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©FAO/Virginija Morgan

Género

La igualdad de género y el empoderamiento de la mujer son fundamentales para poner fin al hambre, la malnutrición y la pobreza. Las mujeres representan un 48% de la mano de obra agrícola de los países de ingresos bajos, son agentes decisivos de cambio y crean resiliencia. Como agricultoras, trabajadoras agrícolas, elaboradoras de alimentos, comerciantes, empresarias y líderes comunitarias, las mujeres desempeñan una función central en las economías rurales, la gestión de los recursos naturales y la producción de alimentos: contribuyen de manera significativa a la seguridad alimentaria, la nutrición y el bienestar de familias y comunidades.

Empoderar a las mujeres y conseguir la igualdad de género.

Las mujeres se encuentran con más impedimentos que los hombres a la hora de acceder a recursos, servicios, instituciones, mercados, empleos decentes y otras oportunidades económicas. La "brecha de género" en la agricultura todavía es considerable, impide que las mujeres alcancen todo su potencial y debilita la producción agrícola y el desarrollo rural.

La FAO colabora con Estados miembros y asociados para elaborar e implantar leyes y políticas equitativas, así como programas transformadores en materia de género. Estas son algunas acciones prioritarias: ampliar el acceso de las mujeres a recursos productivos, así como el control de estas sobre dichos recursos; desarrollar cadenas de valor sensibles a las cuestiones de género; invertir en tecnologías que permitan ahorrar mano de obra; y afrontar cuestiones de género en la adaptación al cambio climático y el fomento de la resiliencia.

Principales mensajes de políticas

  • La igualdad de género no solo es esencial para conseguir la seguridad alimentaria y la nutrición, sino también para asegurar que todas las personas gocen de un acceso estable a suficientes alimentos de alta calidad que les permitan llevar una vida activa y saludable.
  • Las mujeres son agentes decisivos de cambio y crean resiliencia en la lucha contra la pobreza rural, el hambre y la malnutrición. Si pudieran acceder a los recursos y los servicios productivos en la misma medida que los hombres, podrían incrementar de forma significativa la productividad de sus granjas, lo cual, a su vez, reduciría notablemente el número de personas que padecen hambre en el mundo.
  • Las 3 "C" (COVID-19, conflictos y crisis climáticas) han agravado la pobreza, la inseguridad alimentaria y la violencia de género.
  • Para cerrar la brecha de género en la agricultura, las intervenciones en materia de políticas deben atacar las causas profundas de las desigualdades de género y revertir las normas y prácticas subyacentes que sean discriminatorias. No será posible alcanzar el hambre cero hasta que haya igualdad de género, es decir, acceso en pie de igualdad a recursos, servicios, mercados y empleos decentes para todos los hombres y mujeres.
  • Empoderar a las mujeres y cerrar la brecha de género en la agricultura y los sistemas alimentarios es esencial para erradicar el hambre, la malnutrición y la pobreza, y para cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 (Hambre cero) para 2030.

  • Hacer partícipes a las mujeres y los jóvenes se convierte en un medio decisivo para diseñar y ejecutar políticas e inversiones eficaces y que tengan en cuenta las diferencias por razón del sexo; políticas e inversiones estas para el desarrollo agrícola sostenible y sistemas agroalimentarios sostenibles.

Recursos destacados

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