CONSUMO DE ALIMENTOS ACUÁTICOS20

Todas las estadísticas sobre consumo de alimentos acuáticos que figuran en la presente sección se derivan de hojas de balance de alimentos de la FAO, que abarcan datos desde 1961. La hoja de balance de alimentos es un marco estadístico que estima los alimentos disponibles para el consumo humano (consumo aparente20) y no la cantidad real de alimentos consumidos (consumo efectivo).

Tendencias en el consumo de alimentos acuáticos21

El consumo mundial22 de alimentos acuáticos (excluidas las algas20) se ha incrementado significativamente; el mundo consume actualmente más de cinco veces más de lo que consumía hace casi 60 años. En 2019, el consumo mundial de alimentos acuáticos se estimó en 158 millones de toneladas, cifra superior a los 28 millones de toneladas de 196123. El consumo aumentó a un ritmo anual medio del 3,0 % desde 1961, en comparación con una tasa de crecimiento demográfico del 1,6 % (Figura 38). El consumo per cápita se vio ampliamente influido por el incremento de los suministros, el cambio en las preferencias de los consumidores, los avances tecnológicos y el crecimiento de los ingresos.

FIGURA 38CRECIMIENTO ANUAL MEDIO DEL CONSUMO DE ALIMENTOS ACUÁTICOS

FUENTE: FAO.
FUENTE: FAO.

De los 158 millones de toneladas de alimentos acuáticos disponibles para consumo humano en 2019, correspondió a Asia el 72 % del total, mientras que su población constituía el 60 % de la población mundial (Figura 39). A modo de comparación, en 1961 Asia consumió el 48 % del total de los alimentos acuáticos disponibles para consumo alimentario. A la vez, la proporción de alimentos acuáticos consumidos en Europa y los Estados Unidos de América ha ido disminuyendo a lo largo del tiempo. Los respectivos porcentajes de Europa y los Estados Unidos de América pasaron del 32 % y el 9 % en 1961 al 10 % y el 5 % en 2019. La importancia cada vez mayor de los países asiáticos como consumidores de productos acuáticos es resultado de una combinación de factores. En primer lugar, Asia se convirtió en el principal productor de alimentos acuáticos en 1993, sobre todo gracias al desarrollo de la producción acuícola. En segundo lugar, el continente ha experimentado un crecimiento económico significativo en los últimos decenios, lo cual ha dado lugar a un aumento de los ingresos, una clase media más abundante y la migración de las poblaciones rurales a las ciudades, donde los alimentos acuáticos son más accesibles. Por último, el incremento de las importaciones y el desvío de algunas exportaciones hacia el mercado nacional chino aumentaron la diversidad de los alimentos acuáticos disponibles para los consumidores chinos, lo cual impulsó su consumo en mayor medida.

FIGURA 39CONSUMO DE ALIMENTOS ACUÁTICOS POR CONTINENTE, 1961-2019

FUENTE: FAO.
NOTA: Los datos en millones de toneladas se expresan en términos de equivalente en peso vivo.
FUENTE: FAO.

A lo largo de los años, el consumo de la mitad o más de los alimentos acuáticos producidos ha correspondido a solo un pequeño número de países. En 1961, los cinco principales países consumidores de alimentos acuáticos (el Japón, la antigua Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas, China, los Estados Unidos de América y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte) representaban la mitad del consumo mundial. Sin embargo, en 2019, el porcentaje de los cinco principales países consumidores (China, Indonesia, la India, los Estados Unidos de América y el Japón) aumentó hasta el 59 %. Esta concentración refleja el surgimiento de actores destacados como China, que por sí sola consumió el 36 % de todos los alimentos acuáticos disponibles para consumo alimentario en 2019.

Consumo per cápita de alimentos acuáticos

El consumo per cápita anual mundial de alimentos acuáticos aumentó de una media de 9,9 kg en el decenio de 1960 a 11,4 kg en el decenio de 1970; 12,5 kg en el decenio de 1980; 14,4 kg en el decenio de 1990; 17,0 kg en los años 2000 y 19.6 kg en el decenio de 2010, alcanzando un récord histórico de 20,5 kg en 2019. Las estimaciones preliminares apuntan a un consumo más bajo (20,2 kg) en 2020 debido a la contracción de la demanda, seguido de un ligero incremento en 2021.

