Túnez/Roma -Los instrumentos normativos mundiales basados ​​en los derechos humanos pueden fortalecer las capacidades de las partes interesadas para construir una economía azul sostenible, dijo la FAO en un taller dedicado a este tema, celebrado en Túnez el 21 de marzo. Durante el evento, se hizo hincapié el papel crucial de la pesca en pequeña escala para la realización del derecho a una alimentación adecuada.

El taller contó con la participación de un representante de la Secretaría de Asuntos Marítimos y el consultor a cargo de la elaboración de la estrategia nacional de economía azul, que se espera esté finalizada este año.

En la apertura del evento, Marie-Lara Hubert-Chartier, especialista en derecho a la alimentación de la FAO, presentó varios instrumentos e iniciativas internacionales que han sido claves a fin de  garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición para todos. Estos incluyen las Directrices sobre el derecho a la alimentación, las Directrices sobre la pesca en pequeña escala, las Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques (VGGT), el Código de conducta para la pesca responsable y la Iniciativa de Crecimiento Azul. .

Estos instrumentos ayudan a garantizar la realización progresiva del derecho humano a una alimentación adecuada para todas las personas, contribuyendo al desarrollo equitativo, inclusivo y sostenible y al alivio de la pobreza. Abogan por un enfoque basado en los derechos humanos para la seguridad alimentaria y la nutrición, el cual requiere acciones programáticas para seguir los principios de los derechos humanos. Además, promueven el empoderamiento y la participación no discriminatoria de las comunidades en los procesos de toma de decisiones, enfatizando los beneficios para los grupos vulnerables y marginados.

“Estos instrumentos son complementarios, lo que permite una implementación sinérgica que mejora la coherencia de las políticas para la seguridad alimentaria y la nutrición en el sector de la pesca en pequeña escala”, agregó Hubert-Chartier.

Pequeña escala, grande valor

La pesca en pequeña escala es una fuente importante de alimentos, nutrición, empleo y medios de subsistencia para millones de personas en todo el mundo. También desempeñan un papel clave en la cultura y la identidad de una sociedad y, en algunos países, es la única fuente de alimentación y nutrición que pueden garantizar la realización del derecho a una alimentación adecuada.

Sin embargo, las comunidades pesqueras artesanales enfrentan múltiples desafíos que ponen en riesgo su derecho humano a la alimentación. Tienden a estar ubicadas en áreas remotas y sufren de un acceso deficiente a la salud, la educación y otros servicios sociales que limitan su desarrollo social. A menudo se ven afectadas por el cambio climático, los desequilibrios de poder y los conflictos armados, que los obligan a abandonar sus hogares. Al mismo tiempo, a medida que crece la población mundial, aumenta la demanda de pescado y los recursos naturales están cada vez más bajo presión.

“Reconocer el alto potencial de la pesca artesanal y la acuicultura a pequeña escala es un imperativo para la erradicación de la pobreza, la reducción de las desigualdades, el bienestar humano y la transformación de los sistemas agroalimentarios”, subrayó el oficial de Pesca de la FAO, Joseph Zelasney.

El Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales (IYAFA) en 2022 es una gran oportunidad para promover y conmemorar un mundo en el que los pescadores, piscicultores y trabajadores de la pesca artesanales en pequeña escala sean plenamente reconocidos y empoderados para continuar con sus contribuciones al bienestar humano, a los sistemas alimentarios saludables y a la erradicación de la pobreza mediante el uso responsable y sostenible de los recursos pesqueros y acuícolas.

Una responsabilidad compartida

Promover la sostenibilidad del sector pesquero y los derechos humanos de sus comunidades es responsabilidad de todos, incluidos los gobiernos y el sector privado.

Los Estados tienen la responsabilidad primordial de respetar, proteger y cumplir los derechos humanos, incluyendo la realización progresiva del derecho a la alimentación. El deber se extiende a todas las funciones estatales, como parlamentarios, ministerios, autoridades locales, tribunales, policía, enfermeras, maestros y cualquier otro trabajador que preste un servicio en nombre del estado.

Además, el Estado debe garantizar el cumplimiento de los derechos humanos por parte de terceros, como el sector privado, y garantizar que rindan cuentas y proporcionen reparación en caso de abusos y violaciones.

Hacer efectiva la realización de los derechos humanos en los países

En el Mediterráneo, la pesca artesanal constituye predominantemente el sector pesquero. En Túnez, representan el 92% de la flota total y hasta el 76% del empleo en la pesca. Pero su trabajo suele subestimarse en comparación con la pesca a gran escala y otros sectores.

En este contexto, Túnez creó en febrero de 2022 una comisión sobre economía azul, como parte del Plan de Desarrollo 2023-2025. Esta comisión, que incluye varios ministerios, es responsable de diseñar actividades económicas sostenibles y promover la creación de nuevos puestos de trabajo para los jóvenes.

La FAO se compromete a ayudar en los trabajos de la comisión. El pasado mes de marzo, la Organización participó en una reunión de consulta con el Secretario de Asuntos Marítimos para informar sobre los proyectos llevados a cabo en el marco de la Iniciativa sobre el crecimiento azul y el enfoque de Transformación Azul.  

Desde 2021, la FAO también ha apoyado a Túnez en la adopción de instrumentos globales para el logro del desarrollo sostenible en la pesca, en el marco del Mecanismo Flexible de Socios Múltiples (FMM), el principal mecanismo de financiamiento conjunto de la FAO para los asociados.