info
close
REPÚBLICA UNIDA DE TANZANÍA Poniendo espadines frescos para que se sequen al sol en la orilla del lago Tanganica en Kigoma – FISH4ACP: aprovechamiento del potencial de las cadenas de valor de la pesca y la acuicultura.
©FAO/Luis Tato

El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2022

Parte 3 La transformación azul para lograr la agenda 2030 para el desarrollo sostenible

Decenio de acción para cumplir los objetivos mundiales

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la pesca y la acuicultura

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible sigue definiendo las estrategias de los países, las organizaciones internacionales y la sociedad civil en aras de un mundo justo, próspero y sostenible. Sus 17 ODS y sus metas e indicadores conexos son fundamentales para lograr un crecimiento económico sostenible e inclusivo que tenga en cuenta preocupaciones sociales, económicas y ambientales.

El éxito de los ODS radica en gran medida en un seguimiento, examen y supervisión eficaces. En la Agenda 2030 se establece una estructura de elaboración de informes a nivel mundial que incluye aportaciones locales, nacionales y regionales y culmina en el foro político de alto nivel de las Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible. Los indicadores de los ODS sirven de fundamento a este marco mundial de rendición de cuentas mutua. En marzo de 2016, la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas estableció un marco de indicadores mundiales compuesto por 230 indicadores que permiten hacer seguimiento de las 169 metas de los ODS. En consonancia con el principio rector de la Agenda 2030 de “no dejar a nadie atrás”, los indicadores deben desglosarse por género, edad, ingresos, ubicación geográfica, ocupación y otros aspectos de la identidad social (HLPF, 2022).

Los ODS están interrelacionados y, por tanto, son indivisibles por naturaleza, de manera que el progreso en un ámbito respalda y refuerza el progreso en otro ámbito. De ahí que se haga especial hincapié en los enfoques integrados de desarrollo y que los resultados de los indicadores conexos se deban evaluar conjuntamente para permitir un análisis exhaustivo de los efectos y las compensaciones entre distintas vías de desarrollo. En esta sección se examinan la pesca y la acuicultura en el contexto más amplio de los indicadores conexos.

La Agenda 2030 reconoce el papel fundamental que desempeñan la alimentación y la agricultura en la lucha contra el hambre y la inseguridad alimentaria y el alivio de la pobreza (FAO, 2022d). Para poner fin a la pobreza y el hambre y lograr un desarrollo sostenible es fundamental centrar la atención en el desarrollo rural, la creación de capacidad y la inversión en sistemas de producción de alimentos, con inclusión de la pesca y la acuicultura. A medida que evoluciona la pandemia de la COVID-19, los avances siguen siendo, lamentablemente, insuficientes, y se requiere la adopción de medidas transformadoras urgentes. En ese sentido, en vista de la pertinencia de los 17 ODS para el mandato de la FAO, el Marco estratégico de la Organización para 2022-2031 se ha armonizado plenamente en apoyo de la consecución de la Agenda 2030. Ello encaja de forma lógica con el papel de la FAO como organismo responsable de 21 indicadores de los ODS1 y como organismo que contribuye a otros cinco indicadores, todo lo cual abarca los ODS 1, 2, 5, 6, 12, 14 y 15.

La pesca y la acuicultura constituyen un sistema esencial de producción de alimentos a nivel mundial, y la ordenación sostenible de sus recursos es fundamental para lograr un desarrollo que salvaguarde la seguridad alimentaria, los medios de vida, la dignidad humana y los recursos naturales. En lo que respecta al uso sostenible de los recursos marinos vivos, la División de Pesca y Acuicultura de la FAO aprovecha su función de liderazgo mundial para coordinar la labor centrada en cuatro indicadores (los indicadores 14.4.1, 14.6.1, 14.7.1 y 14.b.1 de los ODS) en el marco del ODS 14 (Vida submarina). Si bien el ODS 14 abarca, en principio, tanto la pesca como la acuicultura, los indicadores definidos actualmente se refieren sobre todo a la pesca de captura, aunque el indicador 14.b.1 del ODS abarca también la acuicultura. La labor y los progresos realizados en torno a estos cuatro indicadores, todos ellos clasificados en el nivel I, se abordan en las siguientes subsecciones (págs. 175-184).

Prácticamente todos los ODS son relevantes para el desarrollo de la acuicultura. A pesar de ello, el papel de la acuicultura en la contribución a los ODS no siempre se ha definido o comunicado con claridad. Mientras que la acuicultura de agua dulce ya está contribuyendo, y es probable que contribuya más a la seguridad alimentaria que la pesca marina y la maricultura (Zhang et al., 2022), su contribución es a menudo más implícita que explícita —por ejemplo, en el ODS 2 (Hambre cero)—, por lo que se incluye poco en los diálogos sobre sostenibilidad. En la última Conferencia Mundial sobre la Acuicultura, celebrada en Shanghái, los participantes determinaron prioridades estratégicas para acelerar el desarrollo de la acuicultura sostenible y optimizar la contribución de la acuicultura a los ODS. Entre esas prioridades figuran objetivos e indicadores específicos que requieren atención, no solo a través del marco de seguimiento y examen de la Agenda 2030 dirigido por el foro político de alto nivel de las Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible, sino también a través del Marco mundial de la diversidad biológica posterior a 2020 que elabora actualmente el CDB (Recuadro 20).

RECUADRO 20 META 2.5 DE LOS ODS Y SU APLICACIÓN A LA DIVERSIDAD GENÉTICA DE LOS RECURSOS ACUÁTICOS

El ODS 2 se conoce comúnmente como el objetivo del hambre cero, pero su sentido es más amplio, ya que abarca la consecución de la seguridad alimentaria y la promoción de la agricultura sostenible. Dado que la biodiversidad sustenta nuestros sistemas alimentarios, su gestión eficaz es fundamental para nuestra futura seguridad alimentaria, como se reconoce en la meta 2.5 de los ODS: De aquí a 2020, mantener la diversidad genética de las semillas, las plantas cultivadas y los animales de granja y domesticados y sus correspondientes especies silvestres […] y promover el acceso a los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos y su distribución justa y equitativa […].