Aparte de unas pocas excepciones, de las cuales destaca la del Japón, la mayoría de los países experimentaron un incremento de su consumo per cápita de alimentos acuáticos durante el período comprendido entre 1961 y 2019. Sin embargo, el ritmo de cambio en los países fue muy variable, y los países de ingresos medianos altos experimentaron el crecimiento anual más acusado (3,2 %). Entre ellos, China fue el principal motor del crecimiento debido también a su importante incremento de la producción pesquera y acuícola24 y al aumento de la población. En 2019, la población de China representó el 56 % de la población total de todos los países de ingresos medianos altos. En China, el consumo per cápita aumentó de 4,2 kg en 1961 a 40,1 kg en 2019. Los países de ingresos medianos bajos experimentaron un crecimiento anual más lento (1,9 %), pero todavía más elevado que el de los países de ingresos altos (0,5 %). El crecimiento moderado observado en los países de ingresos altos obedece principalmente a unos niveles ya elevados de consumo de alimentos acuáticos. Los países de ingresos bajos experimentaron un crecimiento negativo, con una disminución del 0,2 % al año durante el período comprendido entre 1961 y 2019.

Además de la elevada variabilidad en los ritmos de crecimiento, existen enormes diferencias entre países en lo que respecta al consumo per cápita de alimentos acuáticos. Las cantidades consumidas varían en función del país, lo cual refleja los diferentes niveles de disponibilidad tanto de alimentos acuáticos como de alimentos de otro tipo (en particular, la proximidad de las instalaciones acuícolas, los desembarques de pescado y los mercados y el acceso a estos), así como diferencias en los precios, el nivel de ingresos, la concienciación en materia de nutrición, las tradiciones alimentarias y las preferencias de los consumidores. Resulta importante señalar que también existen diferencias dentro de los países, pues, generalmente, en las zonas costeras se registran niveles de consumo más altos. En 2019, de los 227 países para los que la FAO estimó un consumo per cápita de alimentos acuáticos, 133 se encontraban por debajo de la media mundial y 94 por encima de ella. En cuanto a población, los países que consumieron menos de la media mundial representaron el 54 % de la población mundial en 2019. Los países donde el consumo es más alto son Islandia, las Islas Feroe y las Maldivas, que consumen más de 80 kg de alimentos acuáticos per cápita al año (Figura 40), lo cual contrasta drásticamente con los países que consumen menos de 1 kg per cápita al año, como el Afganistán, Tayikistán y Etiopía. En 2019, el promedio del consumo per cápita mundial fue de 20,5 kg, cifra que osciló de 5,4 kg en los países de ingresos bajos a 15,2 kg en los países de ingresos medianos bajos, 28,1 kg en los países de ingresos medianos altos y 26,5 kg en los países de ingresos altos (Cuadro 14). Sin embargo, si no se incluye China, el consumo medio de los países de ingresos medianos altos cae hasta los 13,0 kg per cápita.

FIGURA 40CONSUMO APARENTE DE ALIMENTOS ACUÁTICOS PER CÁPITA, PROMEDIO DEL PERÍODO 2017-19

FUENTE: FAO.
Las denominaciones empleadas en este mapa y la forma en que aparecen presentados los datos que contienen no implican, por parte de la FAO, juicio alguno sobre la condición jurídica de países, territorios, ciudades o zonas, ni sobre sus autoridades o la demarcación de sus fronteras o límites. La línea de puntos representa aproximadamente la línea de control de Jammu y Kashmir acordada por la India y el Pakistán. El estatuto final de Jammu y Kashmir todavía no ha sido acordado por las partes. La frontera definitiva entre la República del Sudán y la República de Sudán del Sur no se ha determinado aún. Todavía no se ha determinado el estatuto definitivo de la zona de Abyei. Existe una disputa entre los gobiernos de la Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en relación con la soberanía de las Islas Malvinas (Falkland Islands).
FUENTE: FAO.

CUADRO 14CONSUMO APARENTE TOTAL Y PER CÁPITA DE ALIMENTOS ACUÁTICOS POR REGIÓN Y CATEGORÍA ECONÓMICA, 2019

FUENTE: FAO.
NOTA: Los datos son preliminares.
FUENTE: FAO.

