrición también aumenta la vulnerabilidad a infecciones como la COVID-19. Aunque no hay ningún alimento o complemento dietético que prevenga esta infección, mantener una dieta saludable contribuye de manera importante a un sistema inmunitario fuerte.
Actuando en el conjunto de los sistemas alimentarios, es decir, en la forma como producimos, recogemos, almacenamos, transportamos, transformamos y aseguramos el acceso a los alimentos, podemos hacer posibles mejores dietas y mejorar nuestra salud y el uso de los recursos naturales.
La FAO colabora con los gobiernos para fortalecer los sistemas alimentarios a fin de mejorar la nutrición y la salud, y trabaja no solo con los ministerios de Agricultura y Salud, sino también con los de Seguridad social, Educación, Comercio e Industria, Finanzas y otros. La Organización también facilita el diálogo de alto nivel entre los gobiernos y sus asociados para elaborar normas y enfoques comunes orientados a dietas saludables y sistemas alimentarios que sean sostenibles.
Principales mensajes de políticas
- Son necesarios cambios profundos en nuestros sistemas alimentarios y hábitos de consumo actuales para combatir los problemas nutricionales que afectan a más de 2 000 millones de personas, sobre todo en los países en desarrollo. A día de hoy, más de 3 000 millones de personas no pueden permitirse una alimentación saludable. Es probable que la COVID-19 haya agravado este problema. Preservar el acceso a alimentos nutritivos, variados e inocuos es imprescindible en la respuesta a la pandemia de la COVID-19, especialmente para las comunidades pobres y vulnerables, que son las más afectadas por la pandemia y las conmociones económicas que se derivan de esta.
- La malnutrición cuesta billones de dólares a las economías mundiales por el aumento de los costos sanitarios y la pérdida de productividad. Por lo tanto, invertir en nutrición es tanto un imperativo moral como una inversión económica sensata.
- Un enfoque basado en los sistemas alimentarios para atacar la malnutrición exige programas integrales y políticas públicas coherentes que aborden ambos lados (oferta y demanda) de los alimentos, así como el entorno alimentario en el que los consumidores participan en un sistema alimentario para tomar sus decisiones relacionadas con los alimentos. Las políticas, los programas y las inversiones deben estar "atentos a la nutrición", es decir, el aspecto de la nutrición debe integrarse en las políticas sectoriales.
- Estas son algunas medidas políticas del sistema alimentario que favorecen dietas saludables: incentivos para fomentar la producción de alimentos ricos en nutrientes, como la fruta y las verduras; inversiones en infraestructuras de transporte y de la cadena del frío para reducir la pérdida de alimentos; leyes para la reformulación de alimentos; reglamentos para las cadenas de tiendas y las de servicios alimentarios; políticas de etiquetaje de los alimentos y legislación para asegurar las adquisiciones institucionales a pequeños agricultores locales donde sea posible.
- El Decenio de las Naciones Unidas de Acción sobre la Nutrición (2016-2025) es una oportunidad sin precedentes para que los países y sus asociados no solo se comprometan con los objetivos de nutrición, sino también actúen en consecuencia intensificando sus esfuerzos y aumentando la inversión en nutrición, a fin de cumplir la meta del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) que consiste en eliminar la malnutrición en todas sus formas en 2030.
- La misión de la FAO incluye hacer frente a la malnutrición en todas sus formas apoyando a los países para acelerar políticas y acciones eficaces en los sistemas alimentarios a fin de garantizar una alimentación saludable y asequible para todos. En el Marco estratégico de la Organización para 2022-2031 se explica resumidamente el compromiso de la Organización con sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles, para conseguir una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor sin dejar a nadie atrás. Solo será posible transformar los sistemas agroalimentarios si se aprovechan los conocimientos, la experiencia y las aptitudes de una gran variedad de agentes del sector público y del privado que tienen necesidades y capacidades diferentes. Dado que esto comportará unos desafíos significativos para la gobernanza, la FAO ayuda a los Estados Miembros a conseguir un equilibrio entre las necesidades de agentes distintos, por ejemplo, favoreciendo la formación de coaliciones de agentes.
Recursos destacados
.jpg)




Estudio de casos
The nutrition and health potential of geographical indication foods