Si bien se reconoce que, en comparación con el cultivo en tierra, la acuicultura es una forma relativamente reciente de producción de alimentos, la biodiversidad es tan importante para los sistemas alimentarios acuáticos como para los terrestres. Aunque en el texto de la meta 2.5 de los ODS no se excluye explícitamente la diversidad genética acuática, esta no se ha incluido en la evaluación de los avances en la consecución de la meta 2.5 de los ODS, principalmente porque no se han preparado indicadores específicos para este fin. Los indicadores correspondientes a la meta 2.5 de los ODS se refieren únicamente al número de recursos zoogenéticos para la alimentación y la agricultura que se preservan en instalaciones de conservación y a la situación de riesgo de las razas de ganado. Esas medidas se cuantifican a través de los sistemas de información existentes sobre los recursos zoogenéticos (los sistemas de la FAO son WIEWS1 y DAD-IS2).

Como se indicó en la primera evaluación mundial jamás realizada de la situación de los recursos genéticos acuáticos (RGA) en 20193, la información que podría utilizarse en la elaboración de indicadores para el mantenimiento de la diversidad genética en los recursos acuáticos utilizados para la alimentación y la agricultura no está disponible actualmente o tiene un alcance muy limitado. La FAO aborda esta importante laguna de conocimientos mediante el desarrollo de AquaGRIS, sistema mundial de información sobre los RGA. El prototipo4 desarrollado se está convirtiendo en un sistema de información plenamente funcional que incluirá la capacidad de generar indicadores aún no definidos del estado de los RGA.

Junto con otras 21 metas de los ODS, la meta 2.5 expiró en 2020 con un progreso relativo que es, lamentablemente, insignificante5. Dado el importante papel que desempeñan los alimentos acuáticos en la nutrición y la seguridad alimentaria humanas, es vital que la diversidad acuática también se incorpore en el Marco mundial de la diversidad biológica posterior a 2020 que elaboran actualmente las Partes en el CDB.

Análogamente, la pesca continental y el papel de los sistemas de agua dulce como fuentes de alimentos y nutrición no figuran en los actuales textos de los ODS, a pesar de su importancia para varios de ellos, en particular el ODS 2 (Hambre cero), el ODS 6 (Agua limpia y saneamiento), el ODS 12 (Producción y consumo responsables) y el ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres). Es fundamental tener plenamente en cuenta la contribución de todos los sistemas de producción de alimentos acuáticos2 a la consecución de la Agenda 2030, en particular integrando en mayor medida el desarrollo de la acuicultura en las políticas nacionales.

Además de la FAO, otros organismos son responsables de seis indicadores del ODS 14. El PNUMA es el principal responsable de tres de ellos (indicadores 14.1.1, 14.2.1 y 14.5.1 de los ODS), y la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI-UNESCO) de otros dos (indicadores 14.3.1 y 14.a.1). En el caso de los indicadores para los que se dispone de series cronológicas, los que miden la degradación del medio ambiente (indicadores 14.1.1 y 14.3.1 de los ODS) revelan un empeoramiento de las tendencias y una aceleración de los índices de contaminación. El único ODS respecto del cual se han registrado claros avances es el relativo a la protección del medio ambiente marino (indicador 14.5.1 de los ODS), testimonio de una fuerte voluntad política de promulgar leyes nacionales. Sin embargo, a este respecto, al evaluar la posibilidad de cerrar el acceso a las aguas marinas deberían tenerse plenamente en cuenta las necesidades de los pescadores y las comunidades locales a fin de mitigar las repercusiones en sus medios de vida y en el suministro de alimentos. La FAO contribuye a estos indicadores, como se describe en el Recuadro 21.

RECUADRO 21 CONTRIBUCIONES DE LA FAO A LOS INDICADORES DE CONSERVACIÓN DEL ODS 14 SOBRE LA BIODIVERSIDAD Y LA FUNCIÓN ECOSISTÉMICA

El ODS 14 (Vida submarina) incluye siete metas (más tres medios de ejecución) dedicadas a las interacciones entre la humanidad y el océano. Muchas de ellas abarcan medidas dirigidas a la conservación y la salud ambiental, pero también se ocupan de cuestiones de equidad en el acceso a los recursos y los mercados y de intercambio de conocimientos.

Ya se dispone de gran parte de los conocimientos necesarios para dar los primeros pasos hacia la eliminación, adaptación o mitigación de los efectos reconocidos en el entorno oceánico. No obstante, en muchos casos es necesario seguir trabajando para dejar constancia de los cambios en la situación y las presiones en torno a cada cuestión y notificar los avances en los países desarrollados y en desarrollo.

Más allá del trabajo centrado directamente en la pesca, la FAO contribuye a comprender y reducir al mínimo los efectos de la acidificación y la contaminación de los océanos, mejorar la ordenación eficaz de las zonas en aras de la conservación de la biodiversidad y reforzar el cumplimiento de los acuerdos mundiales sobre biodiversidad y clima. Estas medidas complementan la labor de ordenación pesquera y crean sinergias con los acuerdos internacionales sobre cuestiones comerciales y el fortalecimiento de la gobernanza.

En cuanto a la meta 14.1 de los ODS, relativa a la prevención y reducción de la contaminación marina, la mayoría de los casos de exceso en el flujo de salida de nutrientes y residuos sólidos, como plásticos, se origina en tierra. Sin embargo, la FAO y sus asociados están preparando intervenciones encaminadas a reducir el desperdicio en los sistemas de producción acuáticos a través de iniciativas mundiales, como el marcado de las artes de pesca, y están buscando planteamientos novedosos para comprender y mitigar las repercusiones de algunos tipos de plásticos (es decir, los microplásticos), en particular en los animales acuáticos y en la salud humana.