También existen diferencias llamativas entre continentes. Asia registró el mayor consumo de alimentos acuáticos en 2019, con 24,5 kg per cápita. Siguió Oceanía con 23,1 kg y, a continuación, Europa (21,4 kg), las Américas (14,5 kg) y África (10,1 kg). No obstante, cabe destacar que los valores reales pueden ser superiores a los indicados en las estadísticas oficiales, en vista de la insuficiencia de registros de la contribución de la pesca de subsistencia, la pesca en pequeña escala y el comercio transfronterizo informal. Ello podría resultar especialmente pertinente para África y algunos países de Asia.

Los hábitos de consumo de alimentos acuáticos varían en distintos lugares de África. A pesar del bajo promedio del consumo de alimentos acuáticos en África, 11 países registraron un consumo superior a la media mundial. Se trata de algunos Estados insulares en desarrollo (PEID), además del Gabón, el Congo, Gambia, Sierra Leona, Ghana, Egipto y Côte d’Ivoire. En lo que respecta a los demás países africanos, el consumo relativamente bajo de alimentos acuáticos obedece a varios motivos como los siguientes: el elevado crecimiento demográfico, que en la mayoría de los casos supera el ritmo de crecimiento de la producción de la pesca de captura; el tamaño relativamente reducido del sector de la acuicultura, que reduce el potencial para incrementar la producción en un futuro cercano; infraestructura de desembarque, viales y de mercado deficientes, que limitan la circulación de productos acuáticos de buena calidad a través de fronteras del mismo continente; y el alto grado de pérdidas posteriores a la captura debidas al subdesarrollo de las cadenas de frío. Asimismo, tal como se describe en la sección “Previsiones de la pesca y la acuicultura”, se espera que la situación empeore en África, donde se prevé que el consumo per cápita disminuya en los próximos 10 años. Si esto ocurriera, plantearía una grave amenaza a la seguridad alimentaria dada la alta prevalencia de la subalimentación en la región y la función esencial que desempeñan los alimentos acuáticos en la contribución a la ingesta total de proteínas de origen animal en numerosos países africanos.

Beneficios nutricionales y ambientales del consumo de alimentos acuáticos

Los alimentos acuáticos son importantes para una dieta saludable y equilibrada (Recuadro 7). Incluso pequeñas cantidades de alimentos acuáticos pueden tener un efecto nutricional positivo importante al aportar nutrientes esenciales que son escasos en las dietas de origen vegetal. Los alimentos acuáticos proporcionan proteínas de alta calidad y aminoácidos esenciales, vitaminas (especialmente A, B y D), fósforo y minerales como hierro, calcio, zinc, yodo, magnesio, potasio y selenio, y son una destacada fuente alimentaria de ácidos grasos omega-3, que tienen efectos beneficios para el corazón. En función de las especies, los alimentos acuáticos pueden aportar diversos niveles de nutrientes. La diferencia más significativa es el contenido de materias grasas: especies como las sardinas, el salmón y el atún se consideran grasas, mientras que el bacalao y el bagre se consideran magros. Los dos ácidos omega-3 que se encuentran en las especies acuáticas son el AEP y el DHA. El cuerpo humano no produce ácidos grasos omega-3, por lo que deben obtenerse a través de la alimentación. Los ácidos grasos omega-3 se encuentran en todo tipo de alimento acuático, pero su contenido es especialmente elevado en las especies grasas. El consumo frecuente de alimento acuático ayuda a mantener el corazón sano mediante la disminución de la tensión arterial y reduce el riesgo de padecer accidentes cerebrovasculares, depresión, la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades crónicas. Los ensayos y los estudios observacionales controlados demostraron que los ácidos grasos omega-3 del alimento acuático resultan importantes para el desarrollo óptimo del cerebro y el sistema nervioso de los bebés, y existen indicios objetivos de que los hijos de mujeres que consumen menores cantidades de alimento acuático o ácidos grasos omega-3 durante el embarazo y la lactancia padecen retrasos en el desarrollo cerebral.

