Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM)
Scientific and Steering Committee Meeting, 29-30 October 2012, FAO headquarters, Rome, Italy © FAO/Natalia Acosta.

Características y criterios

Esta sección provee una perspectiva general de las principales características de los SIPAM  y de los criterios para su selección.

Las características de los SIPAM propuestos deben incluir su importancia mundial (o nacional). La importancia mundial (o nacional) es un criterio combinado, bajo el cual el valor general de un sistema agrícola tradicional, representado por un sitio en particular, es considerado como patrimonio de la agricultura, a nivel mundial o de un país. La importancia mundial sintetiza su valor como “bien público”, descrito según los cinco criterios SIPAM.

Describiendo el sistema agrícola a través de una combinación de los cinco criterios, se concibe como un sistema holístico, que se basa en la relación y los vínculos entre los elementos del sistema mismo.

Las características sobresalientes (o únicas) del sistema deben ser resumidas en términos de su importancia para la actualidad, abordando el desarrollo sostenible, la gestión del ecosistema y su valor cultural, y los elementos que hacen del sistema un patrimonio agrícola. Los cinco criterios para la selección de los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) representan la totalidad de funciones, bienes y servicios provistos por el sistema.

Estos criterios son los siguientes:

1. Seguridad alimentaria y de los medios de subsistencia

1. Seguridad alimentaria y de los medios de subsistencia

Bajo este criterio es necesario describir de qué manera el sistema candidato a patrimonio de la agricultura contribuye a la seguridad alimentaria y al sustento de las comunidades locales (a menudo indígenas), representando la fuente principal de ingresos de la comunidad. Esto incluye la cooperación y el intercambio entre las comunidades locales, lo cual crea redes relativamente estables para el abastecimiento de alimentos y de otros bienes útiles para la vida diaria de las comunidades. Los sistemas agrícolas tradicionales siguen siendo la principal fuente de alimentos y de ingresos de unos dos millones de personas, principalmente comunidades locales y pequeños agricultores.

Para cubrir sus necesidades alimentarias y de vida diaria, en los sistemas agrícolas tradicionales se practica lo siguiente: diversificación, plantación de numerosas especies de cultivo con el fin de maximizar el espacio y el tiempo para una temporada determinada, bajo uso de insumos químicos y uso sostenible de los recursos disponibles a nivel local. La conservación dinámica de los SIPAM se conceptualiza entorno a la idea de que la globalización, el degrado ambiental y el aumento de la presión demográfica han provocado estrés a los sistemas de producción y por lo tanto, ha resultado en la pérdida de la biodiversidad, diminución de ingresos económicos y de la calidad de vida, especialmente para los agricultores familiares. El reconocimiento de los SIPAM puede contribuir al aumento de producción de alimentos de manera tradicional y sostenible, mejorando las condiciones de vida de las comunidades rurales.

2. Agro-biodiversidad

2. Agro-biodiversidad

                                                   

Los SIPAM representan un sub-conjunto muy peculiar de los sistemas agrícolas, que ilustran diversos usos de la biodiversidad agrícola y que merecen ser reconocidos como patrimonio de la humanidad en las jurisdicciones nacionales. Estos sistemas cuentan con biodiversidad agrícola y recursos genéticos (especies, variedades y razas) importantes a nivel mundial, así como otras formas de biodiversidad, tales como variedades silvestres afines a los cultivos, polinizadores y fauna asociada con el sistema agrícola y el paisaje que lo rodea.

Los SIPAM pueden resumir las siguientes características:

·  La abilidad de domesticar, mantener y adaptar la biodiversidad agrícola: en los sistemas agrícolas tradicionales la biodiversidad se maneja de manera integral mediante la optimización de elementos, como la integración de los recursos genéticos, las especies, el ecosistema y el paisaje; la integración de la gestión sostenible de los recursos naturales bióticos y abióticos (tierra y agua); la combinación entre el ecosistema y los sistemas de conocimientos indígenas y/o tradicionales, prácticas, tecnologías, formas de organización social e instituciones, así como sus prácticas culturales. La biodiversidad agrícola ha evolucionado junto con estos sistemas y sus culturas asociadas a lo largo de los siglos, incluso milenios, en un proceso de adaptación mutua.

