Antecedentes

La crioconservación, el almacenamiento en nitrógeno líquido a una temperatura de -196°C, se está convirtiendo en una herramienta inestimable para la conservación a largo plazo de las colecciones de recursos fitogenéticos. El material vegetal crioconservado puede, en teoría, permanecer vivo durante siglos, tras lo cual puede ser extraído de las condiciones de congelación y regenerado en plantas sanas y en crecimiento. Así pues, la crioconservación se considera una estrategia ideal a largo plazo para conservar el germoplasma de especies con semillas recalcitrantes, plantas que no producen semillas en absoluto, y/o cultivos en los que es necesario conservar la composición genética única como un clon.

En 2017, un Grupo de Expertos independiente documentó las ventajas de la crioconservación para conservar las colecciones de estas plantas y recomendó un gran esfuerzo mundial para facilitar su aplicación a gran escala. Más recientemente, , con las restricciones del COVID-19, la crioconservación se ha convertido en un método eficaz para la conservación y la duplicación de seguridad de las colecciones de recursos fitogenéticos para la agricultura y la alimentación conservados en campo y para tejidos de cultivo.

Discusión del Grupo de Expertos

Para establecer la discusión del grupo internacional de expertos, la Secretaría del Tratado Internacional y el Fondo Mundial para la Diversidad de los Cultivos convocaron a especialistas de todo el mundo. Se les invitó a que ilustraran el estado de los trabajos de crioconservación a nivel nacional y regional, así como el trabajo en los centros del CGIAR, y examinaran los retos y beneficios de esta técnica. En el encuentro, los expertos debatieron la oportunidad de desarrollar y mantener una iniciativa mundial de crioconservación en el marco del Tratado Internacional.

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