Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura

Los expertos destacan el papel del Tratado Internacional de la FAO para el cambio climático

10/02/2010

Funcionarios gubernamentales y expertos internacionales procedentes de más de 30 países de todas las regiones del mundo destacan el papel del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (el Tratado), como instrumento central para la adaptación al cambio climático durante una reunión organizada en Bari, en el sur de Italia.

Los participantes de este Seminario sobre las políticas relacionadas con el Tratado se reunieron en las instalaciones del Instituto Agronómico Mediterráneo de Bari (IAMB), del 15 al 18 diciembre del 2009, donde se reiteró el papel fundamental de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura como base para la seguridad alimentaria mundial y se destacó el potencial del Tratado como instrumento de política para la adaptación al cambio climático.

Mientras la atención mundial se ha centrado en los debates de la Conferencia sobre el clima de Copenhague, representantes de alto nivel de diversas instituciones internacionales y gobiernos han presentado opciones políticas concretas para fortalecer la colaboración en los ámbitos del cambio climático, de la seguridad alimentaria y de la agro-biodiversidad, a través de los mecanismos innovadores establecidos por el Tratado.

Un documento de información sobre los desafíos del cambio climático, presentado por el Sr. Christian Grugel, Director General en el Ministerio Federal Alemán de Agricultura, ilustra que el esperado aumento de la temperatura media de 1,8 a 4,0 grados para el año 2100 tendría efectos graves en la producción agrícola: conducirá a una mayor frecuencia de eventos climáticos extremos, acompañado de pérdidas en la calidad e un incremento en plagas y enfermedades. En muchas regiones del mundo las tasas de cambio climático muy probablemente excederán la capacidad de adaptación de una amplia gama de variedades de plantas cultivadas.

El Sr. Jo Mulongoy, Jefe de la División de Asesoramiento Científico, Técnico y Tecnológico de la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) declaró: "El Tratado puede servir como prototipo para el desarrollo de determinados elementos del régimen internacional sobre acceso y participación en los beneficios que actualmente está negociando el CDB. "

Un salto cuántico

Un salto cuántico hacia el logro de una distribución justa y equitativa de los beneficios ha sido marcado con el anuncio del Gobierno español de hacer una importante contribución al Fondo de distribución de beneficios del Tratado.

El Fondo se utiliza para apoyar los proyectos que tienen por objeto la adaptación de la biodiversidad agrícola a las nuevas condiciones climáticas y la mejora de la situación de seguridad alimentaria en los países en desarrollo. El Fondo de distribución de beneficios del Tratado tiene como objetivo de trabajo recaudar 116 millones de dólares EEUU durante los próximos cinco años.

Los gestores de la primera serie de proyectos apoyados por el Fondo de distribución de beneficios del Tratado de Egipto, Kenya, India, Cuba, Costa Rica, Tanzania y Perú presentaron sus actividades en la reunión en Bari. El proyecto del Parque de la papa en Perú ha sido un ejemplo de cómo la combinación de conocimientos tradicionales con tecnologías modernas para la reproducción puede acelerar el proceso de adaptación, lo que permite a los agricultores mantenerse por delante de la “curva climática”.

El gerente del proyecto del Parque de la Papa en Perú, el Sr. Alejandro Argumedo, indicó que “el desarrollo de nuevas variedades que se adapten al cambio climático, y de nuevos productos tales como nutracéuticos y alimentos funcionales, permite a los agricultores a pequeña escala generar ingresos adicionales”.

El Tratado tiene por objetivo la conservación y el uso sostenible de los cultivos agrícolas, facilita el intercambio de estos recursos para la investigación y el desarrollo de nuevas variedades, y asegura que los beneficios que se derivan de la utilización de este material genético sean compartidos de manera justa y equitativa. Entró en vigor en junio de 2004 y tiene actualmente 123 Partes Contratantes. Es el único instrumento internacional jurídicamente vinculante en materia de diversidad biológica agrícola para la seguridad alimentaria.

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