·   La capacidad de mantener la integridad del sistema agrícola: todos los elementos necesarios para sostener el sistema siguen en pie y pueden reutilizarse. Una creciente evidencia científica demuestra que los sistemas agrícolas indígenas y tradicionales cuentan con un alto grado de recursos genéticos para la alimentación y la agricultura. A nivel de cultivo, una de las características más destacadas de los SIPAM es su alto grado de biodiversidad. Esta diversidad se presenta a varias escalas de recursos genéticos vegetales y animales, incluyendo diversos paisajes. Mediante la plantación de varias especies y variedades de cultivos, los agricultores minimizan el riesgo de pérdidas catastróficas, estabilizan los rendimientos a largo plazo y maximizan la rentabilidad, incluso con bajos niveles de tecnología y recursos limitados. Esta estrategia, además, promueve la diversidad de la dieta. Muchas de las especies vegetales cultivadas por los agricultores locales son variedades locales obtenidas de semillas que se han seleccionado a través de un conocimiento transmitido de generación en generación, para producir las características deseadas.

Las variedades locales son genéticamente más heterogéneas que las variedades modernas y pueden ofrecer una variedad de defensas contra la vulnerabilidad. Lo mismo se puede decir de variedades animales locales, que han sido domesticadas y desarrolladas durante siglos para cumplir con los requisitos ambientales y sociales.

Por lo tanto, estos agro-ecosistemas, con su biodiversidad agrícola y paisajes asociados, sólo se pueden conservar y gestionar de forma sostenible con un enfoque integral, que involucre a todos los actores, basándose en el conocimiento y la experiencia de las comunidades locales. La conservación dinámica de los SIPAM es vital para el futuro de las comunidades y debe tratarse a nivel internacional como un recurso ecológico y cultural de suma importancia. Muchos científicos reconocen que los agroecosistemas tradicionales pueden representar soluciones para los cambios y transformaciones impredecibles que enfrenta la humanidad en una era de cambio climático, crisis energética y económica.

3. Sistemas de conocimiento local y tradicional

3. Sistemas de conocimiento local y tradicional

Los SIPAM son un conjunto de prácticas y de sistemas de conocimiento, tecnologías, habilidades, tradiciones, creencias y valores, propios de las comunidades agrícolas. Conservan un conocimiento sin igual, prácticas ingeniosas y estrategias de gestión de los recursos naturales, que incluye al ecosistema, la tierra y el agua; incluyen las organizaciones tradicionales para el manejo agroecológico, normas consuetudinarias para el acceso a los recursos y la distribución de bienes, etc.

Los conocimientos tradicionales y/o indígenas que las comunidades aplican en los SIPAM son el fundamento y la base de la gestión de este tipo de ecosistemas, con procesos que mantienen la integridad general del sistema y del paisaje. Este tipo de sistemas agrícolas han co-evolucionado con las comunidades humanas, por ello el conocimiento ancestral se ha transmitido de una generación a otra, principalmente como respuesta a los cambios específicos del entorno natural.

Por lo tanto, los sistemas agrícolas tradicionales han dado lugar a variaciones del ecosistema a nivel de paisaje, que han creado micro hábitats, con la biodiversidad asociada de fauna y flora, que dependen en gran medida de la continua gestión sostenible. En muchas regiones del mundo, especialmente donde las condiciones naturales del clima, el suelo, la accesibilidad y la presencia humana se enfrentan con intensificación de cultivos, todavía persisten los agro-ecosistemas y paisajes que se mantienen a través del conocimiento y las prácticas tradicionales desarrolladas por generaciones de agricultores.

Los sistemas de patrimonio agrícola contienen una gran cantidad de diversos sistemas de conocimientos y técnicas de gestión que ayudan a garantizar la seguridad alimentaria y la calidad de vida de las comunidades y hacer frente a los desafíos globales y económicos de hoy y mañana. El enfoque SIPAM tiene otros valores, que van más allá de la producción de alimentos: estos son sistemas vivos y en evolución que han mantenido intactas las diversas características de sus comunidades gracias a valores valores unificadores como la naturaleza, la familia, la comunidad, la historia y el sentido de pertenencia a su hábitat natural.

