Plataforma de Territorios y Paisajes Inclusivos y Sostenibles

"Entender las ciudades y los territorios como ecosistemas es esencial para abordar los retos que ambos tienen en este principio del siglo XXI: los relacionados con la sostenibilidad en la era de la Información"

Salvador Rueda es el Director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, y autor de numerosos libros y artículos sobre la ciudad y los sistemas urbanos. Fue miembro del Grupo de Expertos de Medio Ambiente Urbano de la Unión Europea (1994-2000), y es autor del Libro Verde de Sostenibilidad Urbana y Local en la era de la Información de España. Conversamos con él sobre modelos urbanos sostenibles y su impacto en el territorio.

:02/07/2015

 

1. A la luz de su amplia experiencia como ecólogo urbano, y como autor de numerosos libros y artículos, podría compartir con nosotros, ¿qué papel, a su juicio, debería jugar la Ecología en el desarrollo territorial?

Un sistema es un conjunto de elementos físico-químicos que se relacionan entre ellos. El concepto de sistema es tan laxo y amplio que fuera de él no existe nada. Cuando un sistema contiene seres vivos lo denominamos ecosistema. La vida en nuestro planeta se define en la frontera de una pequeña franja entre la atmósfera y la tierra, entre la atmósfera y el agua y entre el agua y de nuevo la tierra. Una película conformada por ecosistemas que “rodean” el Planeta. Entre ellos se encuentran los sistemas urbanos y los territorios modificados por la especie humana. La ecología es la ciencia de los ecosistemas. Entender las ciudades y los territorios como ecosistemas es esencial para abordar los retos que ambos tienen en este principio del siglo XXI que, a mi  entender, son los relacionados con la sostenibilidad en la era de la Información.

 

2. La sostenibilidad, junto con la inclusión social y la innovación están en el centro del modelo de territorios inteligentes. Pero también lo está una nueva relación de los ámbitos urbano y rural. ¿Cuáles son a su juicio las actuaciones más estratégicas para redefinir y equilibrar lo urbano y lo rural en el territorio?

Lo más importante es definir un modelo territorial que permita que la ciudad sea más ciudad y el campo más campo: un modelo que se aleje de la tendencia actual de producir ciudad separando los usos y las funciones urbanas en un territorio cada vez más amplio, generando un suburbio inmenso, con un impacto a todas luces insostenible. Los Planes Generales de Ordenación Urbana y los Planes Directores de Urbanismo Metropolitano, en su caso, son básicos para definir modelos de ciudad compactas en su morfología, complejas en su organización, eficientes metabólicamente y cohesionadas socialmente. Estos planes deberían buscar los equilibrios necesarios que permitieran mantener o aumentar la complejidad organizativa de los sistemas urbanos sin explotar a los sistemas de soporte (el territorio) por encima de su capacidad de carga. En dos seminarios en los que he tenido ocasión de participar en el marco del Plan de Ordenación del Territorio de Medellín, he constatado cómo representa un buen ejemplo de ámbito territorial.  

 

3. ¿Qué opinión le merece el concepto de smart city? ¿Existe una aplicación posible a la malla territorial urbano-rural?

La complejidad urbana está relacionada con la inteligencia de la ciudad; y, mantener la explotación de los sistemas de soporte por debajo de su capacidad de carga, está relacionado con la inteligencia de los territorios. Según el principio de Margalef entre dos territorios (ecosistemas) de distinta complejidad que se relacionan, el de mayor organización tiende a aumentar su complejidad organizativa y el de menor complejidad a simplificarse. Cuando los ecosistemas se rigen por las leyes de la naturaleza, los equilibrios se definen de manera dinámica por dichas leyes. Cuando los ecosistemas son antrópicos y tienen distinta complejidad, la tendencia actual es simplificar al menos complejo sin tener en cuenta las leyes de la naturaleza, superando su capacidad de carga, teniendo que ampliar, luego, los territorios a explotar y haciendo que la huella ecológica se amplíe de manera significativa. La causa que explica esta manera de proceder se centra en la estrategia actual para competir entre territorios, basada en el consumo de recursos. Para revertir este proceso insostenible se necesita articular una nueva estrategia competitiva basada en la información y el conocimiento. Ello puede permitir, siguiendo el principio de Margalef, que el sistema más complejo incremente su complejidad sin tener que explotar al sistema disipativo por encima de su capacidad de carga. Puesto que la inteligencia de un sistema urbano y de un territorio se asienta en el número y la diversidad existente de personas jurídicas densas en conocimiento (actividades económicas, asociaciones e instituciones), sólo la estrategia competitiva basada en la información puede incrementar la inteligencia de ambos.

