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Empleo rural decente

Módulo 6: Las mujeres y el trabajo decente
El objetivo de este módulo es asistir a formuladores de políticas, planificadores y profesionales a fomentar la igualdad de género en mercados de trabajo rural y activamente promover el trabajo decente para mujeres rurales.

Promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres rurales mediante el trabajo decente

Representando un 38 por ciento de la fuerza laboral agrícola, las mujeres rurales son fundamentales para conseguir los cambios económicos, sociales y medioambientales necesarios para un desarrollo sostenible de sistemas agroalimentarios. Sin embargo, aunque hayamos visto avances considerables en la igualdad de género, sigue habiendo considerables brechas de género en el acceso de las mujeres a recursos productivos, tecnología, servicios y oportunidades de empleo decente. Además, las mujeres continúan experimentando limitaciones en la toma de decisiones y aún no se reconocen debidamente sus roles y contribuciones, incluyendo en estadísticas oficiales y en políticas.

Cerrar las brechas de género en mercados laborales rurales y sistemas agroalimentarios mejorará el bienestar de las mujeres rurales y sus hogares, que a su vez contribuirá a reducir el hambre, mejorar ingresos, y fortalecer la resiliencia de familias y comunidades.

Este módulo proporciona recursos que pueden guiar a formuladores de políticas, planificadores y profesionales en la formulación, el diseño, la planificación, la implementación y el seguimiento y evaluación de proyectos, programas, estrategias y políticas que tienen en cuenta cuestiones de género.

A pesar de su papel significativo en la agricultura y la economía rural, en comparación con los hombres, es más probable que las mujeres estén realizando trabajo irregular, informal, a tiempo parcial, no especializado, intensivo en mano de obra y vulnerable. Esto es verdad para las mujeres que trabajan en actividades agrícolas tanto en las explotaciones como fuera de ellas.

Las mujeres podrían no estar sistemáticamente excluidas de cadenas de valor de alto valor u orientadas a la exportación, pero su participación a menudo sigue estando limitada por normas sociales discriminatorias y barreras estructurales con respecto a su acceso a conocimientos, activos, recursos, servicios, tecnologías y redes sociales. En comparación con sus homólogos masculinos, las mujeres rurales también tienden a enfrentarse a un acceso más limitado a recursos y activos productivos; una mayor carga de tareas domésticas dentro del hogar; una movilidad geográfica más limitada; un menor acceso a servicios financieros y de asesoría, insumos, tecnología digital, protección social, información e infraestructura de mercados; y una participación menor en instituciones rurales y organizaciones de productores.  Estas condiciones limitan de manera importante su tiempo y energía para trabajo productivo y remunerado, y podrían reforzar la percepción de las mujeres como trabajadoras secundarias, confinadas a empleos con menor remuneración, a tiempo parcial o estacionales.

Las brechas salariales debidas al género persisten en casi todas partes, y en las zonas rurales las mujeres reciben ingresos considerablemente menores que los hombres por hacer el mismo trabajo. Además, los desequilibrios de poder en mercados laborales rurales pueden aumentar la exposición de las mujeres a la explotación, los trabajos peligrosos, el abuso, el acoso sexual, y otras formas de violencia basada en el género. Además, la persistencia de normas sociales discriminatorias y políticas, leyes y prácticas institucionales que no tienen en cuenta el género agrava la participación limitada de las mujeres en el empleo decente.

Hacen falta más esfuerzos para abordar las brechas de género en los mercados laborales y las políticas relacionadas para asegurar el empoderamiento de las mujeres rurales y la igualdad de género en el mundo laboral. Cerrar las brechas de género contribuirá a una reducción de la pobreza rural y la inseguridad alimentaria y nutricional, y llevará a un desarrollo sostenible de los medios de vida de las personas rurales.

La FAO reconoce que aumentar las oportunidades de trabajo y empleo decente para las mujeres rurales, en actividades tanto agrarias como no agrarias, representa una vía de desarrollo fundamental que ofrece beneficios socioeconómicos importantes no solo para las mujeres sino también para sus familias, comunidades y economías rurales en general. La FAO hace lo posible por promover la igualdad de género y empoderar a mujeres rurales mediante el trabajo decente. En particular, la FAO trabaja para:

  • Desarrollar productos de conocimientos que ilustran las aportaciones múltiples de las mujeres rurales a las economías rurales y el impacto fundamental de apoyar intervenciones de trabajo decente que transforme las relaciones de género para su empoderamiento económico y social;
  • Proporcionar apoyo técnico y desarrollo de capacidades a gobiernos y otros socios estratégicos para mejorar sus conocimientos y destrezas para formular e implementar políticas y programas de empleo decente que aseguran la igualdad de género y aceleran el empoderamiento de las mujeres rurales; 
  • Fortalecer el diálogo y la coordinación de políticas entre sectores clave y partes interesadas estratégicas (por ejemplo, gobiernos, sociedad civil, sector académico, sector privado), con un énfasis sobre identificar opciones de políticas factibles para abordar desigualdades de género en mercados laborales rurales y empoderar a mujeres rurales, y sobre monitorear los diferentes impactos de políticas e inversiones sobre hombres y mujeres pertenecientes a diferentes grupos.


Recursos

Este módulo proporciona enlaces a evaluaciones de país de desigualdades de género en el empleo rural, además de un análisis global de las dimensiones de género de empleo agrícola y rural.

Este módulo proporciona acceso a materiales de orientación sobre la formulación de políticas y programas de agricultura y desarrollo rural sensibles al género, además de orientación más específica sobre cómo fomentar la igualdad de género en el mercado laboral rural, particularmente en trabajos de infraestructura, programas de emprendimiento, iniciativas de desarrollo de destrezas e iniciativas de desarrollo de la cadena de valor.

Casos:

Buenas prácticas:

Aprendizaje electrónico:

Sitios web:


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