 

 

4. Cultura, sistemas de valores y organizaciones sociales (Agri-cultura)

4. Cultura, sistemas de valores y organizaciones sociales (Agri-cultura)

Los  SIPAM son sistemas regulados por fuertes valores culturales y las formas colectivas de organización social, incluyendo las instituciones tradicionales para el manejo agroecológico, cuadros normativos para el acceso a los recursos y la distribución de beneficios, sistemas de valores, rituales, etc. La agricultura incluye sistemas de valores y prácticas agro-culturales asociadas con el medio ambiente, fiestas y rituales, como transferencia de conocimientos y tradiciones a las nuevas generaciones.

La estabilidad y la capacidad de los sistemas ecológicos de proporcionar bienes y servicios de manera estable depende de las comunidades rurales y de la capacidad de mantener formas diversas y complejas de organización social (parentesco, territorialidad, la pertenencia al grupo y la identidad, las relaciones de género, el liderazgo y organización política), la cultura ( cosmovisiones, lenguajes, valores, derechos, el conocimiento, la estética), los modos de producción, la distribución del trabajo, y las tecnologías y prácticas.

Las instituciones locales desempeñan un papel fundamental en el equilibrio entre objetivos ambientales y socioeconómicos, en el fortalecimiento de la capacidad de recuperación y reproducción de todos los elementos y procesos fundamentales para el funcionamiento del sistema agrícola. Las formas de organización social pueden garantizar la conservación y promover la equidad en el uso y acceso a los recursos naturales; transmitir algunos sistemas de conocimiento tradicionales y valores que aseguran la protección de la biodiversidad y de los recursos naturales, como la tierra y el agua. En otros casos, facilitan la planificación de innovación y adaptación. Tales establecimientos pueden adoptar la forma de creencias y prácticas ceremoniales y religiosas, incluidos los tabúes, las ceremonias y festividades. Se basan en el  del derecho consuetudinario y en tradiciones orales y escritas para la resolución de conflictos, en particular sobre la tenencia y gestión de recursos. Todos estos son bienes y valores intangibles, estrictamente conectados con el sistema de producción agrícola. 

5. Paisajes excepcionales, características del manejo de los recursos de tierras y aguas

5. Paisajes excepcionales, características del manejo de los recursos de tierras y aguas

Las características del paisaje son el resultado de la gestión humana, que con el tiempo ha proporcionado soluciones particularmente ingeniosas o prácticas que han resuelto problemas ambientales o sociales. Ejemplos de esta gestión extraordinaria de los recursos naturales disponibles son los mosaicos del uso del suelo, los sistemas de gestión de riego, las terrazas en zonas montañosas, entre otros. La arquitectura de estos ecosistemas, lleva a la conservación de los recursos y a su uso eficiente y sostenible, creando hábitats para la biodiversidad y otros elementos de valor (estéticos, artísticos, espirituales, y los valores de importancia científica de los ecosistemas).


Otras características sociales y culturales

Otras características sociales y culturales

Además de las características ilustradas en los criterios anteriores, los SIPAM también presentan características sociales y culturales pertinentes a la gestión del sistema agrícola, otros bienes y servicios generados por el sistema.

Es importante destacar los elementos que hacen del SIPAM propuesto un sistema único, añadiendo la descripción de los beneficios adicionales específicos que pueden ser de importancia mundial. Los indicadores de este criterio incluyen la maximización de beneficios económicos, sociales, medios de vida y beneficios ambientales, como:

• Cohesión social y la expresión cultural: promover la cohesión social, la solidaridad y el sentido de pertenencia e identidad, cultura culinaria, fiestas, arte y música, etc.

 Bienes públicos: bienes públicos globales proporcionados localmente que necesitan un valor económico.

Relación con la tierra: los valores del paisaje y de los ecosistemas agrícolas para la supervivencia de los pueblos y los medios de vida colectivos e individuales.