RECUADRO 7 CONCLUSIONES PRINCIPALES DE UN INFORME SOBRE LA FUNCIÓN DE LOS ALIMENTOS ACUÁTICOS EN LA NUTRICIÓN

Los actuales sistemas alimentarios suelen fallar a la hora de suministrar alimentos asequibles y nutritivos de manera equitativa, y el costo de una dieta saludable sigue siendo inasequible para muchas personas. Aunque los discursos sobre el sistema alimentario se centran a menudo en los alimentos terrestres, que constituyen la mayor parte de los alimentos consumidos a nivel mundial1, cada vez se presta mayor atención a los alimentos acuáticos por su función única en el suministro de ácidos grasos y micronutrientes esenciales como el hierro, el zinc, el calcio, el yodo y las vitaminas A, B12 y D. Tras los llamamientos a favor de dietas más sostenibles desde el punto de vista ambiental2, se promovió el consumo “moderado” de pescado y otros alimentos acuáticos1 como parte de una dieta saludable y sostenible. Al mismo tiempo, a pesar del reconocimiento de la importancia de llevar dietas saludables sostenibles desde el punto de vista ambiental, económico y social, todavía no existe una definición sólida y concreta de la expresión “dieta saludable y sostenible”. El documento de debate de ONU-Nutrición titulado El papel de los alimentos acuáticos en unas dietas saludables sostenibles3 tenía por objeto subsanar parcialmente esta deficiencia presentando datos objetivos para fundamentar y orientar las políticas, las inversiones y la investigación a fin de aprovechar el potencial de los alimentos acuáticos a efectos de proporcionar dietas saludables sostenibles y apoyar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En el documento se destacó que numerosos estudios se habían limitado a centrarse en un número reducido de especies de peces de aleta valiosos desde el punto de vista económico, mientras que el valor nutricional y cultural general de diversos alimentos acuáticos no se solía tener en cuenta. Diversos alimentos acuáticos —que incluyen animales, algas marinas y microorganismos que se cultivan en el agua y se obtienen del agua, así como alimentos a base de células y alimentos de origen vegetal obtenidos mediante nuevas tecnologías alimentarias— desempeñan una función esencial para la seguridad alimentaria y nutricional, al tiempo que proporcionan a personas de todo el mundo beneficios relacionados con los medios de vida. Los alimentos acuáticos pueden suponer una contribución importante a la seguridad alimentaria y la nutrición mundiales, favoreciendo la transición a dietas sostenibles en los planos social, económico y ambiental. El consumo moderado no aumenta necesariamente los efectos ambientales negativos de la producción si los alimentos se suministran y consumen conforme a las recomendaciones del documento de ONU-Nutrición. Los alimentos acuáticos pueden ser parte de la solución para crear sistemas alimentarios resilientes y dietas saludables para todos, dado que están disponibles y son accesibles, asequibles y aceptables. En el documento de ONU-Nutrición se recomienda a los encargados de formular políticas y a otras partes interesadas que promuevan el consumo variado de alimentos acuáticos mediante estrategias e intervenciones de nutrición, garantizando el suministro y la producción equitativos y sostenibles de alimentos acuáticos y democratizando el conocimiento, los datos y las tecnologías para crear conocimientos pertinentes e innovaciones aplicables. La promoción de cambios en el comportamiento de los consumidores y la demanda de alimentos acuáticos más diversos y de niveles tróficos inferiores influirá también a la hora de poner sobre la mesa los alimentos acuáticos.

Muchos países que no tienen ingresos altos, en particular algunos PEID, dependen de la pesca de subsistencia como fuente esencial de alimentos. Kiribati es un buen ejemplo: el país es un PEID, pero tiene uno de los niveles más elevados del mundo de consumo per cápita de alimentos acuáticos. En el caso de estos países, las proteínas procedentes de alimentos acuáticos resultan esenciales en la dieta, especialmente cuando la ingesta total de proteínas es baja.