En cuanto a la acidificación de los océanos y el cambio climático (meta 14.3 de los ODS), la FAO presta apoyo a los Miembros y a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en la tarea de vigilar y comunicar el ritmo, la magnitud y el alcance del cambio, así como la totalidad de los efectos de la contaminación por gases de efecto invernadero en las variables oceánicas y pesqueras. La capacidad de fundamentar las decisiones relacionadas con el clima a escalas relevantes para la ordenación sigue planteando desafíos, aunque los esfuerzos para mejorar las observaciones y compartir los datos y la información están avanzados.

Para mejorar la ordenación del medio ambiente marino y costero (meta 14.2 de los ODS), incluida la ordenación espacial (meta 14.5 de los ODS), la FAO facilita la comprensión general de la forma en que la tenencia, el acceso, los derechos de los usuarios y el uso de otras medidas eficaces de conservación basadas en áreas del Convenio sobre la Diversidad Biológica recién definidas pueden reforzar las oportunidades de alcanzar los objetivos de biodiversidad cuya fecha límite de cumplimiento es 2030. Para alcanzar los objetivos ambientales, la FAO promueve el uso de toda la gama de herramientas de ordenación disponibles, incluidas las de ordenación pesquera, al tiempo que se incorporan consideraciones relativas a la biodiversidad en la totalidad de la ordenación aprovechando una amplia cooperación institucional siempre que es posible (por ejemplo, entre los convenios y planes de acción regionales en materia de mares y entre los organismos regionales de pesca y los proyectos de grandes ecosistemas marinos).

Por último, en lo que respecta a los indicadores del ODS 14 relativos a la conservación, la FAO apoya el aumento de los conocimientos científicos y el desarrollo de la capacidad de investigación (meta 14.a de los ODS) para hacer posible una ordenación innovadora, inclusiva, eficaz y adaptativa que permita hacer frente a las crecientes presiones externas sobre los sistemas acuáticos marinos y continentales que se articulan en la Declaración de 2021 del Comité de Pesca en favor de la pesca y la acuicultura sostenibles1.

Por último, la Secretaría de las Naciones Unidas es responsable del indicador 14.c.1 de los ODS, que se centra en la mejora de la conservación y el uso sostenible de los océanos y sus recursos mediante la aplicación del derecho internacional reflejado en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. La FAO realiza aportaciones al indicador 14.c.1 de los ODS en forma de apoyo metodológico para determinados elementos de datos. No obstante, dado que únicamente se dispone de datos de 2021 para este indicador, todavía no es posible formular observaciones sobre las tendencias o los avances. En general, es difícil determinar la situación de los indicadores que siguen estando clasificados en el nivel II.

En lo que respecta al estado de los progresos alcanzados respecto de los ODS relevantes para la pesca y la acuicultura (aparte del ODS 14), resulta evidente que muchos de los objetivos establecidos en la Agenda 2030 no se encuentran en vías de cumplimientos dentro de plazo (Naciones Unidas, 2021a). Si bien se han producido avances en esferas clave, en otras se ha registrado un retroceso. Además, la pandemia de la COVID-19 ha invertido las tendencias antes favorables, lo cual ha retrasado aún más la consecución de las metas y ha empeorado los indicadores más rezagados. Las amenazas subyacentes del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, junto con las amenazas directas derivadas de los conflictos humanos, exigen la adopción de medidas decisivas, pero el surgimiento de la pandemia y la falta de avances en muchos ámbitos del desarrollo y la cooperación internacionales han agravado el problema. En lo que respecta al ODS 1 (Fin de la pobreza), se estaban registrando avances constantes y la tasa mundial había descendido del 9,9 % en 2015 al 8,2 % en 2019, y se preveía que alcanzara el 6 % en 2030. Sin embargo, en 2020 se produjo el primer aumento interanual registrado en 20 años, con 119 millones más de personas abocadas a la pobreza extrema. En cuanto al ODS 2 (Hambre cero), los índices de la seguridad alimentaria mundial han empeorado desde 2014: hasta 811 millones de personas en el mundo padecían hambre en 2020, siendo significativo el deterioro en el África subsahariana y América Latina, y para el futuro se prevén más problemas como resultado de los conflictos, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. La pandemia ha provocado una reducción directa de los ingresos, ha interrumpido las cadenas de suministro, ha empeorado el estado nutricional y ha hecho sufrir a muchas personas. En particular, la brecha de seguridad alimentaria entre hombres y mujeres aumentó del 6 % en 2019 al 10 % en 2020.

No obstante, podemos contar algunas historias positivas. En términos generales, en el mundo se vive mejor ahora que a principios de siglo, con menos pobreza, un mayor acceso a la educación y menor mortalidad infantil. El acceso al agua potable ha mejorado, la mortalidad materna está disminuyendo, aunque con mayor lentitud de lo necesario, y la prevalencia del VIH sigue descendiendo. Además, la pandemia de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la enorme resiliencia de las comunidades, y se ha elogiado a los trabajadores de las cadenas de suministro de alimentos por su papel esencial en la sociedad. Los sistemas de protección social se han ampliado de forma masiva, mientras que gran parte de la sociedad ha empezado a adaptarse a la transformación digital. La sensibilización sobre la adopción de energías y tecnologías más limpias ha aumentado considerablemente. Estos avances, sumados al éxito del desarrollo de vacunas a partir de la colaboración internacional, han demostrado que juntos podemos reconstruir mejor y con mayor solidez y cumplir la Agenda 2030 para lograr un futuro más sostenible para todos.

