Foro Global sobre Seguridad Alimentaria y Nutrición (Foro FSN)

Dr. Edgar Jaimes

Universidad de Los Andes (ULA). Núcleo Universitario "Rafael Rangel" (NURR)
Venezuela (República Bolivariana de)

English translation below

Dr. Edgar Jaimes. ULA-NURR, Trujillo. Venezuela

Las prioridades sugeridas a continuación, se suman a las indicadas en cada una de las esferas de acción  puntualizadas en la propuesta original; esto es:

1. Sistemas alimentarios sostenibles y resilientes en favor de dietas saludables.

Promover sistemas de producción agroalimentaria diversos (Agro-Silvo-Pastoriles), con  bajos insumos tecnológicos, de menor impacto socio-ecológico y biológicamente eficiente, con el fin de asegurar:

El abastecimiento y distribución, per cápita, de 2.500 calorías/día;

Definición de procesamientos agroindustriales para hacer más digeribles las cosechas y los productos pecuarios y

Reducción de residuos animales y vegetales postcosecha y de pérdidas posteriores al consumo humano.

2. Sistemas de salud armonizados que proporcionen cobertura universal de las medidas nutricionales esenciales.

Es urgente acoger el llamado formulado por Kailash Satyarthi, Premio Nobel de la Paz 2014, dirigido a las naciones que conforman el G20 en el sentido de ofrecer una respuesta que sea mundial, equitativa, moral y justa a los impactos de la mal nutrición para los más vulnerables, en particular los niños, mediante la asignación del 20 % del total de 8 billones de dólares (1,6 billones de dólares), y no el 0,13 % de ese monto total como se había indicado antes de la cumbre del G20, en la cual se acordó destinar como respuesta para el alivio global del impacto que está causando la actual pandemia. Se estima que, con esa cantidad de 1,6 billones de dólares, es posible atender las necesidades básicas de salud, alimentación y nutrición entre un 20 y 25 por ciento de los niños más marginados y sus familias, en particular los que viven en los 24 países prioritarios del Plan Global de Respuesta Humanitaria (PGRH) de Naciones Unidas.

3. Protección social y educación nutricional.

Es necesario  incluir acciones de protección social y modelos educativo-culturales en materia nutricional dirigidos a resolver el desbalance generado en los últimos 50 años en el consumo agroalimentario; toda vez que entre el 2 % más rico y el 20 % más pobre de la población mundial, la brecha es brutal e inaceptable, ya que pone de relieve el “consumo de lujo” que tienen 154.000 personas del primer estrato social, en contraste con el “consumo miserable” que exhibe un poco más de 1.500 millones de seres humanos que viven con menos de 1,9 USD/día

4. Comercio e inversión para la mejora de la nutrición.

En esta esfera de acción tiene plena cabida las ideas y criterios emitidos por dos destacadas expertas del Banco Mundial (Caroline Freund y Carolina Sánchez-Páramo), disponibles en: https://blogs.worldbank.org/es/voices/lograr-que-el-comercio-beneficie-…

5. Entornos inocuos y propicios para la nutrición en todas las edades.

En el contexto de esta esfera de acción, es pertinente poner de relieve el concepto de sustentabilidad biótica entendida como la capacidad que tienen los seres vivos de mantenerse en condiciones metaestables mediante ajustes adaptativos de sus estructuras e interacciones socio ecológicas, importantes para controlar y mitigar cualquier amenaza a su integridad, en términos de su salud físico-mental, incluyendo su alimentación y nutrición. Tal sustentabilidad es la expresión inequívoca del balance de dos fuerzas antagónicas: el desorden caótico o entrópico que tiende al cese de la vida y el orden transformador o neg-entrópico que busca la creación y evolución de la vida en entornos diversos, heterogéneos y resilientes, constituyendo los ámbitos más propicios al desarrollo de sistemas agroalimentarios y nutricionales que aseguren la sustentabilidad del mejor vivir para todas las personas.