Además, el porcentaje de proteínas procedentes de alimentos acuáticos en la dieta de los países que no tienen ingresos altos suele ser mayor que en la dieta de los países de ingresos altos (Figura 41). Ello refleja el hecho de que los alimentos acuáticos representan a menudo una fuente de proteínas de origen animal asequible, más barata y más accesible que otras fuentes de proteínas de origen animal que se favorecen más y forman parte de las tradiciones culinarias. En la Figura 41, también se ilustra la falta de correspondencia entre los niveles per cápita de consumo de alimentos acuáticos y su contribución relativa a la ingesta de proteínas de origen animal. En 2019, el consumo per cápita de alimentos acuáticos fue muy inferior en los países de ingresos bajos que en los países de ingresos altos. Sin embargo, correspondió a los alimentos acuáticos un porcentaje de la ingesta de proteínas de origen animal mayor en los países de ingresos bajos que en los de ingresos altos.

FIGURA 41CONSUMO DE ALIMENTOS ACUÁTICOS Y CONTRIBUCIÓN A LA INGESTA DE PROTEÍNAS ANIMALES POR CATEGORÍA ECONÓMICA, 2019

FUENTE: FAO.
FUENTE: FAO.

A nivel mundial, los alimentos acuáticos aportaron alrededor del 17 % de las proteínas de origen animal y el 7 % de las proteínas totales en 2019 (Figura 42). En el mismo año, en los países de ingresos bajos aportaron el 17 % de las proteínas de origen animal, en los países de ingresos medianos bajos, el 23 %, en los países de ingresos medianos altos, el 17 %, y en los países de ingresos altos, el 13 %. Además, para 3 300 millones de personas los alimentos acuáticos constituyeron al menos el 20 % de la ingesta media per cápita de proteínas de origen animal (Figura 43). En Camboya, Sierra Leona, Bangladesh, Indonesia, Ghana, Mozambique y algunos PEID, los alimentos acuáticos aportaron el 50 % o más de la ingesta total de proteínas de origen animal.

FIGURA 42CONTRIBUCIÓN DE LAS PROTEÍNAS DE ORIGEN VEGETAL Y ANIMAL A LA INGESTA DIARIA MEDIA DE PROTEÍNAS A NIVEL MUNDIAL, 2019

FUENTE: FAO.
FUENTE: FAO.

FIGURA 43CONTRIBUCIÓN DE LOS ALIMENTOS ACUÁTICOS AL SUMINISTRO DE PROTEÍNAS DE ORIGEN ANIMAL PER CÁPITA, MEDIA DEL PERÍODO 2017-19

FUENTE: FAO.
Las denominaciones empleadas en este mapa y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no implican, por parte de la FAO, juicio alguno sobre la condición jurídica de países, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La línea de puntos representa aproximadamente la línea de control de Jammu y Kashmir acordada por la India y el Pakistán. El estatuto final de Jammu y Kashmir todavía no ha sido acordado por las partes. La frontera definitiva entre la República del Sudán y la República de Sudán del Sur no se ha determinado aún. Todavía no se ha determinado el estatuto definitivo de la zona de Abyei. Existe una disputa entre los gobiernos de la Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en relación con la soberanía de las Islas Malvinas (Falkland Islands).

FUENTE: FAO.

Comercio de productos acuáticos y acceso a estos

Como se ha indicado antes, la geografía cumple una función esencial a la hora de explicar las diferencias en los niveles de consumo de alimentos acuáticos de un país a otro. Sin embargo, el comercio internacional contribuyó a reducir las repercusiones de la ubicación geográfica y limitó la producción nacional, permitiendo a numerosos países acceder a cantidades mayores y a una diversidad más amplia de alimentos acuáticos que no estaban disponibles a nivel nacional. En el plano mundial, el porcentaje del volumen de importaciones en el consumo total de alimentos acuáticos aumentó del 16 % en 1961 al 32 % en 2019. La dependencia de las importaciones es mayor en los países más ricos donde la infraestructura de las cadenas de suministro permite el transporte de productos acuáticos en buenas condiciones y donde los consumidores pueden permitirse la compra de especies, en particular de alto valor, que no se producen a nivel local. En los Estados Unidos de América, por ejemplo, el porcentaje de importaciones en el consumo total de alimentos acuáticos aumentó de más de un tercio en 1961 a casi tres cuartas partes en 2019. En cambio, en los países de ingresos bajos, el consumo de alimentos acuáticos se basa principalmente en la producción nacional. Por ejemplo, en Uganda, las importaciones de productos acuáticos apenas representaron el 1 % del consumo total de alimentos acuáticos en 2019. El grueso de su suministro procede de la producción nacional, principalmente de sardinas, percas y tilapias de agua dulce capturadas o cultivadas en el Lago Victoria.