Indicador 14.4.1 de los ODS: cuantificar la proporción de poblaciones de peces explotados dentro de los límites de la sostenibilidad biológica

El indicador 14.4.1 de los ODS mide la sostenibilidad de la pesca de captura marina en el mundo en función de su abundancia (FAO, 2022e). La FAO informa periódicamente sobre este indicador, establecido desde 1974 a nivel mundial y regional, en su publicación bienal El estado mundial de la pesca y la acuicultura. El indicador 14.4.1 de los ODS mide la sostenibilidad de las poblaciones de peces y, como tal, es una medición precisa de la sostenibilidad biológica de los recursos pesqueros, el pilar fundamental de la sostenibilidad del que depende en última instancia la sostenibilidad económica y social de la pesca. La tendencia temporal del indicador puede mostrar claramente los cambios y avances en relación con la meta 14.4 de los ODS3 y facilitar la evaluación de la eficacia y la eficiencia mundiales de las políticas y la ordenación anteriores en el ámbito de la pesca. Sus comparaciones horizontales entre regiones o entre países pueden ayudar a detectar los puntos críticos que no registran progresos y merecen más atención.

El ODS 14 (Vida submarina) ha establecido para 2020 una meta del 100 % de las poblaciones de peces explotadas dentro de los límites de la sostenibilidad biológica. La última evaluación de este indicador mundial (véase la sección “La situación de los recursos pesqueros”) indica que no se ha alcanzado la meta fijada para 2020 (UNSTAT, 2022a). Este fracaso exige que la comunidad internacional redoble sus compromisos y movilice sus esfuerzos.

En el marco de la Agenda 2030, la decisión impulsada por los países de ampliar el indicador a nivel nacional viene acompañada de una expectativa legítima, expresada en el 34.º período de sesiones del Comité de Pesca (febrero de 2021), consistente en revisar el indicador clásico de El estado mundial de la pesca y la acuicultura con el fin de tener más en cuenta los indicadores nacionales. De hecho, la FAO está revisando actualmente su metodología para realizar estimaciones de los indicadores regionales y mundiales (véase el Recuadro 3). La adopción del indicador a nivel nacional ofrece a los países una oportunidad única de integrar en su marco normativo una herramienta de seguimiento de la situación de sus recursos pesqueros a partir de enfoques coherentes y comparables.

En 2019-2020, la FAO realizó con carácter experimental una primera convocatoria de cuestionarios para facilitar la presentación por los países de notificaciones armonizadas y coherentes sobre el indicador. De los 164 países con línea costera marítima, 98 (es decir, el 60 %) expresaron su interés en el indicador y 86 notificaron datos que, en 84 casos, la FAO pudo revisar con fines de garantía de calidad para su validación (Recuadro 22) antes de su notificación a la División de Estadística de las Naciones Unidas (UNSTAT) en marzo de 2022. En los resultados publicados (UNSTAT, 2022b), se validaron los indicadores de 30 países que superaron los niveles primero y segundo de garantía de calidad. En el caso de los 29 países que solo superaron el primer nivel de garantía de calidad, el indicador se notificó, pero se indicó que no era fiable. Por último, 25 países no superaron el primer nivel de garantía de calidad y, por lo tanto, no se pudo calcular el indicador. Esta primera ronda de notificación puso de manifiesto los problemas a los que se enfrentaban los países a la hora de determinar el estado de las poblaciones: deficiencias en la recopilación y la gestión de los datos pesqueros, incluida la falta de coordinación entre los organismos responsables; insuficiencia de conocimientos científicos para llevar a cabo eficazmente la evaluación de las poblaciones, y fallos de organización y comunicación interna que se traducen en escasas consultas entre las partes interesadas sobre el proceso de notificación.

RECUADRO 22 PROCESO DE GARANTÍA DE CALIDAD PARA LOS INDICADORES NACIONALES DEL ODS 14.4.1

El examen de los cuestionarios para evaluar la garantía de calidad (QA) consta de dos etapas principales: en primer lugar, la evaluación de la exhaustividad y la calidad de la información proporcionada por los países participantes (nivel de garantía de calidad 1 o QA1); y, en segundo lugar, la evaluación de la fiabilidad, la solidez y la transparencia de los datos y la información proporcionados (nivel de garantía de calidad 2 o QA2).

Una vez recibido el cuestionario de un país, se comprueba que se ajusta a las directrices y que su contenido es preciso, especialmente en lo que respecta a entradas incoherentes, incompletas o poco claras, a la falta de campos obligatorios o a los problemas de notificación de la lista de referencia de las poblaciones. Cada país recibe observaciones al respecto y tiene la oportunidad de responder, modificar y mejorar el cuestionario hasta alcanzar el máximo nivel posible, teniendo en cuenta los datos y los recursos humanos disponibles.

A continuación, se evalúa cada cuestionario en relación con criterios objetivos con el fin de puntuar su cumplimiento de las directrices de seguimiento y el potencial de las pruebas de apoyo para evaluar la fiabilidad del contenido notificado frente a la información alternativa existente (véase la figura). Esta puntuación representa el nivel de confianza atribuido a la notificación presentada por el país y se basa en: i) la disponibilidad de información sobre el estado de las poblaciones de la lista de referencia (es decir, estado conocido frente a desconocido); ii) la fiabilidad del método (es decir, evaluación formal; datos grises, o análisis de las tendencias de las capturas; o datos negros y evaluación cualitativa/dictamen de expertos que sirven de base a la clasificación del estado de las poblaciones); iii) la existencia y disponibilidad de fuentes de referencia para validar los resultados de la evaluación, y iv) la cantidad de datos e información proporcionados a nivel de poblaciones.

