Programa de Manejo Integrado de Producción y Plagas en África
Photo: ©FAO/Riccardo Gangale

El programa de la FAO de Manejo Integrado de Producción y Plagas (MIPP) se basa en la formación, la divulgación y la participación comunitaria para ayudar a los agricultores a aumentar de manera sostenible la producción agrícola, reducir el uso de plaguicidas altamente tóxicos y comercializar sus productos de manera más eficaz.

Reducción del riesgo por exposición a plaguicidas

Desde comienzos de los años 70 se ha venido alentando a los agricultores del África Occidental a tratar los cultivos con plaguicidas de síntesis. Hoy en día, los tratamientos químicos suponen el recurso más extendido en la región para el control de las plagas, si bien muchos de estos productos son altamente tóxicos y, o están desde hace tiempo prohibidos en los países del hemisferio norte, o bien requieren equipos de protección normalmente fuera del alcance de los agricultores africanos. Basándose en la falsa creencia de que los plaguicidas actúan como un tipo de “seguro preventivo” ante las plagas, los agricultores utilizan estos productos en sus cultivos de forma rutinaria, independientemente de la amenaza real de la eventual plaga. Por el contrario, el peso de la evidencia científica demuestra que la mayoría de estos plaguicidas intervienen poco o nada en el incremento de la producción y en cambio, muy frecuentemente provocan efectos indeseados en la salud humana y ambiental.

El programa de Manejo Integrado de Producción y Plagas (MIPP) de la FAO ha colaborado con gobiernos, organizaciones no gubernamentales, instituciones de investigación y organizaciones campesinas a todos los niveles para aumentar la concienciación sobre la importancia de reducir o eliminar el uso en agricultura de plaguicidas tóxicos.

Vigilancia

Una reciente colaboración con un instituto de investigación estadounidense (el Centro de Protección Vegetal Integrada de la Universidad del Estado de Oregón, CPVI-OSU) ha permitido el desarrollo y adaptación de nuevas herramientas muy prometedoras para la asistencia en la vigilancia de los plaguicidas en el ambiente y para la estimación de los eventuales efectos negativos sobre ciertos indicadores relacionados con la biodiversidad y con la salud humana.

Además el programa, conjuntamente con la OSU y con el Laboratorio CERES Locustox de Senegal, ha llevado a cabo el primer análisis de alta calidad y a gran escala de aguas, en las cuencas de los ríos Níger y Senegal y sus sistemas de regadío asociados. El programa MIPP ha llevado a cabo un seguimiento de las concentraciones de pesticidas, basándose en un muestreo de diversos puntos superficiales, a lo largo de varias semanas y asociándolos a las prácticas agrícolas en la zona, analizando en total 19 localidades de 6 países. Estas nuevas herramientas de trabajo, junto con un eficiente trabajo de formación de las comunidades a través de las ECAs, ofrecen unas muy buenas perspectivas para el análisis generalizado de la gestión de plaguicidas en los sistemas agrícolas del África Occidental y sus sistemas de aguas superficiales.

Políticas y legislación

El programa MIPP trabaja en estrecha colaboración con los gobiernos en la creación de un marco ambiental para reducir los riesgos por plaguicidas, para incrementar la concienciación, y para desarrollar actividades, políticas y legislaciones, vinculando todo este trabajo a los órganos legislativos regionales y nacionales de regulación de los de plaguicidas.

Las herramientas y los datos producidos por el programa serán de gran ayuda para los gobiernos, a la hora de identificar los riesgos para los ecosistemas acuáticos y terrestres y para la salud humana. Se espera que los resultados sirvan para informar a los órganos de decisión regionales y nacionales y puedan servir de apoyo para elaborar las políticas, leyes y regulaciones que cumplan con los objetivos de los tratados internacionales.

El Comité Permanente Interestatal para el Control de la Sequía en el Sahel (CILSS) está actualmente estableciendo las bases para colaborar con la FAO y con la OSU en el desarrollo de las capacidades de su personal para el uso de estas innovadoras herramientas de vigilancia y de evaluación de riesgos.

Formación

La formación en el manejo de plagas a través de las Escuelas de Campo para Agricultores (ECAs) a lo largo de toda la temporada contribuye a la sensibilización sobre los riesgos de la utilización de plaguicidas relativos a la salud humana y alienta a los agricultores a reducir su uso y sustituirlos por otros no tóxicos (o menos tóxicos) y de bajo coste. Asimismo, también prevé cómo evitar la presión comercial para el uso de pesticidas. En los planes a corto plazo se incluye el trabajo con los agentes locales de venta de plaguicidas para mejorar su formación en cuanto a riesgos y eficacia de su utilización, mejorando así la información que llega a las comunidades campesinas. Otras prácticas avanzadas de manejo de cultivos tratadas en las ECAs han demostrado su utilidad para los agricultores con vistas a incrementar la producción, mejorar los beneficios y reforzar su resiliencia económica y ambiental.