Producción y productos avícolas

Aspectos económicos

En todas las regiones, la producción de aves de corral se está intensificando, concentrando geográficamente e integrando verticalmente de manera acelerada, y se está vinculada cada vez más a las cadenas de suministro mundiales. En muchos países, la producción comercial de pollos de engorde se caracteriza por el sistema de cría por contrato. En los sistemas de cría contractual, las unidades de producción son propiedad de los avicultores por contrato, que los explotan, y normalmente cuentan con una empresa integrada que los suple con pollitos, alimentos y los medicamentos necesarios. Los criadores reciben una remuneración en función de su producción y eficacia productiva. El contrato con criadores es esencialmente una forma de compartir los costos y riesgos con la empresa integrante. El avicultor se beneficia de las economías de escala y la reducción de los costos de las transacciones, así como de una reducción de los riesgos asociados a las grandes fluctuaciones de precios. La empresa integrante, por su parte, tiene la posibilidad de ser más flexible y ajustar el volumen de la producción a los cambios de estación o a la demanda nacional o de exportación. La producción de aves en forma contractual brinda oportunidades de empleo y generación de ingresos a los pequeños productores avícolas, pero los países deben establecer normas para evitar que este tipo de avicultura propicie la aparición de factores externos negativos para los criadores, trabajadores, comunidades locales y el público en general.

A pesar de estos rápidos cambios estructurales, las pequeñas parvadas familiares de aves de corral siguen siendo una fuente vital de ingresos para los hogares rurales pobres. La producción avícola se considera generalmente un complemento de otras actividades de subsistencia, pero la avicultura es en realidad una forma de ahorro y seguro, y contribuye a la diversificación de los ingresos. Las aves pueden venderse fácilmente por dinero en efectivo (las aves de corral se describen a menudo como la "caja chica" de los agricultores) y sirven como un amortiguador contra las crisis, como las malas cosechas. A medida que crece la parvada de aves de corral, las aves en exceso pueden intercambiarse por cabras, lo que mejora aún más los medios de vida y la seguridad alimentaria de las familias pobres. En Senegal, por ejemplo, una cabra pequeña vale entre cinco y seis gallinas. El trueque de aves de corral es común en economías en las que la moneda es inestable o escasa.