 

4. Las ciudades inclusivas son también las más competitivas. ¿Podría decirnos cómo el modelo de ciudad compacta, compleja y eficiente incorpora la inclusión social, y en qué medida genera externalidades positivas en el contexto territorial más amplio en el que se sitúa?

Las ciudades son ecosistemas humanos. Son el hábitat principal de las personas que en ellos viven.  Cualquier modelo de ciudad debe tener como objetivo primero la cohesión social y el indicador principal debe ser la convivencia, la igualdad de oportunidades, la ausencia de miedo (tanto de día como de noche)… Para conseguirlo deben buscarse mezclas sociales de rentas, edades y culturas en las proporciones adecuadas conviviendo en los mismos espacios. Las desigualdades y la segregación social en los sistemas urbanos son causa de problemas espantosos, generadores de disfunciones en todos los órdenes, entre ellos el de la competitividad. En ciudades con una elevada complejidad, es decir, con un número y una diversidad elevada de personas jurídicas, es fácil que muchas de ellas sean densas en conocimiento. En este sentido, el número y la diversidad de personas jurídicas facilita la inclusión en el mundo laboral de personas de distinta condición y adscripción social. Los territorios no son ajenos a los procesos de organización urbana más o menos colindantes; son a mi entender, fiel reflejo de los sistemas más complejos y de hecho es patente un proceso osmótico de personas y conocimientos entre ambos. Ciudades inclusivas suelen tener territorios inclusivos. Ciudades con disfunciones graves suelen trasladar buena parte de éstas al territorio, en forma de contaminación de las aguas, del aire o del suelo, en forma de colonización de territorios con una precaria habitabilidad o, en su caso, con una profusión de segundas residencias fruto de desequilibrios urbanos excesivamente comprimidos.

 

5. En el modelo que usted propone, el espacio público es el que define la existencia o no de lo que entendemos por “ciudad”. El espacio público de calidad ¿puede jugar un papel en el territorio rural?

Recientemente hemos ultimado con el municipio de Buenos Aires el Manual de Diseño del espacio público de Buenos Aires. Un manual que pretende incrementar la calidad urbana del municipio porteño, ya de por sí muy elevada. Hemos culminado, también, el Plan de Regeneración del Centro Histórico de Quito, un proyecto muy complejo del que estoy especialmente orgulloso. En efecto, el espacio público es uno de los factores principales generadores de ciudad. El otro es la reunión de personas jurídicas complementarias, sitas en un territorio determinado. El espacio público es la “casa de todos”, donde confluyen los derechos ciudadanos. El espacio público es el que nos hace ciudadanos. Es preciso no confundir espacio público y espacio urbanizado. El espacio urbanizado es propio del suburbio en el cual, aunque existan edificios y calles, no tienen sentido ni los usos ni las funciones ciudadanas. Sólo tiene sentido el ejercicio del derecho de paso; y, en los condominios cerrados, ni eso.

El espacio público tiene sentido cuando existe masa crítica de personas y de actividades. Es obvio que en los territorios rurales, por definición, esa masa crítica no existe. Los usos y funciones del campo son otros. Ello no quita que en el territorio se den cita núcleos urbanos que se acerquen a la idea de ciudad. 

 

Author: TCIC

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