Visión general de la pesca continental
La pesca continental es cualquier actividad realizada para extraer pescado y otros organismos acuáticos de “aguas continentales”.
El término “aguas continentales” se emplea para designar los lagos, ríos, riachuelos, arroyos, estanques, canales interiores, presas y otras aguas interiores (generalmente dulces) como el Mar Caspio, el Mar de Aral, etc. Aunque la mayoría de las aguas continentales son aguas dulces (es decir, su nivel de salinidad es cero), existen muchas zonas clasificadas a nivel nacional como aguas continentales que muestran fluctuaciones diarias o estacionales de salinidad (por ejemplo, estuarios, deltas o algunas lagunas costeras). En algunas zonas el agua es permanentemente salobre (lagunas costeras, el Mar Caspio, el lago de Van) o incluso hipersalina (por ejemplo, en el Gran Lago Salado de Utah). A efectos de presentación de informes estadísticos sobre pesca, el Grupo Coordinador de Trabajo sobre Estadísticas de Pesca de la FAO decidió que las autoridades nacionales debían determinar los límites entre las zonas marinas y las zonas continentales según correspondiese en el contexto nacional.
La pesca en aguas continentales constituye desde hace mucho tiempo una importante fuente de alimentos para la humanidad. La población mundial es actualmente de 7 600 millones de personas y se prevé que esta cifra aumente a 9 700 millones para 2050. La pesca de captura en aguas continentales tiene un importante papel que desempeñar en el desafío mundial de alimentar de forma sostenible a esta población en crecimiento, ya que ofrece una nutrición de calidad, accesible y asequible a algunas de las poblaciones más vulnerables del mundo. La pesca continental es fundamental para un grupo de países del mundo en desarrollo, a los que aporta una contribución considerable en materia de nutrición, seguridad alimentaria y micronutrientes. Estos beneficios en términos de nutrición y de seguridad alimentaria son parte integrante del paisaje agrícola de estos países, de modo que la pesca continental está estrechamente relacionada con la producción alimentaria, la gestión del agua y de la tierra, la biodiversidad y los ecosistemas.
La pesca continental también se ve afectada y alterada cada vez más a medida que los países explotan sus recursos de aguas y tierras para la agricultura. Está sometida a una presión y unos peligros crecientes, que se derivan de los grandes cambios experimentados por el entorno acuático como consecuencia de la actividad humana, por ejemplo, la construcción de embalses, la navegación, la recuperación de humedales para la agricultura, la urbanización, la extracción y transferencia de agua, y la eliminación de residuos.
La FAO examina periódicamente la situación de la pesca continental mundial en su circular ”State of the World’s Fishery Resources: Inland fisheries (Circular de pesca y acuicultura N.º 942). También realiza otros exámenes no periódicos sobre países, subregiones y cuencas fluviales. La FAO también ha examinado las repercusiones del cambio climático en la pesca continental.