Ciencia, tecnología e innovación

La vida en Haití puede ser muy difícil. El país enfrenta una multitud de desafíos relacionados con la pobreza, la inestabilidad política y el cambio climático. Todo esto lo convierte en uno de los países más pobres del hemisferio occidental. Una gran proporción de sus, aproximadamente, 11 millones de habitantes dependen de la agricultura, y gran parte de ella es a pequeña escala. Sin embargo, la productividad de este sector es cada vez más difícil de mantener a medida que los cambios de lluvias tienen un costo mayor y la base de los recursos naturales continúa degradándose.

Los efectos del cambio climático incluyen tanto la sequías como inundaciones, además de huracanes cada vez más destructivos. La producción agrícola sufre, lo que a su vez aumenta la inseguridad alimentaria, la desnutrición y la propagación de enfermedades como el cólera.

Sin embargo, no todo es desesperanza y pesimismo.

El caso de Silotte Mervil

Silotte Mervil, de 54 años, es una pequeña agricultora con cinco hijos que está decidida a marcar la diferencia en sus tierras de Maïssade, una comuna en el centro de Haití. Ella cultiva vegetales para alimentar a su familia y generar ingresos, negándose a sentirse impotente. Su resiliencia y éxito han sido impulsados por su participación activa en el proyecto de Fortalecimiento de la Adaptación Agrícola (SAGA) [Strengthening Agricultural Adaptation (SAGA)], implementado por la FAO. Este proyecto, financiado por el Gobierno de Quebec, tiene como objetivo fortalecer la resiliencia del sector agrícola de Haití al cambio climático y aumentar la capacitación y planificación de adaptación para una mejor seguridad alimentaria y nutrición.

Rural communities in Haiti are finding new ways of minimizing crop losses and increasing income by implementing simple water management techniques. ©FAO/CECI
The project is supporting Silotte Mervil  and other Haitian farmers find new ways of storing water and irrigating fields. ©FAO/CECI
Las comunidades rurales en Haití están encontrando nuevas formas de minimizar las pérdidas de cultivos y aumentar los ingresos mediante la implementación de técnicas sencillas de manejo del agua. ©FAO/CECI
El proyecto está apoyando a Silotte Mervil y a otras agricultoras y agricultores haitianos a encontrar nuevas formas de almacenar agua e irrigar los campos. ©FAO/CECI

El impacto de una solución simple, económica y fácilmente transferible

Silotte, además de ocuparse de agricultura,  es tesorera de Escuelas de Campo de Agricultores  Nouvel Espoir, y ha sido testigo, en primera linea, del impacto positivo del proyecto SAGA. "El proyecto nos ha permitido aumentar nuestras cosechas y nuestros ingresos. Cuando usábamos métodos de riego convencionales, nuestros ingresos eran menores en comparación con los de hoy. Ahora ganamos mucho más dinero con la venta de nuestros cultivos", dice.

"Con el proyecto SAGA, aprendimos técnicas de riego más eficientes para huertos, como el sistema de riego por goteo, utilizando pequeños contenedores de plástico colocados directamente en el suelo cerca de las raíces de las plantas", agrega.

Esta técnica reduce drásticamente el derroche o la pérdida de agua y mejora la eficiencia del riego, lo que conduce a mejores rendimientos de los cultivos, mayores ingresos así como da un impulso significativo a la calidad de vida de toda la comunidad. La simplicidad y asequibilidad de esta solución destacan cómo una innovación efectiva pero no necesariamente comportan un alto costo.

El proyecto SAGA trabaja con socios locales, especialmente con el Centro de Estudios y Cooperación Internacionales (CEC)) [Centre d’étude et de coopération international (CECI)], brindando el apoyo necesario a los agricultores, en particular a las mujeres, para facilitarles la adaptación  a los cambios climáticos. A través del enfoque de las Escuelas de Campo de Agricultores, los campesinos intentan aplicar conjuntamente soluciones innovadoras que permiten mantener la producción incluso cuando hay escasez de lluvia o sequía.

Drip irrigation
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 Riego por goteo: la innovación no necesita ser complicada para ser eficiente. ©FAO/CECI

Los efectos del cambio climático en las mujeres haitianas

Las mujeres en Haití se ven más afectadas por los desafíos relacionados con el clima al que se enfrenta el país, especialmente las del sector agrícola. Esto se debe en gran parte a que las mujeres son responsables del transporte de agua y de la mayoría de las tareas agrícolas más gravosas. El aumento de la sequía ha empeorado esta situación, y la introducción de la irrigación por goteo, que permite ahorrar agua, ha tenido un enorme impacto positivo en la vida de Silotte. Ya no tiene que dedicar tanto tiempo ni energía al transporte de agua para regar su huerto. Ahora, es mucho más fácil para ella trabajar la tierra, ya que no está tan seca.

Antes era agricultora estacional, pero con una mejor gestión del agua, Silotte ahora tiene más tiempo para cultivar una variedad de cultivos, incluyendo vegetales como tomates, berenjenas y pimientos, durante todo el año. Esto la fortalece como emprendedora y beneficia a toda la comunidad.