Los resultados de esta QA1 pueden utilizarse para respaldar los posteriores análisis de la QA2, que verifican la coherencia de las aportaciones con otras fuentes de información conocidas y pueden incluir: i) comprobaciones de los resultados de la evaluación con los informes de evaluación de las poblaciones que están disponibles públicamente o a los que puede acceder la FAO, o ii) un examen de expertos regionales para verificar la lista de referencia de las poblaciones, aportar conocimientos sobre las evaluaciones llevadas a cabo (es decir, la fiabilidad de la evaluación) o aportar conocimientos sobre la disponibilidad y la calidad de los datos. Los resultados de la QA2 también permitirán a los expertos regionales presentar sugerencias sobre dónde dirigir los esfuerzos de desarrollo de la capacidad en materia de seguimiento y notificación respecto del indicador 14.4.1 de los ODS.

Tras la validación, se asigna finalmente a cada población un identificador único en el Registro mundial de poblaciones de peces y pesquerías para facilitar la gestión de los datos, la garantía de calidad y el seguimiento en futuras rondas de notificación.

El proceso de garantía de calidad en relación con el INDICADOR 14.4.1 DE LOS ODS

FUENTE: FAO.
NOTAS: Las puntuaciones del nivel 1 de garantía de calidad (QA1) en relación con criterios objetivos de cumplimiento (eje X) y pruebas de apoyo (eje Y) aparecen en los cuestionarios presentados por los países. Los países que superaron el nivel 2 de garantía de calidad aparecen representados como puntos azules, mientras que el resto de los países aparecen como círculos abiertos. El gradiente de color del fondo indica puntuaciones bajas (en rojo) a altas (en verde).
FUENTE: FAO.

De hecho, el indicador 14.4.1 de los ODS es relativamente complejo, y la notificación de ámbito nacional se ve obstaculizada por las limitaciones de las capacidades de los países. Como organismo responsable de varios indicadores del ODS 14, la FAO está decidida a prestar apoyo a los países para que fortalezcan sus capacidades de recopilación de datos, realicen evaluaciones y estimen el indicador 14.4.1 de los ODS a nivel nacional. A este respecto, la FAO invirtió en primer lugar en la aplicación de metodologías de evaluación en situaciones en que se dispone de escasos datos y en el desarrollo de metodologías para la notificación respecto del indicador nacional (UNSTAT, 2022c). Posteriormente, la FAO puso en marcha un conjunto de herramientas y actividades de desarrollo de la capacidad: el curso de aprendizaje electrónico sobre el indicador 14.4.1 de los ODS se publicó en varios idiomas (FAO, 2020f); se desarrolló la herramienta en línea de la FAO para el seguimiento de las poblaciones, que permite a los alumnos emplear varios métodos a partir de pocos datos; y, entre finales de 2019 y principios de 2022, se celebró una serie de ocho talleres de desarrollo de la capacidad organizados por región o por idioma a los que asistieron más de 70 países y 500 participantes de forma presencial o en línea. Por otro lado, la FAO y los órganos regionales de pesca (ORP) refuerzan a través del Sistema de seguimiento de pesquerías y recursos la divulgación de la información disponible sobre el estado de las poblaciones individuales y el marco para el intercambio de información y datos en diversos niveles con el objetivo de respaldar el seguimiento del indicador 14.4.1 de los ODS y facilitar la participación de los ORP en las labores de convergencia progresiva entre los indicadores mundiales y regionales y las estimaciones nacionales.

Está previsto que en 2022 se emita un nuevo cuestionario con mejoras basadas en las opiniones de los países y en las enseñanzas extraídas de la primera convocatoria.

La convergencia de los dos procesos diferenciados de los países, que notifican sus índices nacionales, y la FAO, que estima los índices regionales, es, en la medida de lo posible, deseable, pero tendrá que seguir un camino progresivo. Las actuales estimaciones regionales y mundiales de las poblaciones sostenibles de peces no pueden agregarse con los datos presentados por los países mediante el cuestionario debido a problemas de calidad, y esta práctica se mantendrá en el futuro próximo. Con la adopción de la metodología revisada de la FAO (véase el Recuadro 3), y una vez que la FAO haya reunido suficientes estimaciones nacionales de fiabilidad alta a medio y a largo plazo, los datos pertinentes comunicados por los países podrán combinarse con los datos de los ORP y otras fuentes para ajustar las estimaciones regionales. Se espera que ello refuerce la fiabilidad de los datos de la FAO y aliente a más países a presentar información al ver que sus datos se utilizan eficazmente. Con ello, puede que llegue a ser posible realizar el desglose de las estimaciones regionales y mundiales por país, lo cual cumpliría los requisitos establecidos por la UNSTAT.

Indicador 14.6.1 de los ODS: evaluar el grado de aplicación de instrumentos internacionales para combatir la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada

La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (pesca INDNR) sigue siendo una de las mayores amenazas para los ecosistemas acuáticos y para los pescadores y las comunidades que dependen de sus recursos para alimentarse y ganarse la vida. Ello se debe a su enorme capacidad de socavar los esfuerzos nacionales y regionales por ordenar la pesca de forma sostenible y conservar la biodiversidad marina (FAO, 2022f).

Para combatir la pesca INDNR es fundamental contar con instrumentos internacionales pertinentes. En ese sentido, el indicador 14.6.1 de los ODS mide el grado de aplicación por los Estados de cinco de los instrumentos principales. La metodología (UNSTAT, 2022d), aprobada en abril de 2018 por los Estados por conducto del Grupo Interinstitucional y de Expertos sobre los Indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, va dirigida a proporcionar un indicador eficaz y pertinente a escala mundial para medir el progreso sin dejar de reducir al mínimo la carga de notificación que soportan los Estados. Las preguntas que se emplean para este indicador se integraron en el antiguo cuestionario del Comité de Pesca (COFI) para el seguimiento de la aplicación del Código de Conducta para la Pesca Responsable y los instrumentos conexos. En consonancia con las orientaciones publicadas por el COFI en sus períodos de sesiones 32.º y 34.º, en la comunicación presentada a la UNSTAT únicamente figuran las puntuaciones validadas por los respectivos países, que se tienen en cuenta en el siguiente análisis.