6. Fortalecimiento de la gobernanza y la rendición de cuentas en materia de nutrición.

Sugiero que se complementen las prioridades indicadas por la CIN2 con las Ideas-Fuerza contenidas en las Directrices Voluntarias sobre la Gobernanza Responsable de la Tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria y nutricional ya que ellas constituyen un marco que los Estados pueden utilizar a la hora de elaborar sus propias estrategias, políticas, legislación, programas y actividades. Además, permiten a los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y los ciudadanos juzgar si las actuaciones que ellos se proponen llevar a cabo, o si las actuaciones de otros sujetos, constituyen prácticas aceptables, en particular lo relacionado con la rendición de cuentas en la rendición de cuentas en materia agroalimentaria y nutricional. Estas Directrices están disponibles en: http://www.fao.org/nr/tenure/voluntary-guidelines/es/

The priorities suggested below come in addition to those indicated in each of the Action Areas outlined in the original proposal. Namely:

1. Sustainable, resilient food systems for healthy diets.

Promote diverse agri-food production systems (Agro-silvo-pastoral), with low technological inputs, with less socio-ecological impact and biologically efficient, in order to ensure:

The supply and distribution, per capita, of 2,500 calories/day;

Definition of agro-industrial processing to make crops and livestock products more easily digestible and

Reduction of animal and plant post-harvest waste and losses after human consumption.

2. Aligned health systems providing universal coverage of essential nutritional actions.

It is urgent to respond to the call made by Kailash Satyarthi, 2014 Nobel Peace Prize Laureate, addressed to the G20 nations to provide a global, equitable, moral and just response to the impacts of malnutrition for the most vulnerable, particularly children, by allocating 20% of the total of USD 8 trillion (USD 1.6 trillion) -and not 0.13% of that total amount as indicated before the G20 summit-, as a response to the global relief of the impact of the current pandemic. It is estimated that, with this sum of USD 1.6 trillion, it is possible to meet the basic health, food and nutrition needs of 20 to 25% of the most marginalized children and their families, particularly those living in the 24 priority countries of the UN Global Humanitarian Response Plan for COVID-19.

3. Social protection and nutrition education.

It is necessary to include social protection actions and educational-cultural models in nutritional matters aimed at resolving the imbalance generated over the last 50 years in agri-food consumption. The gap between the richest 2% and the poorest 20% of the world population is brutal and unacceptable, as it highlights the “luxury consumption” of 154,000 people in the top social stratum, in contrast to the “miserable consumption” of more than 1.5 billion human beings who live on less than USD 1.9 per day.

4. Trade and investment for improved nutrition.

In this Action Area, the ideas and criteria issued by two leading World Bank experts (Caroline Freund and Carolina Sánchez-Páramo) are fully relevant. Available at: https://blogs.worldbank.org/es/voices/lograr-que-el-comercio-beneficie-l...

5. Safe and supportive environments for nutrition at all ages.

In the context of this Action Area, it is relevant to highlight the concept of biotic sustainability, understood as the capacity of living beings to remain in meta-stable conditions through adaptive adjustments to their ecological socio-structures and interactions, important to control and mitigate any threat to their integrity, in terms of their physical and mental health, including their food and nutrition. Such sustainability is the unequivocal expression of the balance of two antagonistic forces: chaotic or entropic disorder that tends to cease life and the transformative or neg-entropic order that seeks the creation and evolution of life in diverse, heterogeneous and resilient environments. These areas are most conducive to the development of agri-food and nutritional systems that ensure the sustainability of a better life for all people.

6. Strengthened governance and accountability for nutrition.

I suggest that the priorities indicated by the Second International Conference on Nutrition (ICN2) should be complemented by the overarching ideas included in the Voluntary Guidelines on the Responsible Governance of Tenure of Land, Fisheries and Forest in the Context of National Food Security as they constitute a framework that States can use when developing their own strategies, policies, legislation, programmes and activities. In addition, they allow governments, civil society, the private sector and citizens to judge whether the actions they intend to take -or the actions of others-, constitute acceptable practices, in particular with regard to accountability in agri-food and nutritional matters. These Guidelines are available at: http://www.fao.org/nr/tenure/voluntary-guidelines/en/