Medir el hambre, la seguridad alimentaria y el consumo de alimentos

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Cálculo de la prevalencia de la subalimentación

La prevalencia de subalimentación es una estimación de la proporción de la población cuyo consumo de energía alimentaria diario habitual per cápita es insuficiente para proporcionarle los niveles de energía alimentaria necesarios a fin de llevar una vida normal, activa y sana. Más concretamente, para cada país, la distribución del consumo de energía alimentaria diario habitual per cápita en la población se compara con un intervalo de necesidades de energía alimentaria (derivadas de la composición de la población por edad, sexo y niveles de actividad física) a fin de obtener una estimación de la proporción de la población que carece de energía alimentaria suficiente para llevar una vida sana y activa.

El modelo adoptado por la FAO permite obtener estimaciones fiables para grupos de población relativamente grandes. Está basado en tres parámetros principales:

  • media del consumo de energía alimentaria;
  • necesidad mínima de energía alimentaria (NMEA);
  • coeficiente de variación (CV) del consumo de energía alimentaria.

Consumo de energía alimentaria

El consumo de energía alimentaria es la media de la distribución del consumo de energía alimentaria para un individuo promedio de la población. Puede estimarse a partir de encuestas de consumo y gasto de los hogares o de encuestas cuantitativas sobre la ingesta alimentaria individual, en cuyo caso también pueden obtenerse estimaciones de la prevalencia de subalimentación a escala subnacional. Sin embargo, no se dispone aún, para todos los países y todos los años, de encuestas representativas de toda la población que recojan datos sobre el consumo de alimentos. Únicamente para la población nacional, el consumo de energía alimentaria puede estimarse también a partir de las hojas de balance de alimentos que elabora la FAO para la mayoría de los países del mundo.

Necesidad mínima de energía alimentaria

La NMEA es un promedio de las necesidades mínimas de energía de todos los grupos demográficos de la población y representan la energía mínima que necesita un individuo promedio para llevar un estilo de vida sano y activo. Se calcula según los criterios normativos sobre energía establecidos por la Consulta de expertos de la FAO, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) en 2001 y publicados en 2004 para diferentes grupos de personas clasificadas por sexo y edad tomando como base los pesos corporales normativos para las estaturas alcanzadas, las normas internacionales sobre el índice de masa corporal, los niveles normativos de actividad física, la tasa de natalidad y la tasa de mortalidad de niños menores de cinco años.

Coeficiente de variación del consumo de energía alimentaria

El CV del consumo de energía alimentaria es un indicador de la dispersión en la distribución del consumo de alimentos en el conjunto de la población y, por tanto, de la desigualdad en el acceso a los alimentos. Puede estimarse a partir de encuestas de consumo y gasto de los hogares o de encuestas sobre la ingesta alimentaria individual. Si no se dispone fácilmente de datos apropiados para estimar directamente este parámetro, la FAO aplica procedimientos indirectos para estimar un valor adecuado con el fin de realizar el seguimiento de los avances relativos al indicador 2.1.1 de los ODS.