Debido a la pandemia de la enfermedad por coronavirus de 2019 (COVID-19), erradicar el hambre y la pobreza se ha vuelto más difícil y más urgente. Las actividades de recuperación deben abordar las repercusiones de la pandemia y las medidas de contención conexas, que han afectado especialmente a las personas en situación de vulnerabilidad.

Ya antes de la pandemia, la mayor parte de los avances de la humanidad habían entrañado un costo ambiental considerable. La intensificación de los procesos de producción agrícola junto con la tala de bosques para producir aún más alimentos y otros bienes agrícolas han provocado la degradación del medio ambiente y están contribuyendo a la crisis climática. No resulta viable continuar con las vías actuales de producción agroalimentaria.

La transformación de los sistemas agroalimentarios mundiales ya ha comenzado, como lo demuestran la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios de 2021 y las iniciativas relacionadas. Es necesario recuperarse tanto de la crisis a corto plazo que ha supuesto la pandemia para la salud humana como de la emergencia más profunda y a más largo plazo derivada una crisis de “salud del planeta”.

Existen vías alternativas para el futuro de la alimentación y la agricultura que deberían considerarse. La FAO así lo ha hecho a través de su Marco estratégico para 2022-2031, estructurado en torno a las cuatro aspiraciones fundamentales de conseguir “una mejor producción”, “una mejor nutrición”, “un mejor medio ambiente” y “una vida mejor para todos, sin dejar a nadie atrás”. La Organización también ha presentado una visión de los sistemas agroalimentarios sostenibles basada en cinco principios y 20 medidas interrelacionadas que pueden aplicarse en diferentes sectores y a distintas escalas.

En el presente informe, se examinan tres vías basadas en los bosques y los árboles que complementan otras medidas encaminadas a lograr sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles, a saber: detener la deforestación y conservar los bosques; restaurar las tierras degradadas y ampliar la agroforestería, y utilizar los bosques y crear cadenas de valor verdes de manera sostenible. La exploración equilibrada y simultánea de estas vías puede ayudar a gestionar las crisis a las que se enfrentan las personas y el planeta y, al mismo tiempo, producir beneficios económicos sostenibles, especialmente en las comunidades rurales (a menudo, zonas remotas). Los bosques y los árboles constituyen activos valiosos que, a través de las vías forestales, pueden contribuir a la labor de recuperación y a la creación de economías locales más resilientes. Las vías se basan en la premisa de que las soluciones a las crisis planetarias interrelacionadas tienen consecuencias económicas, sociales y ambientales que deben abordarse de forma integral.

En general, los resultados de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático celebrada en 2021 en Glasgow respaldaron las tres vías forestales. Más de 140 países se han comprometido, a través de la Declaración de los Dirigentes reunidos en Glasgow sobre los Bosques y el Uso de la Tierra, a eliminar la pérdida de bosques de aquí a 2030 y a apoyar las actividades forestales sostenibles y de restauración. Para ello, se han asignado 19 000 millones de USD más a fin de ayudar a los países en desarrollo a lograr estos objetivos. La superficie de los territorios forestales y agrícolas gestionada por agricultores familiares, pequeños productores, comunidades forestales y pueblos indígenas supera los 4 000 millones de hectáreas, por lo que estos actores son fundamentales para la aplicación eficaz de las vías.

En el presente informe se exponen las medidas que pueden aplicarse para seguir trabajando en las tres vías forestales, fomentando una recuperación verde y avanzando hacia economías más circulares. No hay tiempo que perder: es necesario actuar ya para mantener el aumento de la temperatura mundial por debajo de 1,5 °C, reducir el riesgo de futuras pandemias, garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición para todos, eliminar la pobreza, conservar la biodiversidad del planeta y ofrecer a los jóvenes la esperanza de un mundo y un futuro mejor para todos. La FAO se compromete a ayudar a los Estados Miembros a estudiar las posibilidades que encierran las tres vías forestales a fin de aumentar las inversiones y aplicar las vías de forma eficaz, en estrecha colaboración con los asociados.

Qu Dongyu
Director General de la FAO

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