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El uso de nuevas técnicas y calendarios de cultivo ayuda a las comunidades agrícolas a adaptarse al cambio climático al tiempo que estabiliza los ingresos. ©FAO/CECI

Inspirando a la próxima generación de agricultores haitianos

La historia de éxito de Silotte se ha convertido en un faro de inspiración para la joven generación de su comunidad. Ella continúa animando a los jóvenes a participar en proyectos similares, donde pueden adquirir conocimientos valiosos y prepararse para trabajar en armonía con el medio ambiente a pesar de los desafíos del cambio climático.

Al reflexionar sobre su experiencia, Silotte tiene algunos consejos para los jóvenes agricultores haitianos: "Los animo a unirse a una escuela de campo de agricoltores para beneficiarse de la formación que hemos recibido. Estarían capacitados para trabajar al mismo ritmo que nosotros, e incluso superarnos. Gracias a la formación recibida  pudimos diversificar nuestras prácticas. Aprendimos nuevas técnicas. Ahora cultivamos en las crestas de las montaña/colinas, algo que antes no hacíamos. Los rendimientos de los cultivos en las crestas son más altos y más rápido. Nuestras cosechas y ganancias son mayores que antes".

La FAO trabaja en Haití desde 1978 y aunque todavía queda mucho por hacer para aliviar la carga de los pequeños agricultores haitianos, especialmente las campesinas, existen muchas pruebas de que se están realizando mejorías en los medios de subsistencia y la calidad de vida, a pesar de los problemas relacionados con el cambio climático.

El caso de Silotte Mervil resalta los beneficios que puede reportar la aplicación de tecnologías innovadoras en situaciones cada vez más difíciles.

Al adoptar un enfoque holístico – con muchas partes involucradas, plurisectorial y pluriescalar, el proyecto SAGA establece alianzas con entidades gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil, universidades e instituciones de investigación a nivel internacional, nacional y local, en favor de la seguridad alimentaria y la nutrición. En Haití, SAGA se basa en una sólida asociación entre el Ministerio de Agricultura, Recursos Naturales y Desarrollo Rural (MARNDR), el Ministerio de Medio Ambiente (MDE), trabajaen colaboración con CECI, Solidaridad Unión Cooperación (SUCO) [Solidarité Union Coopération (SUCO)] y la Université de Laval.

Además de colaborar en Haití, el proyecto SAGA también opera en Senegal y pronto será operativo, en su segunda fase, en Costa de Marfil.

SAGA I (2018-2023): RESULTADOS CLAVE EN HAITÍ

Beneficiarios: Mujeres y hombres productores vulnerables a los efectos del cambio climático y agentes técnicos responsables del desarrollo rural.

Seis departamentos cubiertos en Haïti: Grand'Anse, Sur, Sureste, Noreste, Centro y Oeste.

  • En las comunas de Hinche y Maïssade: Se brindó apoyo a más de 200 agricultoras y agricultores para fortalecer la gestión del agua, la planificación agrícola, la gestión empresarial y la comercialización.
  • En los departamentos del Sureste, Grand'Anse y Noreste: 120 facilitadores multiplicaron los conocimientos adquiridos entre los miembros de 60 Escuelas de Campo de Agricultores, enfocándose en buenas prácticas agrícolas que integran la dimensión del cambio climático.
  • En la comuna de Camp Perrin: Se capacitó a 280 agricultoras y agricultores en resiliencia climática para la producción de hortalizas y frutas; se rehabilitaron más de 60 huertos y se establecieron casi 53; se instalaron 6 jardines hortícolas "modelo".

Apoyo a la elaboración de documentos estratégicos sobre adaptación en sectores agrícolas:

  • Publicación sobre el estado de las políticas, estudios y proyectos relacionados con la adaptación al cambio climático en los sectores agrícolas de Haití.
  • Documento de trabajo sobre la Guía de Planificación de Adaptación en Sectores Agrícolas de Haití.
  • Coorganización de consultas en los departamentos del Norte, Noreste, Centro, Sur y Sureste, coordinados por el Ministerio de Medio Ambiente de Haití, para recopilar las opiniones y preocupaciones de las comunidades sobre la revisión de la CDN (Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional).

Actividades de fortalecimiento de capacidades para aumentar la resiliencia de productoras y productores:

  • Más de 363 mujeres y 254 hombres actúan como enlaces comunitarios.
  • Programas de formación mediante enfoques participativos e inclusivos: Escuelas de Campo de Agricultores, agroecología, género, restauración de tierras degradadas.
  • Apoyo a diversos equipos e insumos (semillas, fertilizantes orgánicos, etc.).

Evaluaciones y bases de datos desarrolladas:

  • Estudio sobre el análisis del estado de las investigaciones y estudios sobre la vulnerabilidad y/o adaptación de los sectores agrícolas haitianos.
  • Encuesta sobre los determinantes de la adopción de estrategias favorables a la adaptación al cambio climático por parte de agricultores y pescadores en Haití;
  • Base de datos sobre observaciones, proyecciones y escenarios climáticos para la cuenca del río Artibonite.