Del medio silvestre al cultivo

El aumento del consumo de alimentos acuáticos ha sido posible gracias principalmente a un aumento considerable de la producción acuícola, mientras que la producción de la pesca de captura se ha quedado bastante estancada desde finales del decenio de 1990. La proporción de alimentos acuáticos procedentes de la producción acuícola aumentó de un 6 % en el decenio de 1960 al 50 % en el decenio de 2010. Las estimaciones preliminares correspondientes a 2020 indican que este porcentaje aumentó aún más hasta alcanzar el 56 % (Figura 44). También es importante mencionar que estas cifras no se refieren a la cantidad efectivamente consumida, sino a los alimentos disponibles para el consumo. Asimismo, teniendo en cuenta solo la cantidad comestible (es decir, excluyendo las conchas y otras partes no comestibles —nótese que el término “no comestible” varía de una cultura a otra), es probable que la pesca de captura siga siendo la principal fuente de alimentos acuáticos que se consume. El motivo es el predominio de la acuicultura en la producción de bivalvos y crustáceos, que comprenden una parte relativamente amplia de partes no comestibles. No obstante, la diferencia se está reduciendo. Una vez más, existen grandes diferencias entre países, con un porcentaje más elevado de especies cultivadas consumidas en los países asiáticos, que son los principales productores. Asimismo, las previsiones apuntan a un futuro incremento de la importancia de los animales acuáticos cultivados en el consumo mundial de alimentos acuáticos (véase la sección “Previsiones de la pesca y la acuicultura”). El significativo aumento de la producción acuícola dio lugar a un incremento de la disponibilidad y un descenso de los precios, especialmente más en el caso de las especies fundamentalmente cultivadas que en el de las capturadas en el medio silvestre. Como resultado de ello, la acuicultura contribuyó a incrementar la seguridad alimentaria en varios países en desarrollo, especialmente en Asia, ofreciendo con fines de consumo nacional grandes volúmenes de algunas especies de agua dulce de bajo valor.

FIGURA 44CONTRIBUCIONES RELATIVAS DE LA ACUICULTURA Y LA PESCA DE CAPTURA A LOS ALIMENTOS ACUÁTICOS DISPONIBLES PARA EL CONSUMO HUMANO

FUENTE: FAO.
NOTA: Los datos se expresan en términos de equivalente en peso vivo.
FUENTE: FAO.

No obstante, el incremento de la producción acuícola no ha sido homogéneo en todas las especies, pues algunas son más fáciles de cultivar que otras. Asimismo, el sector acuícola es capaz de adaptarse más rápidamente y de manera más eficiente a los cambios en las preferencias de los consumidores, pues los acuicultores ejercen mayor control en su producción en comparación con los productores de pesca de captura. Como resultado de ello, la composición de las especies destinadas al consumo mundial de alimentos acuáticos ha evolucionado notablemente a lo largo del tiempo. El consumo de crustáceos solía concentrarse principalmente en los países de ingresos altos debido a su elevado precio. Sin embargo, gracias al aumento de la producción de camarones cultivados y al descenso de su precio, la disponibilidad de crustáceos se multiplicó por más de cinco, pasando de 0,4 kg a 2,2 kg per cápita entre 1961 y 2019. Se observó una tendencia semejante en los moluscos (excluidos los cefalópodos), cuyo consumo per cápita aumentó de 0,6 kg en 1961 a 2,5 kg en 2019. Los peces diádromos y de agua dulce registraron el mayor aumento del consumo per cápita, quintuplicándose con creces al pasar de 1.5 kg en 1961 a 8,2 kg en 2019. Esto reflejó tanto la preferencia de Asia por algunas especies de agua dulce como la acusada demanda de salmón y trucha, especialmente en Europa y América del Norte, así como de tilapia en distintos países. Los grupos de peces demersales y pelágicos no mostraron variaciones tan acusadas, pues su porcentaje del consumo medio mundial se estabilizó en torno a los 2,7 kg y 3,0 kg per cápita, respectivamente.

