La FAO ayuda a restablecer la nutrición y los medios de vida agrícolas en las Islas del Pacífico

La FAO apoya a las familias locales a restablecer las prácticas agrícolas y de nutrición adecuada.

Datos clave

El ciclón tropical Pam golpeó Vanuatu con una fuerza devastadora el 13 de marzo de 2015. La tormenta de categoría 5 incluyó vientos de 250 km/h, lluvias torrenciales e inundaciones que desplazaron a miles de personas, arrasaron casas, destruyeron infraestructuras básicas y causaron grandes daños a la agricultura. Las evaluaciones iniciales realizadas en las seis provincias mostraron que los daños en la agricultura a causa del ciclón habían sido graves, abarcando todas las áreas desde los cultivos comerciales a la agricultura de subsistencia. Como parte de la respuesta al desastre, la FAO consultó con el Grupo de Seguridad Alimentaria y Agricultura (FSAC) para identificar los hogares con necesidad de asistencia urgente y los señaló como prioridad para la distribución de semillas. La FAO y el Fondo Central para la Acción en casos de Emergencia (CERF) pusieron entonces en marcha el “Proyecto de Apoyo de Emergencia para restablecer la seguridad alimentaria en las comunidades afectadas por el ciclón tropical Pam” para ayudar a las familias a ser de nuevo autosuficientes en alimentos.

Para la implementación del proyecto, la FAO ha colaborado con la ONG Oxfam y Act for Peace para llegar a las comunidades remotas en las provincias, mientras  trabajaba con el Departamento de Agricultura y Desarrollo Rural (DARD) en la capital, Port Vila, para distribuir semillas y folletos para la recuperación de los huertos. En total, se ayudó a cerca de 50 000 personas en todo el país, gracias a la contribución de 211 375 dólares EEUU del CERF.

Melina Lamai y su familia son algunos de los beneficiarios de la ayuda de la FAO
Melina Lamai vive de la agricultura urbana de subsistencia en Port Vila, Vanuatu. Cuando el ciclón Pam golpeó, las comunidades fueron arrasadas, los huertos destruidos, el acceso a agua limpia afectado y los medios de subsistencia quedaron destrozados. Con más del 80 por ciento de la población dependiendo de la agricultura -incluyendo la familia de Lamai- las pérdidas resultaron devastadoras ya que dependían de su huerto para alimentar a sus familias.

“Estaba orgullosa de mi huerto y también de la agricultura, por ayudarme a tener un huerto tan productivo”, dijo Lamai, añadiendo que las pérdidas causadas por el ciclón Pam eran graves y personales a la vez. Lamai vive con su marido, dos hijos y seis nietos. Pasa casi todos los días en casa atendiendo a las necesidades de las tres generaciones en el hogar, siendo la horticultura doméstica su principal medio de subsistencia. Por lo tanto, la destrucción del huerto de Lamai fue un gran revés para su familia de diez personas. La mayoría de la cosecha se perdió y su familia comenzó a depender de las raciones de alimentos de emergencia, que incluían arroz, fideos en paquetes y pescado en conserva.

Con la ayuda de la FAO y sus asociados, Lamai recibió cinco tipos de semillas para reconstruir su huerto: habichuelas enanas, calabaza, maíz dulce, papaya y sandía. Estos cultivos comienzan a producir después de: un mes de la siembra (habichuelas enanas) tres meses (maíz dulce/calabaza/sandía) y en seis meses (papaya). En conjunto, el beneficio del huerto es doble. En primer lugar, Lamai lo utiliza para mejorar la dieta de su familia, obteniendo productos sanos para cocinar. Utiliza el excedente de hortalizas para venderlas en el mercado, logrando un pequeño ingreso para ayudar a mantener a su familia.

“Estoy muy contenta de haber recibido las semillas. Ahora mi huerto es mejor de lo que lo era antes del ciclón”, aseguró una sonriente y confiada Lamai.

Un buen ejemplo a seguir
La existencia urbana puede ser difícil en la capital de Vanuatu. Un desastre como el ciclón agravó cuestiones subyacentes como el desempleo y el elevado coste de vida. Sin los productos de cultivo casero, muchos hogares urbanos tendrían dificultades para salir adelante y tendrían que depender de los alimentos comprados en la tienda, en lugar de sus propios productos frescos y nutritivos.

Lamai y su familia son ejemplos de cómo pequeños insumos agrícolas pueden mejorar en gran medida la nutrición, los medios de vida y la resiliencia.

El proyecto en su conjunto
De un total de 366 hogares que fueron encuestados al final del proyecto -el 2,5% de los beneficiarios-, el 98% de los hogares que habían recibido semillas les habían plantado, el 62% recibieron orientación en métodos de plantación sostenibles y el 97% realizan ahora 3 comidas al día, en comparación con el 62% justo después después del impacto del Ciclón Pam. 

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