Entre 2018 y 2022 mejoró en todo el mundo el grado medio de aplicación de instrumentos internacionales para combatir la pesca INDNR, conforme a la medición del indicador (UNSTAT, 2022b, Figura 61). En ese período, el indicador agregado a nivel mundial pasó de 3 a 4 (de una puntuación máxima de 5). Según lo notificado en relación con el indicador 14.6.1 de los ODS, los Estados han realizado buenos progresos en general en la aplicación de las medidas recomendadas para combatir la pesca INDNR, y cerca de un 75 % ha obtenido una puntuación elevada en cuanto al grado de aplicación de los instrumentos internacionales pertinentes en 2022, en comparación con el 70 % registrado en 2018. Los pequeños Estados insulares en desarrollo, que enfrentan dificultades específicas para aplicar plenamente esos instrumentos debido a la amplitud de las aguas que se encuentran bajo su jurisdicción, registraron una mejora al pasar de un grado medio de aplicación en 2018 y 2020 a un grado alto en 2022. En el caso de los países menos adelantados, que suelen tener dificultades para aplicar estos instrumentos, la aplicación se ha mantenido en un nivel medio desde 2018 hasta 2022. En cuanto a las agrupaciones regionales, se observa una fluctuación a lo largo de los años en algunas regiones y no se distingue una tendencia clara en los niveles agregados de aplicación.

FIGURA 61PROGRESOS REALIZADOS POR LAS REGIONES EN EL GRADO DE APLICACIÓN DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES DESTINADOS A COMBATIR LA PESCA ILEGAL, NO DECLARADA Y NO REGLAMENTADA (PESCA INDNR), 2018-2022 (INDICADOR 14.6.1 DE LOS ODS)

FUENTE: FAO.
1 Los Estados que presentan información no son suficientes para poder calcular una puntuación agregada para este grupo de regiones en 2022.
NOTA: El gráfico muestra el nivel promedio de aplicación del indicador por países dentro de cada grupo, desde el nivel más bajo (1) hasta el más alto (5).
FUENTE: FAO.

Las cifras mundiales del indicador 14.6.1 de los ODS se basan en las puntuaciones de aproximadamente el 50 % de la totalidad de los Estados Miembros de la FAO, con excepción de 2018, año en que el porcentaje de Estados que notificaron alcanzó el 60 %. Si bien estas cifras reflejan una mejora en términos generales, las diferencias en el número y la composición de los Estados que notifican dentro de un determinado grupo regional podrían afectar al indicador y explicar las fluctuaciones observadas en determinadas puntuaciones regionales a lo largo de los años. Por ejemplo, el Cuadro 16 muestra que entre 2018 y 2022 se produjo un notable descenso en el número de Estados pertinentes que notificaron sobre el indicador en Asia central y meridional (de 7 a 2) y en el África subsahariana (de 18 a 9). Para paliar esta limitación y permitir un análisis más preciso de las tendencias de los progresos realizados en torno al indicador 14.6.1 de los ODS, es necesario que aumente el número de Estados que notifican.

CUADRO 16TENDENCIAS DE LA TASA DE PRESENTACIÓN DE INFORMACIÓN DE LOS MIEMBROS DE LA FAO SOBRE EL INDICADOR 14.B.1 DE LOS ODS, DESGLOSADAS POR REGIONES (2018-2022)

FUENTE: FAO.
1 Por “Estados pertinentes” se entiende aquellos Estados que presentan información y para los que el indicador se considera aplicable a su contexto nacional.
NOTA: Las cifras incluyen a los Miembros Asociados de la FAO.
FUENTE: FAO.

Indicador 14.7.1 de los ODS: medir la contribución de la pesca sostenible a las economías nacionales

La pesca es el medio de vida de millones de personas en todo el mundo en calidad de importante fuente de ingresos y seguridad alimentaria. Las garantías de salvaguardia adecuada de los recursos pesqueros van indisolublemente ligadas a la constante contribución a las economías y al desarrollo sostenible, especialmente para los países menos adelantados (PMA) y los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID).

El indicador 14.7.1 de los ODS (proporción del PIB correspondiente a la pesca sostenible en los PEID, en los PMA y en todos los países) combina el valor añadido de la pesca con la sostenibilidad biológica de las poblaciones regionales en un único indicador comparable a nivel internacional que permite a los países comprender mejor la importancia de la pesca sostenible para su economía nacional (FAO, 2022g). En 2019 (UNSTAT, 2022b), la pesca sostenible representaba algo menos del 0,1 % del producto interno bruto (PIB) mundial: el 0,46 % en los PEID y el 0,88 % en los PMA. Esa cifra es muy superior en algunos países, como las Comoras, donde el valor de su pesca sostenible creció como proporción del PIB del 4,5 % en 2011 al 7 % en 2019.

Para estimar el valor de la pesca sostenible es fundamental la sostenibilidad biológica de las poblaciones. La ordenación sostenible de las poblaciones de peces sigue siendo esencial para que la pesca siga generando crecimiento económico y favoreciendo un desarrollo equitativo y satisfaga las necesidades de hoy sin comprometer a las generaciones futuras.

La producción y el valor añadido del sector han crecido de forma constante los últimos años, lo que ha generado dividendos económicos y ha contribuido al crecimiento económico sostenido (Figura 62). Sin embargo, estos dividendos económicos solo podrán mantenerse en el futuro mediante una ordenación prudente de las poblaciones de peces. Algunas regiones están experimentando presiones considerables sobre sus poblaciones, y en Oceanía (excluidas Australia y Nueva Zelandia) —la región en la que la contribución de la pesca sostenible al PIB nacional (1,54 %) es la más elevada— se están reduciendo de forma generalizada los niveles medios de sostenibilidad. Ello ha provocado un empeoramiento de la tendencia general para regiones como Asia oriental y sudoriental, donde la pesca sostenible como proporción del PIB cayó del 1,06 % en 2011 al 0,80 % en 2019.

