Por: Vilma Sandoval
Las mujeres rurales empoderadas son actoras claves para la transformación económica y social de las comunidades guatemaltecas. Un claro ejemplo, es el caso de Magdalena Caal, quien con su capacidad de liderazgo y emprendimiento está realizando cambios significativos en su vida, la de su familia y su comunidad.
Desde el 2015, Magdalena comenzó a participar en proyectos de desarrollo comunitario. En un principio tuvo miedo de involucrase porque en esos espacios únicamente participaban hombres. Enfatiza, que los derechos de las mujeres no eran respetados, inclusive muchas organizaciones no permitían la participación femenina. Esos miedos han quedao atrás, ahora Magdalena se siente muy feliz, ya que conoce sus derechos y sabe que es capaz de generar ingresos económicos para mejorar su vida y la de su familia. Enfatiza, que existe igualdad entre las mujeres y hombres. Por lo que, incentiva a otras mujeres a que no tengan miedo a participar, que ellas tiene derecho a hacerlo, que son actoras fundamentales y capaces de transformar su realidad y la de su comunidad.
Magdalena, es una de las 857 mujeres rurales empoderadas, mediante el Programa Conjunto “Acelerando el Progreso del Empoderamiento Económico de las Mujeres Rurales en el Valle del Polochic de Guatemala”, donde se ha integrado a procesos de empoderamiento económico y personal. Este proceso, se ha llevado a cabo a través de una serie de capacitaciones que le han permitido conocer sus derechos económicos, de participación política y de toma de decisiones. Al mismo tiempo, que ha fortalecido sus capacidades en producción rural, organización comunitaria y empresarialidad para mejorar su sistema de producción finca y traspatio.
Este empoderamiento económico y social ha impulsado que Magdalena sea actualmente una lideresa comprometida que participa activamente en el Consejo Comunitario de Desarrollo (COCODE) de su comunidad, a través de la Presidencia de la Comisión de la Mujer, así como en diversos espacios comunitarios y municipales para la toma de decisiones. Además, se ha involucrado en el emprendimiento comunitario de crianza de peces, donde vela por la administración eficiente de los ingresos y egresos de su comercialización.
Con este trabajo comunitario, Magdalena está fomentando cambios en los roles basados en el género, garantizando el acceso y control equitativo de los recursos productivos. En tal sentido, Magdalena destaca que la participación activa de las mujeres en proyectos productivos ha dado resultados positivos y transformadores en la comunidad. Ya que, las mujeres han logrado ver las grandes oportunidades de crecimiento personal y familiar que pueden alcanzar, mediante su involucramiento en la administración de los recursos productivos, así como potenciar sus capacidades productivas para incrementar la disponibilidad de alimentos para diversificar la dieta en su hogar.
A nivel individual, Magdalena también ha trabajado en potenciar sus capacidades como productora rural, a través de un huerto familiar y una granja de crianza de gallinas; en los cuales ha utilizado innovaciones tecnológicas cultural y ecológicamente aceptadas que han mejorado su productividad. Con ambos emprendimientos rurales ha obtenido ingresos económicos, resultado de venta de excedentes de su producción agropecuaria, para compra de otros alimentos e insumos necesarios para ella y su familia, que anteriormente no consumían. Además, ha aprovechado las hortalizas y los huevos de gallinas para diversificar su dieta alimentaria y la de su familia, especialmente durante la crisis sanitaria provocada por la pandemia del COVID 19.
“Acelerando el Progreso del Empoderamiento Económico de las Mujeres Rurales en El Valle del Polochic de Guatemala” es un programa conjunto de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA), y la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres).
Este Programa Conjunto es financiado por los gobiernos de Suecia y Noruega, con el objetivo de empoderar a las mujeres rurales, en particular a mejorar su seguridad alimentaria y nutricional, aumentar sus ingresos y poder de toma de decisiones, así como, fomentar entornos de políticas que favorezcan su empoderamiento económico.