Biotecnologías. Sobre la base de la definición de “biotecnología” que figura en el artículo 2 del Convenio sobre la Diversidad Biológica, el término “biotecnología agrícola” engloba un conjunto de tecnologías que va desde las de baja tecnología, como la inseminación artificial, las técnicas de fermentación, los biofertilizantes y las técnicas nucleares, hasta las de alta tecnología, que abarcan metodologías avanzadas basadas en el ADN (en particular la modificación genética, la selección genómica, la secuenciación del genoma completo y la edición de genes) y tecnologías multiómicas. Las biotecnologías agrícolas tienen usos y posibilidades muy diversos, como, por ejemplo, la adaptación de cultivos a tensiones bióticas y abióticas, la mejora de la nutrición y el aumento de la duración de los alimentos con la consecuente reducción de las pérdidas, la reducción de los alérgenos, la detección de enfermedades transmitidas por alimentos, la vigilancia de la inocuidad de los alimentos, el seguimiento de la diversidad genética y la biodiversidad, la fitorremediación y la mejora de la salud del suelo, el uso eficiente de los nutrientes de los piensos por parte de los animales, el diagnóstico rápido de enfermedades y el desarrollo de vacunas.