En 2019, de los 20,5 kg de consumo per cápita, en torno al 75 % procedió de peces de aleta y el resto, de mariscos. Las especies diádromas y de agua dulce representaron el 40 % del consumo per cápita de alimentos acuáticos. Las especies de peces de aleta marinos aportaron otro 33 %, porcentaje del cual un 15 % correspondía a especies pelágicas, un 13 % a especies demersales y un 5 % a peces marinos sin identificar. El resto del consumo per cápita se componía de mariscos, de los cuales el 12 % eran moluscos (excluidos los cefalópodos), el 11 %, crustáceos y el 2 %, cefalópodos.

Demanda de alimentos saludables y de preparación fácil

Importantes cambios sociales han influido en las decisiones de los consumidores, especialmente en las economías más prósperas. La alimentación saludable se ha convertido en tendencia predominante en el consumo de alimentos en un contexto de aumento en numerosos países de las cifras de personas con sobrepeso y enfermedades relacionadas con la obesidad. Como resultado de ello, la demanda de alimentos saludables y nutritivos, como los alimentos acuáticos, ha aumentado en los últimos años. Además, ello ha venido acompañado de la mayor atención prestada por los consumidores y los principales distribuidores a la sostenibilidad de los sistemas alimentarios acuáticos, en particular a las dimensiones ambiental y social. Como resultado de ello, los productores y minoristas cuentan con una serie de sistemas de certificación y etiquetado para satisfacer la demanda de alimentos acuáticos sostenibles por parte de los consumidores.

Además de productos acuáticos saludables y sostenibles, los consumidores también desean comodidad, particularmente en las economías más avanzadas. Los cambios sociales, en particular el aumento de los ingresos, la mayor participación de la mujer en la fuerza de trabajo, la urbanización y la reducción del tamaño de las familias, han incrementado el uso de productos alimentarios de fácil preparación. Estos productos están precocinados y envasados comercialmente, por lo que requieren una preparación mínima en el hogar o por la industria de los servicios alimentarios; además, son fáciles de pedir y entregar mediante plataformas en línea. El uso extendido de teléfonos inteligentes y aplicaciones móviles ha aumentado la popularidad de los pedidos en línea, la entrega a domicilio y la recogida en tiendas. Los confinamientos y los requisitos de distanciamiento físico en las fases iniciales de la pandemia de la COVID-19 imprimieron mayor impulso a esta tendencia. Mientras que los exportadores sufrían las perturbaciones del mercado y el comercio al inicio de la pandemia, los pequeños proveedores locales de productos pesqueros y acuícolas prosperaban, lo cual pone de manifiesto la importancia y la resiliencia de los sistemas alimentarios locales.

Algas

Actualmente, las algas marinas y de otro tipo no están incluidas en las hojas de balance de alimentos de la FAO relativas a los alimentos acuáticos, lo cual obedece a la falta de datos disponibles recopilados sobre las algas marinas y sus usos en la mayoría de los países. Aunque las algas marinas llevan siglos formando parte de la alimentación diaria de algunos países, especialmente en Asia oriental, siguen estando infraexplotadas como alimentos en la mayoría de los países. Las algas marinas se consideran alimentos saludables, nutritivos y con bajo contenido de calorías. Aunque la composición nutricional de las algas marinas varía entre especies, su contenido de grasas es en general bajo, e incluyen una serie de nutrientes esenciales como los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y omega-6, vitaminas (A, C, E y B12), yodo, fibra dietética y antioxidantes. Aparte del valor nutricional que encierran, el consumo de algas marinas se relaciona con varios beneficios para la salud, como la reducción de la tensión arterial y la prevención de accidentes cerebrovasculares (Fitzgerald et al., 2011). En un contexto de aumento de la población mundial y de los desafíos ambientales, las algas constituyen también una de las diversas opciones sostenibles que pueden contribuir a la seguridad alimentaria mundial, como alimentos o como piensos, incluso para la acuicultura (Cai et al., 2021). Las algas marinas se pueden cultivar en agua de mar, por lo que no compiten con la tierra cultivable o con el agua dulce.

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