FIGURA 62CONTRIBUCIÓN ECONÓMICA DE LA PESCA Y LA ACUICULTURA, 2019 (INDICADOR 14.7.1 DE LOS ODS)

FUENTE: FAO.
NOTA: PIB = producto interno bruto.
FUENTE: FAO.

La actual metodología para calcular el indicador 14.7.1 de los ODS proporciona una base de referencia internacional que permite evaluar el sector (UNSTAT, 2022e). Sin embargo, los ajustes y los indicadores paralelos pueden reflejar mejor los diversos contextos nacionales. Mientras que en la actualidad el cálculo habitual para la mayoría de los países se basa en el estado de las poblaciones por región, cuando se disponga de más datos nacionales para el indicador 14.4.1 de los ODS (proporción de poblaciones de peces que están dentro de niveles biológicamente sostenibles) podrán aplicarse mejoras en el cálculo dentro del indicador 14.7.1 de los ODS haciendo hincapié en el multiplicador de la sostenibilidad de las poblaciones. Además, se están realizando pruebas en los países para mejorar la notificación sobre el indicador 14.7.1 de los ODS y ajustar el indicador para medir el PIB y el valor de la pesca sostenible para diferentes grupos de población, como las mujeres, los pescadores de subsistencia y los trabajadores rurales (Recuadro 23).

RECUADRO 23 HACIA MEJORES NOTIFICACIONES Y UNA MAYOR COBERTURA SOBRE EL INDICADOR 14.7.1 DE LOS ODS A TRAVÉS DE MEDIDAS DE FOMENTO DE LA CAPACIDAD: EJEMPLOS DE PAÍSES

Una característica clave del indicador 14.7.1 de los ODS, que mide la contribución económica de la pesca sostenible, es que no impone a los países cargas adicionales de notificación. Incrementar la notificación suele ser costoso y exige a los gobiernos sopesar los costos y los posibles beneficios. La metodología de referencia desarrollada para el indicador 14.7.1 de los ODS se basa únicamente en información ya disponible en los sistemas de cuentas nacionales para abordar estas cuestiones y garantizar la mejor representación mundial posible.

La FAO está perfeccionando el análisis asociado a la metodología de los indicadores comprobando la posibilidad de que los países comuniquen datos adicionales en función de su contexto y sus necesidades nacionales. En colaboración con la Secretaría de la Comunidad del Pacífico, se están realizando ensayos piloto en Kiribati y Samoa. Al igual que muchos pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID), Kiribati y Samoa son países con un rico historial pesquero en los que la pesca sigue desempeñando un papel fundamental para los medios de vida y el bienestar económico de la población. Mediante la recopilación de los datos necesarios —con inclusión de la información demográfica, el valor económico de la pesca de subsistencia y el valor añadido en cada etapa de la cadena de valor— se puede comprender mejor la verdadera contribución de la pesca al PIB total y a los medios de vida de los distintos grupos de población. El análisis de la contribución de las mujeres, las comunidades rurales y las personas empleadas en el sector puede mejorar significativamente la utilidad de la información recopilada para el sector y para los encargados de la formulación de políticas.

En vista de la diversidad de capacidad y de los costos compensatorios en los PEID y otros países en desarrollo para recopilar y proporcionar información adicional, cualquier ampliación de la metodología actual tendría lugar caso por caso. La experiencia y las enseñanzas extraídas de la adaptación del indicador 14.7.1 de los ODS al contexto nacional de estos países insulares del Pacífico pueden servir de referencia para otros países que se enfrentan a dificultades similares y están dispuestos a comprender mejor la contribución de la pesca en sus economías nacionales y sus beneficios para los distintos grupos de población.

Indicador 14.b.1 de los ODS: evaluar el grado de reconocimiento y protección de los derechos de acceso a la pesca en pequeña escala

En 2022 se ha confirmado la importancia para la meta 14.b de los ODS de facilitar el acceso de los pescadores artesanales en pequeña escala a los recursos marinos y sus mercados. De hecho, 2022 es el Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales, que ofrece una plataforma de enorme importancia para avanzar en el grado de aplicación de un marco jurídico/reglamentario/normativo/institucional que reconozca y proteja los derechos de acceso de la pesca en pequeña escala a partir de las mediciones correspondientes al indicador 14.b.1 de los ODS (UNSTAT, 2022f).

Desde 2015, la mayoría de las regiones ha ampliado la adopción de marcos reglamentarios de apoyo a la pesca en pequeña escala y promoción de los procesos participativos de adopción de decisiones (Figura 63). El promedio de la puntuación mundial del indicador 14.b.1 de los ODS revela una tendencia al alza conforme a la cual la notificación de los países ha pasado de 3 (de un máximo de 5) en 2018 a 4 en 2020 y a continuación a 5 en 2022 (UNSTAT, 2022b). A nivel regional, la puntuación general ha permanecido estable o ha mejorado. No obstante, África septentrional y Asia occidental obtuvieron una puntuación más baja en 2022 que en 2020.

FIGURA 63PROGRESOS REALIZADOS POR LAS REGIONES EN EL GRADO DE APLICACIÓN DE UN MARCO JURÍDICO, REGLAMENTARIO, NORMATIVO O INSTITUCIONAL QUE RECONOZCA Y PROTEJA LOS DERECHOS DE ACCESO PARA LA PESCA EN PEQUEÑA ESCALA, 2018-2022 (INDICADOR 14.B.1 DE LOS ODS)

FUENTE: FAO.
1 Los Estados que presentan información no son suficientes para poder calcular una puntuación agregada para este grupo de regiones en 2022.
NOTA: El gráfico muestra el nivel promedio de aplicación del indicador por países dentro de cada grupo, desde el nivel más bajo (1) hasta el más alto (5).
FUENTE: FAO.

