Plataforma Global de las Escuelas de Campo de Agricultores

Cambio climático y escuelas de campo para agricultores

El cambio climático y el desarrollo sostenible están fuertemente vinculados. Los países pobres y menos desarrollados son los más vulnerables y los que se verán más afectados y también los menos capaces de hacer frente a los impactos de los desastres relacionados con el clima.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 13 de las Naciones Unidas -Acción por el Clima- pretende reforzar la capacidad de adaptación y la resiliencia de todos los países a los desastres y peligros naturales relacionados con el cambio climático. También pretende mejorar la concienciación, la educación y la capacidad institucional y humana en materia de mitigación, reducción del impacto, alerta temprana y adaptación al cambio climático (MDG Monitor, 2016).

Las escuelas de campo para agricultores (ECA) se han utilizado durante mucho tiempo para mejorar el pensamiento crítico y la toma de decisiones informadas por parte de las comunidades locales mediante el ensayo de soluciones innovadoras para mejorar la producción y los medios de vida. Las ECA pueden contribuir en gran medida a la creación de la capacidad de adaptación de las comunidades rurales para mitigar los riesgos relacionados con el impacto del cambio climático y alcanzar el ODS 13 - Acción por el Clima.

El enfoque de las ECA, caracterizado por los "laboratorios de base" y la innovación, garantiza un proceso continuo de actualización de la base de información necesaria para hacer frente al cambio climático. Las ECA para el cambio climático modifican el enfoque según el contexto local: 

 

  • Adaptación de las prácticas agrícolas para hacer frente a los efectos específicos del cambio climático: las tecnologías incluyen la mejora de la retención de la humedad, la mejora de la fertilidad del suelo, la protección contra la erosión hídrica y eólica, y la introducción de la agrosilvicultura o de variedades tolerantes a la sequía.
  • Atención a los conocimientos locales sobre prácticas resilientes: por ejemplo, las percepciones indígenas de los fenómenos extremos y su impacto a nivel de pueblo y los indicadores tradicionales para predecir el tiempo.
  • Análisis de los sistemas de cultivo y de los patrones meteorológicos para identificar los riesgos y las adaptaciones prometedoras: la ECA mide las precipitaciones y la temperatura, interactúa con los centros meteorológicos y evalúa las necesidades de agua de los cultivos.

El principal objetivo de los planes de estudio de las ECA sobre el cambio climático suele ser mejorar la adaptación, aunque la mayoría de las prácticas y tecnologías adoptadas contribuyen a la mitigación.

Los procesos que se siguen para crear un programa de ECA centrado en la adaptación al cambio climático son los siguientes:

 

  1. Durante la etapa preparatoria, se lleva a cabo la Evaluación de la Vulnerabilidad Comunitaria al Cambio Climático de Base, a través de un ejercicio de Mapeo de Recursos Comunitarios con los miembros de la comunidad. La evaluación incluye la consideración de la exposición y la sensibilidad de la comunidad a las tensiones climáticas y a las amenazas sobre la producción y los recursos naturales.
  2. Los ejercicios de evaluación de la línea de base se utilizan para identificar las estrategias y opciones de adaptación que se pondrán a prueba en los estudios de campo y los temas especiales que se integrarán en el plan de estudios de las ECA.
  3. En el proceso de aprendizaje de las ECA se realizan experimentos sobre el terreno de las opciones identificadas para analizar cómo responden los diferentes tratamientos en los estudios de campo a tensiones climáticas específicas. Esta evaluación permite comprender si las diferentes prácticas ofrecen a los agricultores soluciones adaptativas o no.
  4. Las experimentaciones y las lecciones aprendidas en las actividades de las ECA se utilizan para desarrollar un plan de adaptación al clima y para difundir los beneficios de las nuevas tecnologías y prácticas para hacer frente al cambio climático.

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SRI-LMB Mitigation project: farmers try out practices that reduce methane emission

In 2013, the Asian Institute of Technology (AIT) partnered with FAO and national IPM programmes to implement the training component of the EU-funded project titled “Sustaining and Enhancing the Momentum for Innovation and Learning around the System of Rice Intensification (SRI) in the Lower Mekong River Basin”. The project – with a strong research focus – sought to stimulate local innovation using SRI practices and Farmers’ Field School (FFS) approaches involving smallholder farmers in rainfed areas of four LMB countries (Cambodia, Laos, Vietnam and Thailand) to contribute to enhanced resilience and sustainable production in the context of climate change adaptation and mitigation.

15 000 farmers (> 50% women) were involved in FFS activities, through which 1,500 experiments/field studies were carried out over four years (2014-2017). These field studies explored individual SRI practices in detail (e.g. planting distance, intermittent irrigation, etc.) as well as the application of combinations of SRI practices. Combined results of the project at regional level showed that SRI practices helped to improve farmers’ livelihoods and the environment through:

 

  • increased average rice yield by 52%, and net economic returns by 70%;
  • increased labour productivity by 64%, water productivity by 59%, and fertilizer use-efficiency by 75%;
  • decreased total energy input for farming operations by 34%, along with significant reductions in per-hectare net emission of greenhouse gases, respectively by 14% with irrigated rice production, and by 17% in rainfed cropping.