La biodiversidad para la alimentación y la agricultura
La biodiversidad para la alimentación y la agricultura es la diversidad de plantas, animales y microorganismos a nivel genético, de especies y de ecosistemas, presentes en los sistemas de producción agrícola, ganadera, forestal y acuática y en sus alrededores. Incluye la diversidad de variedades cultivadas, ganado y pescado de acuicultura e invertebrados acuáticos, especies forestales y especies acuáticas capturadas en el medio silvestre, así como la diversidad de todas las especies no cultivadas que posibilitan la producción —por ejemplo, los polinizadores, los organismos que habitan en el suelo, los enemigos naturales de las plagas y los microorganismos que permiten a los animales rumiantes (vacas, ovejas, cabras, etc.) digerir sus alimentos— y todas las especies silvestres que se recolectan o cazan con fines de alimentación o de otro tipo. Algunos de los ecosistemas que son esenciales para la alimentación y la agricultura son los bosques y los pastizales, los océanos y los diversos humedales continentales y costeros, como los manglares, los arrecifes de coral y las praderas submarinas.La biodiversidad para la alimentación y la agricultura resulta esencial para el suministro de una amplia gama de servicios ecosistémicos que benefician tanto al sector de la alimentación y la agricultura como a la sociedad en general, como el almacenamiento de carbono, la regulación de los flujos de agua, el suministro de protección frente a fenómenos meteorológicos extremos, la eliminación de contaminantes del aire y el agua, el suministro de hábitat para peces y otras especies útiles, y la provisión de beneficios culturales y estéticos. Ha sido manejada o influenciada por agricultores, ganaderos, habitantes de los bosques, piscicultores y pescadores durante cientos de generaciones.
Muchos componentes de la biodiversidad para la alimentación y la agricultura están en riesgo de extinción o disminuyendo. Sus posibles contribuciones a la alimentación y la agricultura suelen pasarse por alto, infravalorarse o no estudiarse lo suficiente.