Si bien estas cifras reflejan una mejora general, también es importante tener en cuenta la tasa de notificación (Cuadro 17). A nivel mundial, el porcentaje de Estados que notifican se ha mantenido relativamente estable a lo largo de los años, con un 52 % de países que notificaron en 2022 y 2020 frente al 63 % registrado en 2018 (FAO, 2022h). Dentro de un determinado grupo regional, las diferencias en el número y la composición de los Estados que notifican podrían afectar al indicador y explicar las fluctuaciones de retroceso o mejora observadas en determinadas puntuaciones regionales a lo largo de los años. Las puntuaciones medias en 2022 para Asia central y meridional, África septentrional, Asia occidental y el África subsahariana son las que menos probabilidades encierran de ser representativas de la región, teniendo en cuenta el descenso del número de Estados pertinentes que notificaron entre 2018 y 2022 dentro de estas regiones: de 9 a 5, de 10 a 7, y de 26 a 13, respectivamente. Por lo tanto, está claro que deben redoblarse los esfuerzos y que no hay lugar para la complacencia.

CUADRO 17TENDENCIAS DE LA TASA DE PRESENTACIÓN DE INFORMACIÓN DE LOS MIEMBROS DE LA FAO SOBRE EL INDICADOR 14.B.1 DE LOS ODS DESGLOSADAS POR REGIONES (2018-2022)

FUENTE: FAO.
1 Por “Estados pertinentes” se entiende aquellos Estados que presentan información y para los que el indicador se considera aplicable a su contexto nacional.
NOTA: Las cifras incluyen a los Miembros Asociados de la FAO.
FUENTE: FAO.

La puntuación del indicador 14.b.1 de los ODS se basa en tres características principales. La primera es el desarrollo y la aplicación de marcos propicios, requisito previo fundamental. Ello exige, por ejemplo, que la legislación favorezca la pesca en pequeña escala. En 2022 se publicará una sección dedicada a la pesca en pequeña escala en la base de datos jurídicos FAOLEX con el fin de facilitar la reforma jurídica y reglamentaria a favor de la pesca en pequeña escala en el futuro, mientras que las orientaciones sobre la legislación de la pesca en pequeña escala sostenible (FAO, 2020g, 2022i) ya pueden consultarse en línea. Algunos países, como Cabo Verde, han tomado la delantera en la elaboración de este tipo de legislación, en la que se incluyen específicamente las Directrices PPE.

La segunda característica es la evaluación de medidas concretas de apoyo a la pesca en pequeña escala. Varios países están adoptando un enfoque estratégico a través de la elaboración participativa de planes de acción nacionales para aplicar las Directrices PPE. Esto ocurre, por ejemplo, en la República Unida de Tanzanía, Namibia, Madagascar y Malawi (véase la sección “Asociaciones para avanzar en la aplicación de las Directrices voluntarias para lograr la sostenibilidad de la pesca en pequeña escala”).

Por último, la puntuación depende de la medición del grado de participación de los actores de la pesca en pequeña escala en la adopción de decisiones. Es importante recordar que, aunque el ODS 14 se refiere únicamente a la pesca marina, la pesca continental se beneficiaría igualmente de una mejora en el acceso a los recursos y a los mercados. Los resultados del estudio “Iluminar las capturas ocultas” (FAO, Universidad de Duke y WorldFish, en prensa; véase la sección “Iluminar las capturas ocultas: la contribución de la pesca en pequeña escala al desarrollo sostenible”) aportan nuevas pruebas a este respecto. En el estudio se destaca el reconocimiento mundial que recibe la idea de que la ordenación conjunta es necesaria para una gobernanza eficaz y justa. De hecho, al cabo de 58 estudios de casos en países y territorios efectuados en el marco del estudio “Iluminar las capturas ocultas” se constató que entre el 35 % y el 40 % de las capturas de la pesca marina y continental en pequeña escala proceden de actividades pesqueras marinas y continentales que se rigen formalmente por disposiciones de ordenación conjunta. Sin embargo, apenas cerca de la quinta parte de los pescadores que intervinieron en esas actividades de pesca marina o continental califican de alta su participación efectiva. Ello es prueba de que un entorno propicio no garantiza por sí solo una participación significativa, sino que esta debe también promulgarse mediante el desarrollo de la capacidad y configuraciones institucionales inclusivas.

Además, el estudio “Iluminar las capturas ocultas” reveló que 22 países (que representan el 48 % de la producción mundial de pesca de captura marina) exportaron por término medio casi el 26 % de sus capturas de pesca marina en pequeña escala por volumen en el período 2013-17. En nueve países (que representan el 25 % de la producción mundial de pesca de captura continental), se exportó por término medio algo más del 16 % de las capturas de la pesca continental en pequeña escala durante el mismo período. Se trata de un primer intento de evaluar la participación de la pesca en pequeña escala en un mundo cada vez más globalizado.

Existen otras muchas medidas de apoyo a la consecución de la meta 14.b de los ODS, por ejemplo, el Plan de acción regional para la pesca artesanal de la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (CGPM, 2022), el apoyo a la Plataforma continental africana de coordinación de actores no estatales en el ámbito de la pesca y la acuicultura (AUIBAR, 2021) y la Plataforma regional de gestión de los conocimientos 2030 de América Latina y el Caribe (CEPAL, 2022). Con todo, los países siguen necesitando mucho apoyo para avanzar en la consecución de la meta 14.b de los ODS y en la presentación de notificaciones sobre el indicador 14.b.1 de los ODS.

back to top Volver arriba